"Es probable un cambio de presidente"

Ramón Jáuregui. Diputado socialista y ex ministro

"Pendiente de Bárcenas, Rajoy no tiene la capacidad necesaria para dirigir el país". "España está a la vuelta de la esquina de una regeneración democrática muy profunda".

El diputado socialista Ramón Jáuregui, en Segovia, durante la entrevista concedida a Efe.
El diputado socialista Ramón Jáuregui, en Segovia, durante la entrevista concedida a Efe.
Aurelio Martín (Efe) Segovia

13 de agosto 2013 - 05:05

Tras desempeñar varios cargos públicos, incluido el de ministro de la Presidencia, el diputado socialista Ramón Jáuregui se muestra convencido de que "en España hay una asignatura pendiente de recuperación de credibilidad en las instituciones democráticas y en la clase política". Bajo esta premisa, lanza una batería de medidas necesarias, desde cambiar la ley de partidos a establecer mecanismos más exigentes respecto a la elección de las personas que tienen que ocupar las instituciones o conseguir un sistema parlamentario más abierto y transparente.

Cita también una reforma de la ley electoral, para que haya una mayor participación, abriendo las listas, y matiza: "Creo que España está a la vuelta de la esquina de una regeneración democrática muy profunda, que nos permita recuperar la adhesión y el afecto de los ciudadanos en las instituciones y en la política".

Al portavoz socialista en la Comisión Constitucional del Congreso, a la vista de las encuestas, le preocupa que haya "una tendencia a culpabilizar a los dos grandes partidos que se han alternado en la gobernación de España de todo lo que le pasa al país". Añade que le inquieta que "la tentación de castigar al llamado bipartidismo provoque una fragmentación partidaria enorme en el sistema político español que haga muy difícil la gobernación, con partidos sin experiencia y sin etiqueta de saber gobernar y alianzas de estabilidad política muy difícil".

A este donostiarra, a punto de cumplir los 65 años, le da la impresión de estar en "uno de los peores momentos de la etapa democrática española y, probablemente, con las peores condiciones políticas para afrontarlos". A su juicio, "estamos con una política bloqueada, con un país en gran parte paralizado, un Gobierno muy débil y deslegitimado, con mucho temor a la pérdida de las elecciones futuras, y una oposición que ha planteado la necesidad de un cambio de presidente del Ejecutivo".

Sobre este aspecto añade que Rajoy "no tiene la fuerza necesaria para gobernar la España en crisis". "No tenemos un presidente con la capacidad necesaria para seguir dirigiendo el país, pendiente como está de lo que diga Bárcenas". Después de opinar que "esta debilidad incapacita a Rajoy, para pedir esfuerzos a los españoles, cuando la gente no cree en él y, además, tiene una opinión muy crítica sobre los sobresueldos", se aventura a decir que, "muy probablemente, estemos abocados a un cambio de presidente".

Respecto al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se muestra seguro de que "es el mejor líder para dirigir el partido en estos momentos. Otra cosa serán las primarias para la elección del candidato a las generales".

El País Vasco "está ahora muy tranquilo", en opinión de quien fue vicelehendakari, entre 1987 y 1991, quien agrega que "el abandono de la violencia es definitivo, cada día parece más irreversible y es inteligente que asentemos la expresión política del mundo de Batasuna en la democracia". Cree que esto es "normalizar" la situación, aunque al mismo tiempo reclama dureza y exigencia con el suelo democrático, "que no puede ser vulnerado por esa fuerza política y, sobre todo, tenemos que ser muy firmes en la exigencia de disolución de ETA".

Para Cataluña tiene una respuesta: "Se tiene que abrir paso la demanda de encarrilar los problemas con España a través del diálogo y la negociación y de la propia reforma del modelo autonómico, incluida la Constitución". Y algún reproche: "No podemos seguir haciendo de don Tancredo como hace el Gobierno, mirando para otro lado como si el problema no existiera, cada día que pasa el sentimiento victimista de Cataluña con relación a España está siendo hábilmente utilizado por el independentismo".

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