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El futuro del PP depende de Feijóo

las claves

Aspirante. El presidente gallego parte en las quinielas como favorito para convertirse en poco más de un mes en el líder de la formación popular, que debe aprender pronto a caminar sin Rajoy

El futuro del PP depende de Feijóo
Pilar Cernuda

10 de junio 2018 - 02:36

El presidente gallego deshoja la margarita. O quizá la decisión sobre su posible candidatura la tiene ya tomada pero hace como que deshoja la margarita. Núñez Feijóo no da una sola pista sobre sus intenciones y no debe darla, lo primero es que el partido fije oficialmente la fecha para el congreso extraordinario y, también, designe el comité que lo organizará. De ese cónclave no saldrá un nuevo programa sino exclusivamente los nombres para el equipo que regirá los destinos del PP. Por tanto, es comprensible que Feijóo no quiera mostrar ni una señal que indique su impaciencia por lanzarse al campo de batalla. Cuanta más tranquilidad transmita, mejor; cuanto más se identifique su figura con la de un hombre que duda entre dejar un importante Gobierno regional para asumir la responsabilidad de presidir un PP de porvenir incierto, mejor también.

Desde que Sánchez conquistó La Moncloa con un equipo que provoca buenas expectativas, los sociólogos expertos en expectativas de voto trabajan para cumplir con los encargos de empresas, partidos y medios de comunicación. Al menos dos, rivales pero ambos con reconocido prestigio, coinciden en cuatro puntos: desplome de Podemos, euforia entre los militantes y votantes del PSOE, ligero descenso de C's ante la salida de Rajoy de la presidencia del PP, y mejores perspectivas para los populares, que mejorarán o volverán a bajar en función de quién sea elegido nuevo presidente.

Coinciden también en que el candidato que genera más entusiasmo es Alberto Núñez Feijóo, seguido por Soraya Sáenz de Santamaría, aunque muy por detrás del gallego. Y tiene un fuerte tirón, cercano al de Feijóo, Ana Pastor, aunque parece que no va a entrar en la carrera. Se da por hecho que, por responsabilidad institucional, que ha demostrado sobradamente, continuará al frente del Congreso, donde le espera la delicada misión de sosegar el nuevo escenario político, en el que se producirán las inevitables tensiones agravadas por la precariedad con la que Sánchez va a ejercer y las tentaciones de los independentistas y antisistemas de hacer fracasar su proyecto. Además, ni PP ni Ciudadanos le van a hacer fácil la tarea.

contra el psoe y... c's

El PP se la juega en los próximos meses. Con Feijóo o sin él hará una política que lo distancie no sólo del PSOE sino también de C's, al que "le tiene ganas". Hace tiempo que Rajoy no confía en Rivera, pero tras la moción el PP en pleno considera que la posición de Rivera ha sido de total deslealtad. Piensan que siempre lo fue como supuesto socio, pero ahora impulsó la moción buscando un adelanto electoral que favorecía a su partido. El PP y el PSOE vieron su jugada, pero Rivera puso en marcha el mecanismo que provocó la llegada de Sánchez a La Moncloa aunque no lo respaldó al ver que no habría anticipo electoral. Así que el PP hará una oposición constructiva respecto a Sánchez, al que apoyará en las políticas de Estado, pero será implacable en su lucha para recuperar el espacio que le ha quitado C's, denunciando sistemáticamente su oportunismo, inexperiencia de gestión, cambios de criterio y propuestas de imposible cumplimiento al objeto de captar votos.

Dirigentes del PP repiten que ya no cabe lamerse las heridas, sino que toca dar un vuelco al partido y ponerse en disposición de ganar elecciones. El primer reto es mejorar sensiblemente el resultado de las autonómicas, municipales y europeas de mayo de 2019. Es fundamental recuperar gobiernos y alcaldías, los mejores centros de poder para captar votos.

Desde hace tiempo Feijóo defiende que las figuras del PP con mayor predicamento deben tener la generosidad y la responsabilidad con el partido de abandonar sus trayectorias nacionales para competir como candidatos a ejecutivos regionales y locales. Complicada tarea, pues no hay cultura en el PP de considerar relevantes a los dirigentes periféricos, pero los que conocen al gallego no tienen duda de que si es presidente del PP actuará en esa dirección. Tiene tantos a favor de su estrategia: él mismo, figura regional, es la más deseada por la militancia y votantes, y el ejemplo del Gobierno de Sánchez, que ha tenido una aceptación generalizada, está formado en gran parte por personas con experiencia alejada de Madrid.

sin tutelas

Rajoy no ha señalado con el dedo a ningún candidato y no va a hacerlo, respetando escrupulosamente el proceso de sucesión. Es de dominio público que de todos los miembros del PP la persona que es a la vez amiga entrañable y persona imprescindible en sus equipos es Ana Pastor. Tiene Rajoy innumerables amistades en el PP, pero Pastor es especial. Se equivocan quienes creen que Feijóo pertenece a su grupo más íntimo, el clan de Pontevedra, al que desde luego pertenece Pastor y también la diputada Pilar Rojo, ex presidenta del Parlamento gallego. Con Feijóo comparte Rajoy una excelente relación personal y política, se tienen mutua y absoluta confianza no sólo en razón de los cargos que han ocupado hasta ahora sino porque existe buena sintonía entre ellos, pero el presidente de la Xunta no es del círculo con el que se relaciona.

Pueden pensar los militantes del PP que Feijóo es el candidato de Rajoy pero, conociendo al presidente, estará satisfecho si es él el elegido pero también si lo son Soraya o Cospedal. Lo que le importa a Rajoy es que su sustituto tome las medidas adecuadas para que el PP se convierta nuevamente en el principal partido y gobierne. Apoyará sin fisuras a Feijóo, que hoy es el que aparentemente concita más entusiasmo, porque sólo con entusiasmo se recompone un partido maltrecho.

A la gente del PP le gustó especialmente una de las frases que pronunció Rajoy ante la Ejecutiva. Cuando reiteró que se pondría a las órdenes de quien vaya a ser nuevo presidente, dijo que para él "a la orden es a la orden". A buen entendedor... En el partido se ha recibido con una indignación no disimulada las palabras de Aznar en las que se ofrecía a liderar el centroderecha. Es de sobra conocido el acercamiento del ex presidente a Vox y a Ciudadanos, también lleva tiempo criticando a Rajoy en los cenáculos madrileños, y resultó especialmente irritante que se presentase como un hombre sin militancia. Todo lo contrario de lo que transmitía Rajoy cuando insistía en que apoyará al PP y al nuevo presidente, o presidenta, y se pondría a sus órdenes. Recordaba aquella frase de Manuel Fraga, que cumplió, de no interferir en las decisiones que tomara su sucesor: "Ni tutelas ni tutías".

La suerte del PP está echada. Tendrá que caminar a partir de ahora sin Rajoy y, en un mes, se verá si será Feijóo quien marque ese camino. Los sondeos indican que, con él, tienen mejores bazas que con cualquier otro presidente.

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