Las Claves
Pilar Cernuda
La corrupción acecha a La Moncloa
El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, cumplió ayer un año en el cargo, un tiempo marcado por las decisiones adoptadas en materia económica para intentar luchar contra la crisis y, en el ámbito político, por la apuesta soberanista abanderada por el presidente de la Generalitat, Artur Mas.
Rajoy se convirtió en el sexto presidente del Gobierno de la democracia al jurar su cargo ante el Rey en el Palacio de la Zarzuela el 21 de diciembre de 2011. Ese mismo día hizo pública la lista de sus ministros y, a la jornada siguiente, reunió por vez primera a su Gobierno, al que citó también ayer en el Palacio de la Moncloa en el penúltimo Consejo del año.
El balance de su gestión lo realizará el día 28 de diciembre en una conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros que presidirá esa jornada. El Ejecutivo ha llevado a cabo una serie de reformas en diversos ámbitos para hacer frente a la crisis y ha hecho referencia en numerosas ocasiones a la herencia recibida para justificar algunas de las medidas más duras y que han comportado sacrificios.
El propio Rajoy ha reconocido que determinadas decisiones no han sido de su gusto, pero ha reiterado que no había alternativa posible ante el objetivo de reducir el déficit y lograr el crecimiento económico y la creación de empleo.
Por contra, la oposición, con el PSOE a la cabeza, ha acusado al Gobierno de estar destruyendo el Estado de Bienestar. Los socialistas han justificado las protestas sociales que han conllevado algunas de sus decisiones, que han provocado igualmente que los sindicatos convocasen en este periodo dos huelgas generales.
La reforma laboral del pasado febrero y la del sistema financiero son dos de las iniciativas que el Gobierno destaca a la hora de hacer balance del año y como motor de una futura recuperación que sitúa en el año 2014.
No obstante, Rajoy tiene la confianza de que a finales de 2013 ya comenzarán a notarse claramente los efectos de todas las medidas que se han ido adoptando.
En medio del debate económico ha surgido el de la apuesta soberanista de Artur Mas, que, tras la manifestación con motivo de la Diada del 11 de septiembre, decidió adelantar las elecciones regionales con el objetivo de lograr un amplio respaldo en las urnas a su hoja de ruta para que los catalanes decidan sobre su futuro en una consulta. CiU perdió 12 escaños y ERC se revalorizó, convirtiéndose en la segunda fuerza política por delante del PSC y en llave de la legislatura. El fruto de esta dependencia fue el compromiso de celebrar una consulta sobre la autodeterminación de Cataluña en 2014.
El principal partido de la oposición, el PSOE, convocó ayer 50 ruedas de prensa a lo largo de la mañana en distintos puntos de España para valorar ese primer año mariano. La vicesecretaria general de los socialistas, Elena Valenciano, considera que los españoles "viven peor" y están "mucho más indefensos" tras este primer año de Gobierno del PP, que calificó de "nefasto".
Valenciano señaló que el Ejecutivo ha llevado a cabo una política "fracasada" en lo económico, de "tierra quemada" en lo social y un "laboratorio de las recetas ideológicas de la derecha más dura de toda Europa" en lo que se refiere a los derechos de los ciudadanos.
La número dos del PSOE lamentó que en estos doce meses "se han roto muchos acuerdos y muchos consensos que se habían construido durante décadas" y Rajoy "ha provocado varias crisis más que no recibió", además de la económica.
Así, "donde había una crisis económica hay ahora además una crisis social profundísima, una crisis institucional y territorial que afecta al modelo de Estado y una crisis política que está poniendo en cuestión los elementos básicos de la democracia", advirtió. Hace un año, añadió, el país contaba con un sistema de protección social que permitía mitigar sus efectos; ahora dicha crisis ha empeorado y el Gobierno se ha dedicado a "desmontar pieza a pieza el sistema de protección social".
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