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Un 'president' solo

El aspirante recibe duras críticas y el desaire de la CUP sin llegar a oír ni una sola defensa de sus filas.

Un 'president' solo
Pilar Cernuda

11 de noviembre 2015 - 01:00

NO es ningún deshonor perder una votación de investidura, ni siquiera aunque fuera la definitiva. No es un deshonor, pero Artur Mas ha sufrido una auténtica humillación en el Parlament. No por contar sólo con los votos de su formación política, es habitual en la primera convocatoria, sino por lo que ha tenido que escuchar sin que nadie de sus propias filas saliera al quite ni siquiera con un gesto de contrariedad ante las duras acusaciones que se le han hecho al presidente en funciones que pretende seguir siéndolo.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, además del "no cuela" con el que echó por tierra una por una las afirmaciones de Mas, acabó presentándolo como un mentiroso; el socialista Miquel Iceta le dijo que su tiempo político había acabado, la CUP escenificó claramente que abominaba de Mas -y no de Junts pel Sí- cuando propuso que el candidato a la Presidencia fuera Raül Romeva, el popular Xavier Albiol tildó a Mas de desleal, y Rabell, de Podemos, cosechó aplausos cuando le dijo que los de Mas tendían a hacer patria en Andorra. Todos los portavoces de la oposición llamaron corrupto al impasible Artur Mas.

Impasible desde hace tiempo. Parece ser el único catalán que no comprende el alcance de su maniobra independentista y de qué forma esa maniobra ha hundido a su partido y le ha hundido personalmente. Seguro que existían fórmulas más inteligentes de plantear un proyecto independentista, incluso para ser rechazado. Pero al menos que el rechazo no llegara con tanto destrozo personal y político para quienes lo propugnaban.

El panorama que se advertía en las filas de Just pel Sí, con caras largas, silencios clamorosos, aplausos forzados y ni un solo gesto de apoyo entusiasta al que se supone el máximo dirigente de Cataluña, era revelador. No es difícil adivinar que en esa formación está a punto de prender la mecha que la dinamite.

Ha coincidido el indescriptible debate de investidura con la decisión del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, de comunicar a los Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional que están obligados a cumplir la ley y obligados también a trasladar a los juzgados de instrucción los casos de rebeldía o sedición de los que tuvieron conocimiento. Javier Zaragoza no se caracteriza por ser un fiscal conservador, todo lo contrario, lo que demuestra que se equivocan los independentistas que pretenden difundir la especie de que son víctimas de un contubernio de la derecha más cavernícola.

No es cierto. Aunque no lo crean esos independentistas, la mayoría de los españoles, incluidos la mayoría de los catalanes, quieren que Cataluña se sienta bien dentro de España, con sus expectativas cubiertas. Pero sobre todo quieren que cualquier iniciativa política y social se haga dentro del respeto a la legalidad y a la Constitución. Que es lo que decía días atrás el líder del principal sindicato de los Mossos d'esquadra: lealtad a los mandos sí, pero siempre que se atengan a la ley.

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