La federación andaluza hace valer su número

El PSOE andaluz y su líder, Susana Díaz, tuvieron mucho que ver en la elección de Pedro Sánchez como secretario general en el congreso de 2014, y han vuelto a ser decisivos en el cese de este líder. Desde principios de esta semana, después de que se conociese la derrota electoral en el País Vasco y en Galicia, los socialistas andaluces presionaron para que Sánchez hiciese un planteamiento de su liderazgo.

Lejos de ello, anunció un congreso urgente para resolver su liderazgo el próximo 23 de octubre. El hombre de Susana Díaz en su partido, Juan Cornejo, se encargó de enviar los mensajes: los resultados obligaban a asumir responsabilidades, no a celebrar cónclaves. Susana Díaz ya contaba, entonces, con la complicidad del resto de presidentes autonómicos del PSOE, que organizaron la dimisión en bloque de sus miembros en la Ejecutiva.

Fue un andaluz, el sevillano Antonio Pradas, quien escenificó el golpe, y otra sevillana, Verónica Pérez, quien se plantó en Ferraz para reclamar un poder que, sin embargo, era colegiado. Susana Díaz ha sido señalada por los pedristas como la líder de la rebelión. Anoche, sus partidarios gritaban en la calle Ferraz: "Susana, felipista, sois los golpistas".

Después del desenlace del Comité Federal, los manifestantes que todavía quedaban por los alrededores de la sede socialista la tomaron con la presidenta de la Junta. De forma jocosa, cambiaron la letra al clásico Susanita tiene un ratón por "Susanita quiere un sillón, un sillón en Madrid. Sabe que una abstención la manda a Madrid".

Para echar más leña al fuego, el ya ex secretario de Organización del PSOE, César Luena, afirmó ayer que volvería a votar por Sánchez en el caso de que se presente de nuevo a la primarias. A quien aseguró que no votaría es a Susana Díaz. "Yo apoyaré a Pedro siempre", aseguro la mano derecha del ya ex secretario general socialista para después negar tajantemente si daría su voto a Díaz si finalmente se presenta.