Las Claves
Pilar Cernuda
La corrupción acecha a La Moncloa
Madrid/Uno de los tres policías imputados en la causa en la que se investiga el chivatazo que alertó a ETA de una operación contra su red de extorsión ha reconocido, después de verse en las grabaciones realizadas en el exterior del bar Faisán de Irún, su presencia allí en los momentos en los que se produjo el aviso. Se trata del inspector de la Brigada de Información de Álava José María Ballesteros, según un auto notificado por el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz en el que alza parcialmente el secreto de las actuaciones, entre ellas el informe realizado por el equipo investigador sobre las imágenes que fueron grabadas en el bar Faisán cuando se produjo el chivatazo, el 4 de mayo de 2006.
Ruz señala que tras analizar "detenidamente" la copia digitalizada de los fotogramas correspondientes al intervalo de tiempo comprendido entre las 11 y las 12 de la mañana de ese día, se detectó la posible presencia de Ballesteros durante tres momentos diferentes de la grabación: entre las 11:14:05 y las 11:14:10; entre las 11:30:03 y las 11:30:08, y entre las 11:46:15 y las 11:46:25. Esa "presencia física" del imputado "en la totalidad de las imágenes tratadas como indubitadas, correspondientes a la grabación de los hechos efectuada el 4 de mayo de 2006", la reconoció Ballesteros el pasado día 10 ante el juez, que le tomó declaración a instancias de la Fiscalía para interrogarle sobre "los nuevos elementos aportados a la causa por el equipo investigador".
Además, la identidad de Ballesteros ha sido corroborada con tres informes periciales antropomórficos sobre esas imágenes y otras tomadas del imputado que han confeccionado agentes de la Comisaría General de Policía Científica, del servicio de Criminalística de la Guardia Civil y el Centro de Visión por Computador dependiente de la Universidad Autónoma de Barcelona. Los peritos de la Policía y el Instituto Armado que elaboraron esos dictámenes han sido citados para ratificar sus informes el próximo 4 de abril.
El pasado 24 de enero Ruz ordenó al equipo investigador, dirigido por el comisario Carlos Germán, elaborar un informe ampliatorio sobre las grabaciones de la entrada o salida del bar de personas por la puerta situada "frente al edificio de la Aduana y de las cabinas de teléfono", basándose en la declaración prestada por el dueño del local, Joseba Elosua, tras ser detenido el 20 de junio de 2006. En esas manifestaciones, Elosua, que fue el receptor del chivatazo, explicó que el individuo que le pasó el teléfono en el interior del bar, salió por la puerta antes mencionada tras finalizar la llamada -en la que se le alertó de la operación policial-, y añadió que "le vio cruzar la carretera en dirección a la gasolinera".
El magistrado considera que una vez que se han aportado todos los informes periciales que acordó practicar "resulta palmario que han desaparecido al presente estadio los motivos que justificaban la práctica de las presentes diligencias bajo secreto parcial de las actuaciones" y acuerda alzarlo. Además de Ballesteros, en la causa están imputados el ex director de la Policía Víctor García Hidalgo y el jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamiés.
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