La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Las claves
A finales de noviembre se celebra el congreso del PSOE en el que se reconfirmará a Pedro Sánchez como secretario general del partido. O no. Se elegirán a la nueva ejecutiva federal y al nuevo comité federal, con listas plagadas de nombres incondicionales del sanchismo. O no.
El mes de noviembre se presenta impregnado de malos augurios para el presidente del Gobierno y su equipo. En Madrid, capital política de España, capital de rumores y especulaciones, se intercambian informaciones, se susurran secretos que dejarán de ser lo en los días próximos, y se hacen apuestas sobre el futuro de Pedro Sánchez. Si llegará vivo o no al Congreso Federal.
Algunos de los secretos que se susurran, de confirmarse –y sobre algunos de ellos ya existen pruebas– colocan a Sánchez y a miembros de su círculo más cercano en una situación tan comprometida que se hace difícil aceptar que el presidente del Gobierno podrá mantenerse en el cargo. Probablemente no ha participado en ninguna trama sospechosa, pero se le podrá acusar de no haber estado suficientemente vigilante como era su obligación. Como él mismo denunció cuando eran dirigentes del PP los que no vigilaron a sus subordinados.
Si Sánchez es capaz de sobrevivir a lo que se puede publicar estas próximas semanas, y no se puede descartar que eso ocurra, llegará entonces al final de la legislatura, que es el reto que se ha marcado a sí mismo.
En algunos medios de comunicación que llevan dos años dando informaciones sobre irregularidades cometidas en el entorno más cercano del presidente, tanto en el familiar como en el político, acumulan datos que irán ofreciendo a medida que los vayan confirmando con el necesario rigor. No valen las denuncias que destilan venganza y despecho, antes de publicarlas hay que investigarlas a fondo. Esos medios cuentan con servicios jurídicos que asesoran para controlar que no se incurra en injurias y difamación cuando llegue el momento de enfrentarse a denuncias presentadas por las personas concernidas por las informaciones.
La última prueba de que los medios de comunicación se toman su trabajo muy en serio se vio el viernes en el digital The Objective, el primero que destapó hace más de dos años lo que hoy se llama el caso Ábalos, ante el escepticismo de otros medios e incluso el reproche de otros medios, que no daban credibilidad a las noticias sobre los presuntos delitos cometidos por el ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE.
Este medio publicó días atrás que una persona cercana a Víctor de Aldama, el comisionista amigo de Koldo y de Ábalos, había entregado unas bolsas con 90.000 euros en billetes en Ferraz como pago por la licencia que había otorgado el Gobierno a una empresa para operar en el sector de los hidrocarburos. Ahora, el periódico publica el texto de la declaración jurada que ha presentado ante un notario la persona que llevó las bolsas a la sede socialista, declaración notarial en la que se ofrecen datos muy concretos sobre lo que es sin duda el pago de una comisión.
Es lo último, pero a lo largo de este mes varios medios irán desgranando las informaciones que manejan. Hay investigación periodística, sin duda, pero dedicada sobre todo a comprobar que lo que llega a los miembros de las redacciones, o a colaboradores de diferentes medios, son ciertas. Porque, para desgracia de los que han cometido delito –serán los jueces los que determinen si efectivamente hay delito o sólo sospechas infundadas– la animadversión que provoca Sánchez en muy distintos sectores profesionales, incluidos los que tienen acceso a información muy sensible, ha levantado la veda.
Multitud de ciudadanos que ven pasar por delante de ellos indicios o pruebas de fechorías, las hacen llegar a medios de comunicación que consideran independientes, para que las utilicen como consideren conveniente. Si son rigurosos, tras hacer las comprobaciones oportunas la mayoría de esas informaciones acaban saliendo a la luz. Incluido el contenido de los dos famosos pendrive de Ábalos que encontró la UCO en el domicilio de Koldo García, que estaban tan a la vista que parecían colocados para que los encontrara la Guardia Civil.
Ábalos ha solicitado al juez que se los devuelva porque contienen material privado, íntimo. Y efectivamente es así, lo aseguran algunos periodistas que los han visto… pero también contiene material que no tiene nada que ver con su vida personal.
Gracias a los medios de comunicación han salido los másteres de Begoña Díaz y el trato de favor a las empresas que los patrocinaban, o el registro a su nombre de un software que tres empresas habían ofrecido gratuitamente a la Complutense; y ha salido todo lo relacionado con la situación del hermano de Sánchez, residente en Portugal para pagar menos impuestos.
Han salido los dos chalés que utilizó Abalos y que no pagó él sino el círculo de Aldama, en supuesto pago o “agradecimiento” por su intermediación para que el Gobierno facilitara o acelerara gestiones de empresas que habían presentado diferentes solicitudes al Gobierno. Ha salido la trastienda del rescate de Air Europa, la colocación en una empresas pública de una mujer, Jéssica, que acompañaba a Abalos a sus viajes por el España y por el extranjero a razón de 1.500 euros diarios.
Pero hay más, mucho más. Entre otras informaciones, algunas relacionadas con Rodríguez Zapatero y cómo utiliza sus relaciones con Nicolás Maduro. Por supuesto, más datos sobre la visita de Delcy García a Madrid, y sobre cómo se gestó el asilo político al ganador de las elecciones venezolanas Edmundo González, asilo muy conveniente para Nicolás Mauro. Todo esto relacionado con la política, pero también habrá nuevas informaciones relacionadas con operaciones de tipo económico.
En el PSOE hay intranquilidad, porque a nadie le gusta formar parte de un partido cuya honorabilidad está en cuestión, y que afecta a su máximo dirigente y a su familia. Aunque le cabe la presunción de inocencia. Pero la imagen del sanchismo es hoy deplorable: por los acuerdos de Gobierno que han escandalizado a multitud de dirigentes y votantes socialistas, pero también por los escándalos económicos. Que además afectan a una de las personas con mayor trayectoria en el PSOE de Sánchez, José Luis Ábalos. Persona apreciada por su dedicación al partido, la prueba es que en Valencia le está costando a su sucesora, la ministra Diana Morant, hacerse con el control del partido.
Se espera que en los próximos días puede a llegar al Congreso la petición del suplicatorio para Ábalos, y la intención del PSOE es aceptarla, lo que puede provocar que “tire de la manda”. También Koldo puede hacerlo, o Aldama, o quienes han trabajado por Aldama, y que conocen muy bien qué tipo de operaciones supuestamente ilegales han cometido personas de relevancia en el sanchismo.
Estas semanas serán de infarto para Pedro Sánchez y sus socios, porque nada garantiza que Sánchez vaya a aguantar, aunque es su intención hacerlo. Dependerá de lo que haya debajo de la manta y de lo que queda por salir de las investigaciones de la UCO.
Llega todo ello en el peor momento, cuando se celebra un congreso que Sánchez adelantó con la intención de salir en olor de multitudes sin problemas para potenciar aún más su poder.
Hay movimiento interno en el PSOE, dirigentes regionales que no sólo quieren el fin de Sánchez porque consideran que ha perdido los principios que defendía el socialismo, ansían también su relevo porque su imagen desprestigiada, y el rechaza que provoca, perjudica a los candidaturas.
Aparentemente esos movimientos están controlados, pero si el mes se presenta convulso, con informaciones que colocan al partido en una situación insostenible por la corrupción, no se puede descartas que todo salte por los aires. Todo. Incluida la salida de Sánchez. Aunque él ni se plantea dimitir.
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