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Contra mayo francés, baño de junio andaluz

Despedida. Franco se trajo a todos sus ministros a Sevilla la última semana de junio de 1968, en su última visita a la ciudad, para inaugurar un puente, un hospital y una autopista

Franco, visitando Sevilla en el coche oficial.
Francisco Correal

18 de noviembre 2015 - 05:05

Contra el mayo francés, Franco se dio un baño de junio andaluz. Los días 22, 23 y 24 de junio de 1968, sábado, domingo y lunes, hizo una visita de Estado. La última que realizó a Sevilla. Se trajo a todos sus ministros y al vicepresidente de su Gobierno, Luis Carrero Blanco. El 30 de enero de ese año había nacido Felipe de Borbón, nieto y bisnieto de exiliados, hijo de un príncipe tapado que había nacido en Roma en plena Guerra Civil.

Franco se despidió de Andalucía por fascículos. La última visita a Málaga y Jaén la hace en 1961. Fue a Córdoba y a Granada, al barrio de Sacromonte, tras las inundaciones de 1963. El 25 de abril de 1967 inaugura el Polo Químico de Huelva. El 6 de febrero de 1968 asiste a la puesta de largo del aeropuerto de Almería y a la entrega de quinientas viviendas en esta ciudad. Se despide de Andalucía en la visita que hace a Cádiz y Jerez en 1970.

El fin de semana que llega a Sevilla hay elecciones en Francia. Charles de Gaulle preside la República y en los carteles están Pompidou, Giscard d'Estaing y Mitterrand. ¿Elecciones en España? El viento entra por otros conductos. En mayo del 68, el Teatro Tabanque que dirigía Joaquín Arbide ofrece en el teatro Lope de Vega obras de Pirandello, Chejov y Bertolt Brecht.

El domingo 23 de junio, Franco inaugura el puente del Generalísimo, hoy de Los Remedios. Ese día ponen en Televisión Española El Virginiano y Superagente 86. El mes de junio se abre con la visita del Real Madrid que juega en Nervión en partido de octavos de final de la Copa del Generalísimo. Ganan los visitantes 3-4. Franco va al campo del Betis, pero no al fútbol. Colocan un altar portátil junto al estadio Benito Villamarín en el que Bueno Monreal, arzobispo de la diócesis, bendice los trece primeros kilómetros de la autopista Sevilla-Cádiz. Como ya no está el cardenal Segura, Franco sí entra bajo palio en la Catedral. A la salida lo reciben con una pancarta: "El mundo te admira, España te quiere. Sevilla está contigo y olé". En la plaza de España clausura el VII Congreso Eucarístico. Uno de los ponentes es Vicente Enrique y Tarancón, entonces arzobispo de Oviedo, el cardenal que siete años después oficiará su funeral y se convertirá en centro de la ira de sus plañideras.

La noche de San Juan es calurosa en Sevilla. Después de un día de tantas inauguraciones -la Ciudad Juvenil Francisco Franco, el Hospital de Rehabilitación y Traumatología, la visita al Club Pineda-, le dieron una cena en el Salón Colón del Ayuntamiento. La cartelera de esa noche en los cines de verano era muy sugerente. En el cine Candelaria ponían Sor Citroen; en el Cruz Roja, La caída del imperio romano; en el Santa Catalina, Los chicos con las chicas; en el Palmera Cinema, La batalla de las colinas del whisky; en el Ideal, El Justiciero de kansas; en el Acapulco, La jauría humana; en el cine Arrayán, La herencia de los Munster.

En 1968 se celebraban los Juegos Olímpicos de México, pero las Cortes rechazaron una enmienda del procurador Juan Antonio Samaranch, que con el lema Contamos Contigo pretendía que los reclutas con actitudes deportivas extraordinarias pudieran hacer compatible el servicio militar con la práctica deportiva. Milicia y deporte sí se fundían en la selección española que al derrotar a Marruecos en el estadio Colombino (3-0, dos goles de Marcial, uno de Claramunt) se ganaba la posibilidad de disputar en Bagdad el Mundial de Fútbol Militar. El campeonato lo ganó Grecia y España fue eliminada en la capital iraquí por Holanda.

Franco puso a trabajar a sus ministros. Fraga Iribarne, titular de Información y Turismo, inauguró las reformas del hotel Inglaterra; Espinosa San Martín, ministro de Hacienda, hacía lo propio con las nuevas instalaciones del Bolsín de Sevilla en la calle Rioja. El Caudillo saludó a sus invitados desde uno de los balcones del patio de la Montería del Alcázar. El mismo palacio en el que se alojó en su visita del 4 de mayo de 1943, en Feria de abril y plena posguerra. Ernesto Giménez Caballero, que le acompañó en el séquito, cuenta en sus Memorias que "el concierto tras la cena eludió el flamenco para dar paso a coros montañeses. Cantes arios, entre moros, escuchados por guerreros de meseta y Pirineo. Fiesta de Reconquista".

Franco visitó Sevilla tres años antes. 1965 está escrito en números romanos en la placa de la Universidad Hispalense donde figura Franco Hisp Duce en prolijos latines que comparte con otra placa que recuerda que durante el reinado de Felipe V se construyó esta antigua Fábrica de Tabacos bajo la dirección técnica del ingeniero belga Van der Beer. Cuna de Carmen la cigarrera. Los dos equipos de Madrid eliminaron en la Copa a los dos equipos de Sevilla. Franco cruzó el puente y no volvió a Sevilla. Tenía 75 años.

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