Una sucesión sin candidatos oficiales
Pérez Rubalcaba y Chacón no son los únicos aspirantes, ahí están López, Madina, Vara, Bono...
La sucesión de José Luis Rodríguez Zapatero es una carrera en la que no hay ningún candidato oficial y, por el momento, tampoco oficiosos. Entre los nombres más comentados ayer en la sede del PSOE en la madrileña calle de Ferraz está el del candidato a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, que guarda silencio, y el de la ministra en funciones de Defensa, Carme Chacón.
Rubalcaba se ha negado a desvelar cuál sería su futuro político si, como todas las encuestas vaticinaban, perdía las elecciones generales. Sus partidarios siguen viéndolo como la opción más sólida para llevar las riendas de la oposición, mientras que sus detractores esgrimen la histórica derrota para restarle la legitimidad de optar a liderar el PSOE. Su edad y su pertenencia a la vieja guardia del partido tampoco juegan a su favor. Hay quien le ve más que como candidato, como padrino de un aspirante afín.
Carme Chacón ya quiso disputar a Rubalcaba las primarias para ser el cartel electoral del PSOE en estas generales, pero finalmente se retiró. No parece ahora probable que se rinda y, aunque no ha confirmado nada, no se cansa de decir en público que el partido está preparado para que lo dirija una mujer y catalana. Su juventud puede ser una de sus bazas, aunque hay sectores que la ven demasiado cercana a Zapatero como para representar la renovación que necesita el partido.
Patxi López es otro posible aspirante a la sucesión. El hándicap del lehendakari es que no es diputado en las Cortes Generales y si llegara a dirigir el PSOE no llegaría a enfrentarse en un cara a cara parlamentario con Mariano Rajoy. Desde el Gobierno vasco han garantizado hoy que no aspira a la secretaría general y que su intención es agotar la legislatura en Euskadi, que concluye en marzo de 2013.
El ex presidente extremeño Guillermo Fernández Vara tampoco es diputado y también ha manifestado muchas veces que su propósito es aguantar los cuatro años de oposición en Extremadura, pero en muchos sectores del PSOE se valora su carácter dialogante y su capacidad de aunar distintas sensibilidades como hombre de consenso.
Muchos quieren ver en el joven diputado vasco Eduardo Madina la promesa de futuro del partido. En la pasada legislatura se hizo cargo de la secretaría general del grupo parlamentario, avalado por Rubalcaba, y con Ramón Jáuregui como uno de sus valedores.
José Bono, retirado de la política activa por voluntad propia, ha asegurado públicamente que tiene sus aspiraciones colmadas, pero su nombre siempre vuelve a sonar cuando en Ferraz se hacen quinielas. En 2000 perdió por nueve votos la secretaría general que ganó Zapatero.
¿Y el diputado desconocido? Como Zapatero en julio de 2000, el PSOE podría elegir como líder a una persona desconocida para el gran público.
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