Mas pincha en hueso con DiL y hace un análisis en clave independentista

En este baile de partidos con nueva denominaciones, ya sea la propia o coaligada, Convergència, que ya no está con Unió, ha pasado a ser Democràcia i Llibertat (DiL) y se ha convertido en el lapso que va de 2011 a 2015 en la cuarta fuerza política en Cataluña con ocho diputados, un batacazo en toda regla a tenor de los ocho diputados que ha conseguido en Madrid, justo la mitad de los 16 de los que disfrutó en la legislatura anterior.

El desplome, lo mire como lo mire Artur Mas, el líder del partido, es relevante al perder la mitad de los votos -más de un millón hace cuatro años por poco más de 560.000-. El desgaste del president en funciones de la Generalitat, que sabrá el próximo domingo si la CUP decide al fin a favor de su investidura en el Parlament, le ha pasado factura en las elecciones nacionales mucho más que en las regionales del pasado septiembre, cuando se presentó asociado con Esquerra Republicana en Junts pel Sí.

Podemos (En Comú) se ha apropiado de más de un cuarto de los diputados en juego, pero también Esquerra, con nueve, ha adelantado a DiL y con el PSOE ha hecho tablas en asientos en el Congreso, no así en votos, pues también ha salido perdedor.

En otras circunstancias, Mas podría aprovechar estos ocho diputados logrados para que sirvieran como llave en Madrid con el fin de investir a Rajoy, pero no está el horno para bollos después de las trifulcas entre el PP y los independentistas catalanes a propósito del desafío secesionista.

Trató de menguar la derrota Mas para que el revés fuera más dulce. Lo hizo analizando los resultados en clave regionalista, sabedor de que el ganador en las urnas anoche, Podemos, aboga por un referéndum para Cataluña, no como PP, PSOE y Ciudadanos, que se niegan en rotundo. El presidente catalán en funciones cree que el "derecho a decidir" salió "claramente reforzado" de las generales e instó al líder de Podemos, Pablo Iglesias, a cumplir su promesa de que un referéndum de autodeterminación sea condición para pactar una investidura.

Comentó que ahora se abren "puertas interesantes" en la política nacional ante las que la comunidad puede tener "un papel" si se "juegan bien las cartas". En su alocución, lanzó un mensaje a Iglesias: "Tomamos la palabra a Podemos de que no investirán a nadie ni darán apoyo a un Gobierno que no defienda un referendo vinculante para Cataluña".