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La secretaria judicial del registro del 20-S pidió un helicóptero para salir: "Tuve miedo"

Juicio del 'procès'

Montserrat del Toro llamó al magistrado de guardia pidiéndole ayuda para abandonar el edificio, bloqueado por miles de personas.

Acabó trepando por la azotea al edificio colindante

Aspecto de uno de los coches de la Guardia Civil que realizaban un registro con motivo del 1-O en la sede de la consellería de Economía de la Generalitat. / EFE
EFE

06 de marzo 2019 - 13:36

Madrid/La secretaria judicial que participó en el registro del 20-S en la Conselleria de Economía ha confesado que tuvo "miedo" de salir cuando vio lo que había fuera, tras descartar hasta tres ofertas para abandonar sola el edificio por la puerta principal y solicitar sin éxito un helicóptero por la azotea.

Montserrat del Toro, cuya testifical es clave para todas las partes respecto a lo que aconteció el 20-S, intervino en la diligencia acordada por el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, que ordenó registrar la sede de Economía el 20-S, cuando miles de personas bloquearon durante todo el día la salida a la comitiva judicial.

"Tuve preocupación todo el día y miedo a partir de las 21:30 cundo vi lo que había fuera", porque aquella concentración "se transformó en un tumulto de gente y era imposible salir porque no se podía transitar por la calle", ha señalado la testigo.

La letrada de la administración de Justicia, cuya imagen no se ha difundido en el juicio tras acordarlo la Sala, ha explicado con detalle cómo se negó en rotundo a aceptar ninguna de las tres ofertas que le trasladó el teniente de la Guardia Civil, que era el responsable del operativo de la comitiva judicial, una vez que finalizó el registro.

La primera consistía en salir por la puerta principal custodiada por dos mossos para atravesar la multitud y a partir de ahí buscar a una boca de metro "para regresar como pudiera", una opción que ni la contempló porque era "inadmisible".

"Después de lo que había esperándome al otro lado, que había visto y fotografiado, no era una opción segura, no lo acepté", ha asegurado la testigo que, como parte de la comitiva judicial, consideraba que debía entrar y salir con el resto de sus miembros.

La segunda opción sobre la mesa era salir por la puerta y atravesar la "avalancha de gente" por un pasillo habilitado por civiles, sin saber hasta donde podía llegar ni si lo haría con custodia policial. Por las mismas razones antes expuestas rechazó esta oferta que no comportaba "ningún tipo de seguridad" ni para ella ni para los documentos intervenidos que portaba.

También descartó la tercera vía consistente en un pasillo formado no por civiles sino por los antidisturbios y que solo podría ser transitado por ella. "Pero -ha dicho- no podían asegurar la integridad ni seguridad ni custodia de todos los efectos" intervenidos. "Dije que no, que eso no podía admitirse", ha añadido.

Rechazadas las tres ofertas y la llegada de un posible helicóptero, que previamente ella había solicitado para salir por la azotea y que se descartó por estar lleno de antenas, la testigo ha explicado que el teniente le confesó que "no había más opciones y que no esperaban más ayuda", por lo que pensó que solo podía recurrir al magistrado del 13 que, precisamente ese día, estaba de guardia.

"Recuerdo las únicas palabras que le dije: me tienes que ayudar. Me tienes que sacar de aquí. No hay opción, o hay salida. Él me dijo: no te preocupes, voy a hacer lo que pueda", ha relatado.

Pasaron mas de treinta minutos, ha continuado, cuando dos mandos de los mossos de paisano se acercaron y le ofrecieron una salida alternativa por el edificio contiguo a la Consellería, que es el Teatro Coliseum.

Se haría, ha proseguido, "aprovechando el final de una función" y "mezclados entre el publico" junto a ochos mossos de paisano para, ha precisado, "ocultarme a la vista de la gente".

Tras salir de la Consellería por una azotea de una segunda planta y acceder a una contigua en el teatro que exigió que se descolgara de un muro, la secretaria ha contado que entró directamente a los camerinos y, tras esperar media hora a que el dueño del teatro reconsiderara su negativa a dejarla salir tras haber aceptado previamente, pudo salir del mismo, pero ya sin gente.

"La función había acabado, el teatro estaba vacío, solo quedaban los actores y las verjas habían sido echadas", ha agregado la testigo, que tuvo que correr con los mossos hacia unos coches patrulla, porque a dos metros ya estaba la gente manifestándose.

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