Pilar Cernuda
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El primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha logrado ser investido este jueves como nuevo presidente de la Generalitat, en una jornada insólita, llena de incertidumbres y giros de guión, en la que el ex presidente catalán Carles Puigdemont ha protagonizado un fugaz retorno a Cataluña sin ser detenido, antes de darse nuevamente a la fuga, burlando a los Mossos d'Esquadra.
Este jueves 8 de agosto se presentaba lleno de incógnitas, dada la confluencia de dos acontecimientos de trascendencia y que, hasta hoy, parecían incompatibles: el regreso de Puigdemont y el pleno de investidura de Illa, que casi todos daban por hecho que tendría que ser suspendido por la más que probable detención del expresident.
Puigdemont ha cumplido su compromiso de volver a Barcelona, ha protagonizado una breve aparición pública y se ha esfumado, sin asistir al pleno del Parlament, como dijo que era su intención.
Pero el hecho de que no haya podido ser detenido ha permitido celebrar el debate de investidura, que, pese a sus muchos contratiempos, ha culminado con la elección de Illa en primera votación y con mayoría absoluta, gracias a los 68 votos de PSC, ERC y Comuns.
Todo ha empezado pocos minutos antes de las nueve de la mañana, cuando, caminando por la calle Trafalgar de Barcelona, ha irrumpido Puigdemont acompañado del secretario general de JxCat, Jordi Turull, y ha alcanzado el escenario montado ante el Arco de Triunfo, en el paseo Lluís Companys, donde ha pronunciado un breve discurso.
"Hoy he venido aquí para recordar que aún estamos aquí, porque no tenemos derecho a renunciar", ha proclamado, parafraseando el "Ya estoy aquí" del expresident Josep Tarradellas, ante 3.500 personas que lo han arropado, según fuentes de la Guardia Urbana.
Si ya era excepcional la imagen de Puigdemont en Barcelona, tras casi siete años huido y con una orden de detención nacional pese a estar en vigor la ley de amnistía, aún más llamativa ha sido su desaparición entre la multitud que lo rodeaba, de camino hacia el Parlament para sumarse al pleno a las diez de la mañana.
Desde ese momento, los Mossos d'Esquadra le han perdido el rastro, mientras que en el Parlament los diputados ocupaban sus escaños y se iniciaba el pleno de investidura con el discurso del candidato a la presidencia de la Generalitat.
Illa ha arrancado su intervención exigiendo "la aplicación ágil, rápida y sin subterfugios" de la ley de amnistía, ha lanzado elogios a ERC y al Govern de Pere Aragonès y se ha comprometido a "gobernar para todos" y "unir a los catalanes", poniendo los servicios públicos como la principal prioridad de su futuro ejecutivo.
En ausencia de Puigdemont, ha sido Albert Batet, presidente del grupo parlamentario de JxCat, el encargado de intervenir en nombre de su partido y de denunciar con dureza el pacto entre PSC y ERC para investir a Illa, con el que, según ha afirmado, "Cataluña se autoimpone un 155".
A continuación, el presidente del grupo de ERC, Josep Maria Jové, ha avisado a Illa de que el voto de los republicanos sería "un sí en guardia", por lo que "no tiene garantizada la legislatura".
Antes del parón para comer, el líder del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, ha culpado a Illa y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del "humillante esperpento" por el regreso de Puigdemont.
A las tres de la tarde, poco antes de reanudarse el pleno, JxCat ha reclamado su suspensión, alegando que había una "orden de detención" contra Turull, aunque los Mossos, en realidad, solo lo citarán a declarar en relación con su papel en la huida de Puigdemont.
Finalmente, el pleno se ha podido reanudar, con la intervención del líder de Vox en el Parlament, Ignacio Garriga, que ha anunciado denuncias contra quienes hayan ayudado a encubrir esta fuga.
La presidenta de Comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, ha afirmado que, con el acuerdo con el PSC, "habrá un antes y un después en el estado del bienestar" de los catalanes, pero ha advertido que su 'sí' "no es un cheque en blanco".
Desde de la CUP, Laia Estrada ha celebrado el regreso de Puigdemont como "el último capítulo del procés", mientras que la líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, ha advertido a ERC de que "investir a un españolista es legítimo, pero inmoral".
A las 19:30 horas, tras más de nueve horas de debate varias veces interrumpido, Illa ha conseguido ser elegido president, el número 133 de la historia de la institución de la Generalitat, según el conteo tradicional, y toma así el relevo de Pere Aragonès.
En la votación no ha habido sorpresas: Illa ha recibido los 68 votos de PSC, ERC y Comuns, frente a los 66 votos en contra de JxCat, PP, Vox, la CUP y Aliança Catalana, con un matiz: el único diputado que no ha ejercido su voto -ni presencial ni por delegación- ha sido precisamente Puigdemont.
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