Mas se baja el listón y desvincula su éxito de la mayoría absoluta
El candidato de CiU a la reelección al frente de la Generalitat dice que su triunfo deberá medirse en función de los escaños de ventaja que saque a la segunda fuerza
El presidente catalán y candidato de CiU a la reelección, Artur Mas, afirmó ayer que el éxito de CiU en las urnas el próximo 25-N se medirá principalmente por la distancia que su formación obtenga respecto del segundo partido (PSC), independientemente de si CiU obtiene o no la mayoría absoluta.
"El resultado el 25 de noviembre se deberá medir por si la distancia entre el primer partido (CiU) y el segundo (PSC) ha aumentado, más allá de si las mayorías son absolutas o no", destacó ayer el candidato de CiU.
En una rueda de prensa en Barcelona en el quinto día de campaña, Mas explicó que el objetivo de la federación nacionalista es lograr dos "mayorías" en el Parlamento catalán.
"Una de ellas, que está más al alcance, es la de todos los partidos a favor del derecho a decidir, que debe ser una mayoría muy sólida", al lado de la cual, dijo Mas, "debería haber otra -de CiU-, que no acostumbro a decir que tenga que ser absoluta sino que hablo de mayoría excepcional, pero que debe ser muy grande para dar el mensaje de que el Govern tiene el apoyo directo de la gente".
En el Parlament de la última legislatura la diferencia entre CiU y PSC fue de 34 escaños, entre los 62 de los nacionalistas y los 28 de los socialistas.
El president y candidato de CiU a la reelección instó a los dirigentes del PP a dirigirse "amable y educadamente" a la sociedad catalana aprovechando el desembarco de dirigentes populares ayer en Cataluña. Mas reaccionó así después de que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, acusara a Mas actuar contra el Estado de Derecho y la democracia. "En vez del griterío habitual, de sus salidas de tono, improperios y provocaciones, a ver si algún día consiguen dirigirse amable y respetuosamente a la sociedad catalana", pidió el candidato de CiU.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo; el vicesecretario de Política Autonómica del PP, Javier Arenas, y la ex presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre protagonizaron ayer varios actos en la campaña catalana.
Sáenz de Santamaría templó de nuevo gaitas con la apuesta secesionista de CiU y advirtió que España ha de afrontar la crisis con unión y "sin fisuras". La número dos del Ejecutivo popular, que clausuró en Barcelona el XV Congreso Nacional de la Empresa Familiar, aseguró que ésta es la primera lección que nos deja la crisis y que ignorarla supondría perpetuar o retrasar la salida.
Arenas afirmó por su parte que "en la independencia sólo hay ruina económica y falta de oportunidades para el futuro de Cataluña". En una visita en la Hermandad Virgen de Gracia en Sabadell (Barcelona), el dirigente popular sostuvo que la solución para Cataluña pasa por que la política sea una fuente de respuestas "y no de conflictos para la sociedad".
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