No hubo 'sorpasso', hubo ascenso
El partido del Cádiz retrasó la noche electoral y logró que todos los partidos se pusieran de acuerdo en algo El PSOE contuvo su euforia y Podemos disimuló su decepción
Lo que es el fútbol, la cosa más importante de aquellas que no tienen importancia. El fútbol está por encima de la política, la cosa menos importante de las cosas que tienen importancia. Ayer ambos, en Cádiz, jugaron un derbi, fútbol contra política. Y el fútbol le pegó un baño a la política. En la sede de los cuatro partidos que aspiraban a la victoria no se movía un músculo, ni una sonrisa, hasta que no se consumó la victoria que todos deseaban. El Cádiz subía y todos estaban de acuerdo en eso. No había que hacer valoraciones, sólo jalear y cánticos, unos más altos que otros.
Los que peor lo llevaron fueron los de Podemos porque entre ellos hay muchos futboleros y así se veía con algunas camisetas amarillas, no demasiadas, pero tenían que demostrar que estaban en algo más trascendente y para lo transcendente no les salían las cuentas ni para atrás, por lo que algunos se dedicaron a lo más intranscendente y tenían una sonrisa de oreja a oreja con lo que escuchaban por la radio o con lo que les contaban los que venían de un bar cercano donde estaban viendo el partido. Los de lo trascendental no se atrevían a acudir a ver a los chicos corriendo por una pradera alicantina.
José María González, el alcalde, es un forofo, para qué lo va a negar. De hecho, no lo niega. Es un forofo tranquilo, un buen forofo, que, de repente, es alcalde, y tiene que reprimirse y no pegar saltos. Y estaba allí porque le tocaba estar, en el lugar alquilado por su partido para el rito de la noche electoral. Como no es experto, a pesar de que lleva unas cuantas campañas electorales seguidas, muy seguidas, se le escapaba una sonrisita maliciosa y retenía una camiseta del Cádiz bajo el sobaco, dispuesto a ponérsela en cuanto terminara el funeral en el que se había convertido la noche de los votos en la peña Juanito Villar. "Está lo uno y está lo otro", decía con sentido del humor. A su espalda, los analistas; a su espalda, nada era como habían pensado que tenía que ser. Pero él no lo podía evitar, en su cara se iluminaba el alegrón. "Jeje, no, de verdad, no hablemos de fútbol". "Jeje, de verdad, no hablemos de política".
En la sede del PSOE se desató la euforia con el fútbol ya que no se podía desatar la euforia políticamente porque no era políticamente correcto. Fue una forma de canalizar una derrota sumamente dulce. Son 5.700 votos menos, que se dice pronto, para pegarse de cabezazos con la pared. Nadie puede decir que se ha triunfado cuando se han sacado menos representantes en el Congreso que nunca, cuando se han sacado menos votos que nunca, pero por dentro corría la jarana de que no hubo 'sorpasso' ni por asomo. Esa palabra italiana ardía en las venas socialistas como una mala droga. La victoria del Cádiz fue adrenalina para disimular de qué iba la explosión de alegría que se vivió en la sede socialista.
Irene García, de hecho, antes de hacer ningún tipo de análisis electoral, hizo un análisis futbolistico de lo que significaba que el Cádiz estuviera en la Segunda División, que esto sería un dinerillo por la provincia y que quién sabe. El consuelo era doble para lo que, en circunstancias normales, debería habver sido un disgustazo.
Teófila Martínez, por su parte, agarró la bandera que le entregó uno de los seguidores y sacó pecho para decir que tenemos un equipo de Segunda con un estadio de Primera, porque siempre es buen momento para recordar algunas inversiones que paras otros son incomprensibles. Un estadio, por ejemplo. Como, además, habían ganado, el estadio es un potosí y el ascenso puede incluirse en su inventariado. Incluso, en el momento de entusiasmo, se pidió al jerezano Antonio Saldaña, que ya es pedir, secretario provincial, que besara una bandera del Cádiz y hasta ahí podíamos llegar, que una cosa es la política y otra es el fútbol, que una cosa es la secretaría provincial y otra cosa es Cádiz y otra cosa es Jerez. La vida es muy compleja. Y el fútbol y la política también. El geofútbol y la geopolítica.
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