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España
Codalet (Francia)/Un acto de homenaje al músico Pau Casals con motivo del 50º aniversario de su muerte ha congregado en el monasterio de Sant Miquel de Cuixà, en Codalet (Francia), a cinco presidentes de la Generalitat: el actual, Pere Aragonès, y los ex presidentes Carles Puigdemont, Jordi Pujol, José Montilla y Quim Torra.
Sant Miquel de Cuixà ha sido testigo este lunes de una fotografía histórica que no se producía desde 2017, la de todos los presidentes de la Generalitat juntos, a excepción de Pasqual Maragall, que no ha asistido por enfermedad, y de Artur Mas, por un compromiso familiar.
Se trata de la primera vez que Puigdemont aparece en un acto en público en Francia después de que el pasado 5 de julio el Tribunal General de la Unión Europea le retirase la inmunidad como europarlamentario, lo que daría vía libre a una nueva orden de detención por parte del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.
Antes del acto, tras su llegada al monasterio, Aragonès y los cuatro ex presidentes han mantenido una breve reunión y, en el claustro, donde se han fotografiado todos juntos, Aragonès y Puigdemont han conversado distendidamente.
Tras el acto, los responsables de la Universitat Catalana d'Estiu (UCE), que ha organizado el acto, han invitado a los expresidentes a una comida privada.
Además de los ex presidentes, en el acto de homenaje también ha participado el abad de Montserrat, Manel Gasch, que ha arrancado los aplausos de los asistentes que se han acercado a presenciar la conferencia, al hacer mención de la nación catalana "separada" por los Pirineos.
Gasch ha actuado como "coanfitrión" del acto, que se ha celebrado en un monasterio refundado en 1966 con monjes de la abadía de Montserrat, que lo heredaron de monjes cistercienses.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha afirmado que es "imprescindible" avanzar en la solución del conflicto político de Cataluña con el Estado y ha señalado como vía para ello la amnistía y la autodeterminación.
Para el presidente, celebrar este acto en Francia recuerda "que hay un conflicto político pendiente de resolver", que no es a "causa de la represión", sino "de la negativa del Estado a reconocer el derecho de Cataluña a decidir su futuro".
El otro mensaje de actualidad, con vistas a la negociación de cara a una posible investidura de Pedro Sánchez, lo ha lanzado el propio Puigdemont, que ha elogiado a Casals por no haber buscado a lo largo de la historia ninguna "salida personal", sino por pensar "en el país": "Tenemos el derecho de hacer lo mismo".
"Cuando pedimos que el catalán sea una lengua de Europa, una lengua viva al lado de las otras lo hacemos siguiendo el mismo hilo que las generaciones que nos precedieron, pero pensando en los otros y no solo en nosotros, de la misma manera que hizo Pau Casals, sin buscar una salida personal para él mismo", ha indicado Puigdemont.
El primero en intervenir en el acto ha sido el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, que ha centrado su discurso en la defensa de la lengua catalana, que considera en peligro, del mismo modo que la identidad.
Pujol ha recordado que la madre de Pau Casals era de Puerto Rico, así como su mujer: "La manera de entender un país muy cerrado en sí mismo no formaba parte de su idea, esto merece la pena que lo recordemos", ha dicho. "Nosotros queremos ser una identidad que está amenazada, pero queremos ser una identidad con esta mentalidad abierta al mundo y abierta a la gente", ha señalado.
Por su parte, Quim Torra ha elogiado la figura de Casals, quien "merecía" el premio Nobel de la Paz en 1958, un galardón que quedó desierto por una "tenebrosa maniobra española", bajo su punto de vista.
Además, Torra ha señalado que Pau Casals no figura entre la lista de expresidentes de la Generalitat porque "su código de moralidad" no se lo permitía y se ha preguntado cuánto habría cambiado la historia si, en lugar de Josep Tarradellas, el primer presidente de la Generalitat restituida hubiese sido el propio Casals.
José Montilla, el único ex presidente del PSC que ha participado en el acto homenaje, ha recibido abucheos por parte del público cuando ha hecho mención, en su discurso, a la España "fraternal", que cree que debe abrirse paso ante "la España pretendidamente homogénea" y "recluida en sus mitos".
Interrumpido con gritos de "independencia", Montilla ha reclamado afrontar los problemas "no desde la confrontación" sino desde "el ejercicio del diálogo" y del "pacto", para hacer posible "la mejora continuada" del autogobierno catalán.
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