La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Fue uno de los viajes más emotivos del rey Juan Carlos. En 1978, se produjo la primera visita oficial de los Reyes a México, país de acogimiento de más de 20.000 españoles que perdieron la guerra; republicanos que prefirieron el exilio antes que la dictadura de Franco, donde además no tenían garantizada su supervivencia. Se fueron a México Alberti, Giral, Bergamín, María Zambrano y León Felipe, entre otros intelectuales españoles. Y en México vivió la viuda de Azaña, doña Lola, hasta su muerte. Azaña, que logró entrar en Francia en el final de la guerra pero al que no permitieron viajar a México, murió en suelo francés envuelto en la bandera de México porque sabía lo que debía a ese país. Doña Lola se instaló allí tras el fallecimiento de su marido.
Ese viaje de los Reyes fue la apoteosis de la reconciliación de los españoles del exilio con el nuevo Jefe de Estado. Durante décadas, no hubo relaciones diplomáticas entre ambos países, pero cuando los Reyes llegaron a la embajada para presidir una recepción a la comunidad española, la cola para entrar daba la vuelta a varias manzanas. La mayoría no estaban invitados, pero entraron y nadie puso problemas.
El jardín estaba atiborrado, todos querían hablar con don Juan Carlos y doña Sofía. El Rey rompió todo el protocolo, también la agenda prevista, y subió a un balcón desde el que pronunció unas palabras a los congregados. Habló del exilio y les agradeció su compromiso con España, a donde empezaban a regresar muchos. Antes de la recepción, se había reunido con doña Lola, allí mismo, y hablaron de su marido, el último presidente de la República, y de la vida de Lola Rivas en México. En los años siguientes, cada vez que el Rey viajaba a México, enviaba un ramo de rosas a doña Lola.
Conviene recordar estos hechos cuando una presidente electa, sin duda cumpliendo instrucciones de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), su mentor e impulsor de su carrera política, decidió no invitar a Felipe VIa su toma de posesión por no pedir perdón por el trato de España a los indígenas en la época colonial.
Han transcurrido más de 500 años desde que Hernán Cortés venció a Moctezuma y conquistó México, pero AMLO y su pupila –lo es mientras no demuestre que tiene proyecto propio– consideran que el populismo de izquierdas gana votos con ese tipo de decisiones. En el propio México, los medios independientes han cuestionado el gesto de los dirigentes del partido Morena, y algunos han recordado a los presidentes Lázaro Cárdenas y Carlos Salinas de Gortari como ejemplos de los lazos históricos, culturales, políticos y sociales entre los dos países.
Cárdenas abrió sus puertas a los exiliados españoles y promovió su integración en la sociedad mexicana, que se enriqueció de ellos y de su nivel intelectual, como los exiliados se enriquecieron del nivel intelectual y profesional de los mexicanos. El segundo, Salinas de Gortari, apoyó como el que más la idea de crear unas cumbres Iberoamericanas con asistencia de los jefes de Estado y de Gobierno de los países latinoamericanos más España y Portugal. Reuniones que han perdido peso con el transcurso de los años aunque se siguen celebrando. A lo largo del tiempo –la primera se celebró precisamente en México, en Guadalajara, en 1991– ha promovido importantes acuerdos culturales, energéticos, económicos, educativos y relacionados con la preservación del medio ambiente.
La nueva presidenta, y AMLO, no han demostrado mucho conocimiento de la historia al explicar su decisión. En primer lugar, México nunca fue una colonia española, sino que antes de que llegara Hernán Cortés era un imperio en el que mandaba el azteca Moctezuma. Una vez conquistado el país, México fue un virreinato de España, hasta que alcanzó su independencia a principios del siglo XIX.
Visto con la perspectiva de hoy, es cierto que las tropas de Hernán Cortés no escatimaron la brutalidad para lograr sus objetivos de conquistar el país para la Corona de España, pero también Moctezuma utilizó métodos absolutamente inhumanos para ganar a Cortés. Cuyas tropas no eran sólo españolas. México vivía una especie de guerra civil porque Moctezuma no era aceptado por todas las tribus indígenas, y cuando llegaron los españoles con Cortés en 1519, varias de ellas se aliaron con España para deshacerse del emperador, apresado por los españoles, y aunque no hay una versión exacta sobre cómo murió y el día concreto, nadie duda de que se trató de una muerte violenta.
El partido fundado por AMLO, Morena, cuenta la historia de México según le conviene, con el objetivo de presentar a los pueblos indígenas como víctimas de genocidios históricos sucesivos, con especial protagonismo para los conquistadores españoles. Sin embargo, no sólo la historia, sino la actualidad, resta credibilidad a su intento de presentarse como la figura que da prioridad al indigenismo.
Un porcentaje alto de indígenas sigue viviendo en la miseria más absoluta. AMLO, que ganó sus primeras elecciones con la bandera de la lucha contra la corrupción, se ha rodeado de personas corruptas, incluidos algunos cuadros indígenas que incorporó a su gobierno. Lo que demuestra que la corrupción no es solo cuestión de raza, religión o color de piel.
Por otra parte, presenta a España como el enemigo de México, pero hay coincidencia absoluta en que el principal enemigo de México y del pueblo mexicano es el narcotráfico, que se ha incrustado a todos los niveles, incluidos altos argos políticos, judiciales, empresariales y sociales. AMLO sí ha luchado contra esa lacra, aunque sin éxito, pero tiene a su favor que varios presidentes anteriores sí han caído en las redes de los cárteles, que son las que están hundiendo el país. Existe gran expectación respecto a cómo actuará Claudia Sheinbum para intentar acabar con el imperio del narcotráfico.
La decisión de la presidenta electa la ha criticado el propio Pedro Sánchez, pero tampoco ha sido bien recibida en México, donde son millones las personas, incluso de etnia indígena, que conocen sobradamente la historia de su país y el papel de España. Por no mencionar el papel importante de varias empresas españolas en el desarrollo económico de México.
Muchos españoles consideran a México un país hermano, e infinidad de mexicanos estiman que España no es un país más: comparten historia, lengua y cultura.
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