Los fracasos vasco y gallego dejan KO a Pedro Sánchez

Es posible que Pedro Sánchez resista. "¡Por dios!". Es posible que hoy, por esa divina llamada de Miquel Iceta a la resistencia de su líder, Pedro Sánchez siga adelante y al frente del PSOE, pero su partido cosechó anoche dos importantes fracasos en Galicia y el País Vasco, dos comunidades de una importancia histórica para este partido, las del gallego Pablo Iglesias y el vizcaíno Ramón Rubial. Ambas cifras son las peores de su historia. Pedro Sánchez es hoy menos líder que ayer, y a las dos derrotas consecutivas en las últimas elecciones generales, añade estos fracasos en el norte. Su posición en el PSOE no sólo sale debilitada, sino casi impedida, y su resistencia a Mariano Rajoy, muy deslegitimada. Sánchez y Rajoy se han involucrado en esta campaña electoral, en especial en la gallega, y allí el presidente del Gobierno en funciones ha salido muy reforzado frente a su opositor. Anoche no se oyeron voces críticas en el PSOE, sólo lamentos. Pierde siete escaños y 86.000 votos en Euskadi y cuatro parlamentarios y 47.000 votos en Galicia, el que más pierde. Sólo ganó en un municipio en el País Vasco.

En Euskadi, el nacionalista Íñigo Urkullu volvió a ganar las elecciones y podrá gobernar, como hasta ahora, con acuerdos puntuales con otros partidos, pero no necesita ni al PP ni al PSOE para ser investido. Los socialistas cosechan el peor resultado de la democracia en el País Vasco, están por detrás de Bildu y de Podemos e, incluso, empatados con el PP. Prácticamente, la mancha roja socialista se ha ido retirando de los municipios vascos, es tan excepcional como el PP. Y en Galicia, el popular Alberto Núñez Feijóo igualó los resultados y alcanzó su tercera mayoría absoluta. Núñez Feijóo, que hace dos meses se planteó dejar la política si no obtenía la absoluta, se convierte en un referente del PP para la política nacional, pero el resultado también beneficia a Mariano Rajoy, que se ha volcado en esta campaña en su comunidad de origen. El PSOE está por debajo del PP y de En Marea, en votos, la marca de Podemos y su confluencias en Galicia.

El resultado del País Vasco no influirá, finalmente, en la postura del PNV respecto al PP y a un posible apoyo a la investidura de Mariano Rajoy. A Íñigo Urkullu no le hace falta, en estos momentos, ni el PSOE ni el PP para ser investido. El Parlamento vasco elige lehendakari al candidato que más voto obtenga en la Cámara, de tal modo que ni un pacto entre Podemos y Bildu conseguiría descalbargar a Urkullu, ya que serían 28 escaños de las izquierdas soberanista contra los 29 del PNV.

De este modo, los resultados del 25-S no añaden mayor claridad a una posible investidura de Mariano Rajoy, España se sitúa muy cerca de la repetición de las elecciones. Pero la incógnita reside, a partir de esta mañana, en el PSOE, ya que el resultado deja KO a Pedro Sánchez y los críticos podrían aprovechar los resultados para intentar defenestrarlo.

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Con independencia de la batalla interna de los socialistas y de las razones de cada cual, el PSOE se coloca en una posición de match point, histórica, a partir del cual podría dejar de ser decisivo en importantes comunidades de España. Lo que no ocurrió en las elecciones generales del 26 de junio, se ha producido ahora: el sorpasso de Podemos y sus confluencias. En Galicia, En Marea es la fuerza mayoritaria de la izquierda, adelanta al PSOE en votos, incluso, en Vigo, donde gobierna el socialista Abel Caballero. En la mayor parte de municipios con ayuntamientos socialistas han sido adelantados por el PP o por En marea.

Y en el País Vasco, el PSOE se queda por detrás de la candidatura que encabezaba Pili Zabala. Se da la circunstancia, además, de que los candidatos del PSOE en las dos comunidades, Xaquín Fernández y Idoia Mendia, eran persona de confianza de Pedro Sánchez. A pesar de haberse involucrado en las dos campañas con el no a Mariano Rajoy como bandera, el votante de izquierda ha preferido a las marcas de Podemos antes que al PSOE.

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Anoche, la decepción era mayúscula en el PSOE andaluz, como en el resto del partido a nivel nacional. Los territorios críticos con Pedro Sánchez, sin embargo, van a esperar a oírlo, se supone que esta mañana. El secretario general reúne hoy al núcleo duro de su Ejecutiva, la permanente, por lo que no se espera una postura crítica con él en esta reunión. La siguiente cita será el próximo sábado, cuando se reúna el Comité Federal, el órgano competente en materia de pactos. Sánchez tiene previsto defender entonces un acuerdo con Podemos y Ciudadanos para gobernar España, pero ni le dan las sumas ni goza del liderazgo suficiente para gobernar el país con 85 escaños. Elección tras elección, el PP ha demostrado que está por encima del PSOE en esta carrera nacional.

Los críticos pueden forzar la dimisión de Pedro Sánchez esta semana en la Ejecutiva o en el Comité Federal. Bastaría que en alguno de los dos órganos obtuvieran la mitad más uno de los votos para descabalgarlo. Con los resultados de anoche, es posible, ni le acompañan los resultados electorales ni la mayor parte de las federaciones, seis de los siete presidentes autonómicos están en su contra. Pero Pedro Sánchez es duro, quizás resista, como le pide Iceta, pero su partido no.