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La izquierda pierde más de 2,2 millones de votos desde 2015

Clima Social Metroscopia Enero 2019

Su resultado sería hoy similar al obtenido en las elecciones de 2011, cuando el PP obtuvo mayoría absoluta

Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y Ramón Espinar, en un acto electoral en Madrid en 2016. / Víctor Lerena / Efe
Alejandro Martín

23 de enero 2019 - 03:03

El espacio electoral de la izquierda se achica. Si hoy se celebraran elecciones generales, PSOE y Unidos Podemos perderían 2,2 millones de votos respecto a los comicios de 2015 y se tendrían que conformar con unos 9,4 millones de sufragios. El resultado del bloque progresista sería similar al obtenido en noviembre de 2011, cuando se presentaron únicamente PSOE e Izquierda Unida como sus grandes representantes a escala nacional y el Partido Popular alcanzó la mayoría absoluta, según los datos de la última oleada del Clima Social que elabora Metroscopia para este periódico.

Caída del apoyo electoral al bloque de izquierda / Dpto. de Infografía

Al igual que ocurrió en el conjunto de España en junio de 2016, elecciones en las que Unidos Podemos se dejó un millón de votos respecto a los comicios generales de 2015, la cita del 2-D evidenció que la confluencia entre Adelante Andalucía e Izquierda Unida no funciona. La coalición de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo perdió tres escaños y cinco puntos respecto a los comicios de 2015, en los que concurrieron por separado Podemos Andalucía e IULV-CA.

Las malas noticias se acumulan para el partido de Pablo Iglesias. El anuncio de Íñigo Errejón de concurrir en Madrid por otras siglas ajenas a Podemos en alianza con el partido de Manuela Carmena presagia que hay espacio para un tercer actor en el bloque de la izquierda, según el analista de Metroscopia Francisco Camas.

Más abstención

El sondeo refleja que la mayor parte de esos votantes de izquierda perdidos no se marcharían a otras siglas, sino que se quedarían en casa. En el caso del PSOE, los desafectos prefieren abstenerse a optar por la papeleta morada. En cuanto al electorado de Unidos Podemos, la desafección se reparte casi a partes iguales entre la abstención y la papeleta socialista.

“Esto explica que la aparente estabilidad del PSOE se más bien una ilusión óptica: pierden los dos, pero el PSOE consigue compensar sus bajas hacia Ciudadanos y la abstención con las altas que recibe de Unidos Podemos, mientras que éste sólo cuenta con bajas”, describe Francisco Camas.

Los datos apuntan a que tiene cabida un tercer partido en el bloque de la izquierda

Uno de cada tres votantes de la izquierda aseguraba en enero de 2018 que no encontraba un número suficiente de partidos para representar las preocupaciones de la ciudadanía. “Cabe pensar que se refieren a ellos mismos, pues en el espacio de la derecha parecen estar más contentos con las formaciones existentes”, sostiene el analista de Metroscopia.

Además, hay que recordar que esa pregunta se planteó antes de la irrupción de Vox, por lo que es probable que el índice de satisfacción entre el electorado conservador sea ahora aún mayor. Los datos apuntan a que podría tener cabida un tercer partido en el seno de la izquierda que consiga movilizar a un electorado cada vez más desafecto y que opta por la abstención.

La experiencia andaluza demuestra que, si falla la movilización y cunde el desencanto, el equilibrio de fuerzas se puede decantar por el bloque de la derecha, porque sus votantes casi nunca fallan el día de las elecciones.

Vox llegará a las municipales en pleno crecimiento

Los nuevos partidos suelen vivir una luna de miel tras su eclosión. Así ocurrió conPodemos y Ciudadanos y es muy probable que se repita con Vox. La formación de Santiago Abascal arriesgó presentándose en toda Andalucía sin apenas estructura cuando las encuestas auguraban una dura competencia con cuatro partidos por encima del 20% en intención de voto. Si sigue la tendencia, Vox llegará en pleno auge al superdomingo de mayo en el que se celebrarán elecciones municipales, autonómicas, europeas y puede que generales. En este último caso, el pentapartidismo volverá a poner el foco en las circunscripciones pequeñas, donde se reparten hasta cuatro escaños. Algunas de las cinco formaciones se quedarán forzosamente sin representación. No es un asunto baladí, pues afecta a 20 de los 52 distritos electorales, en los que se asignan 64 diputados.

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