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Lamborghini o Maserati ¿Se equivocó de marca Pedro Sánchez?

¿Quiso Sánchez lanzar un dardo sobre la pareja de Díaz Ayuso que adquirió un Maserati Ghibli, un coche de lujo italiano valorado en aproximadamente 83.000 euros?

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Pedro Sánchez / M. G.

Sevilla/El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha causado una polémica tras mencionar la marca Lamborghini durante uno de sus discursos, en el que criticaba las políticas fiscales de la Comunidad de Madrid, liderada por Isabel Díaz Ayuso.

Este error de marca ha creado curiosidad del porqué del comentario, y algunos han especulado que estuvo dirigido a la pareja de Ayuso, quién adquirió un Maserati Ghibli en el año 2021.

En marzo de 2024, se hizo pública la información de que la pareja de Isabel Díaz Ayuso había adquirido un Maserati Ghibli, un coche de lujo italiano valorado en aproximadamente 83.000 euros. No llamó la atención el hecho de que comprara el coche, sino las circunstancias bajo las que lo compró. Según varias fuentes, Alberto González compró este coche después de obtener beneficios que están siendo investigados por posible fraude fiscal. Las autoridades sospechan que González utilizó facturas falsas y sociedades pantalla para evadir impuestos, lo que ha llevado a la apertura de una investigación en su contra.

El Maserati Ghibli no es solo un coche más en el mercado del lujo. Este modelo, un sedán deportivo, tiene un motor potente que puede llegar a los 250 km/h. Dependiendo de la versión y las personalizaciones, el precio del Ghibli puede oscilar entre los 80.000 y 100.000 euros.

¿Por qué mencionó Sánchez a Lamborghini?

El error de mencionar Lamborghini en lugar de Maserati fue una confusión. Lamborghini, conocido por sus coches deportivos extremadamente caros y exclusivos, es muy común que sea vista como un símbolo de lujo en discursos que critican la concentración de riqueza en manos de unos pocos. En este caso, Pedro Sánchez utilizó la marca para ilustrar la crítica hacia las políticas fiscales de la Comunidad de Madrid, argumentando que estas favorecen a los más ricos y permiten que quienes tienen poder adquisitivo para comprar coches de lujo, como los Lamborghinis, se beneficien de reducciones fiscales.

El verdadero núcleo de la polémica no es solo el tipo de coche que compró la pareja de Ayuso, sino las implicaciones políticas y fiscales que hay detrás de esa compra. Sánchez ha sido duro con las políticas de Ayuso, diciendo que las rebajas fiscales de la Comunidad de Madrid, especialmente para las rentas más altas, reducen los ingresos públicos que podrían destinarse a servicios esenciales como la sanidad y la educación. Según Sánchez, estas políticas permiten que quienes pueden permitirse coches como un Maserati o un Lamborghini, terminen pagando menos impuestos, mientras que las clases medias y bajas soportan una mayor carga.

La compra del Maserati por parte de González es un ejemplo que refleja este tipo de lujo y beneficios fiscales. La investigación actual que pesa sobre González está vinculada a una supuesta evasión de más de 350.000 euros a través de la emisión de facturas falsas durante la pandemia, lo que le habría permitido obtener beneficios significativos que luego utilizó para comprar este coche de lujo.

¿Por qué importa si es Maserati o Lamborghini?

Aunque puede parecer un simple error de marca, la distinción entre Maserati y Lamborghini tiene algunas implicaciones en el discurso político. Ambas marcas son reconocidas por sus coches de alta gama, pero Lamborghini tiende a ser asociado más directamente con el exceso de lujo y el estatus de élite, mientras que Maserati tiene un perfil algo más "discreto", aunque sigue siendo una marca de lujo.

Más allá de la polémica mediática, la compra de coches de lujo como el Maserati o el Lamborghini tiene muchas, e importantes, implicaciones fiscales. Cada compra de un coche de lujo de este tipo tiene unos ingresos significativos para el Estado en forma de IVA y impuestos de matriculación. Para un coche como el Maserati Ghibli, los compradores deben pagar 21% de IVA, lo que supone 17.000 euros adicionales solo en impuestos. Además, el impuesto de matriculación, basado en las emisiones de CO₂, puede agregar un 10-14% más al precio final.

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