La ventana
Luis Carlos Peris
Instalados en la diaria inocentada
Madrid/Las redes sociales están alumbrando en los últimos meses una nueva forma de protesta, movimientos ciudadanos como Democracia Real Ya o No les votes que están canalizando el descontento con la clase política y financiera y con la gestión de la crisis económica.
"La ley Sinde actuó como una especie de espoleta", explica Enrique Dans, profesor de Sistemas de la Información en IE Bussiness School y uno de los impulsores de No les votes. "Nos dimos cuenta de que los partidos mayoritarios -en este caso PSOE, PP y CiU que pactaron la aprobación de la ley- estaban haciendo algo que no tenía nada que ver con la voluntad de la ciudadanía", señala, "sino más bien con ciertos lobbies de poder".
Dans y otras personas escribieron un manifiesto y, a partir de ahí, se creó un apoyo muy fuerte en la Red; su página web supera el millón y medio de visitas y en Twitter se generan diariamente y cada pocos minutos mensajes con ese identificador. "La idea de no les votes no es no votes sino vota a otros, busca otras opciones más representativas, minoritarias, que si salen elegidas den una señal de alarma a los partidos mayoritarios para que sepan dónde están las líneas rojas que no se pueden cruzar y que tienen que regenerar la democracia", afirma.
Democracia Real Ya también surgió en las redes y en sólo tres meses han logrado más de 500 adhesiones, entre ellas, asociaciones como Ecologistas en Acción, Intermón, ATTAC, Jóvenes sin Futuro o Anonymous. Con el lema "No somos mercancía en manos de políticos y banqueros", la plataforma ciudadana ha convocado movilizaciones en más de 50 localidades españolas este domingo para reclamar una democracia más representativa y un mayor control de políticos y banqueros, según indican en su manifiesto.
"Lo que estamos planteando son cuestiones de sentido común, que no entienden de ideologías partidistas", dice Jon Aguirre, portavoz de la plataforma que asegura no estar vinculada a ningún partido político. Aguirre habla de dar salida a "la indignación colectiva", recurriendo a un llamamiento que ha popularizado el que fue héroe de la Resistencia francesa, Stephane Hessel, con su libro ¡Indignaos!, un éxito editorial tanto en Francia como en España en el que llama a los jóvenes a superar la indiferencia y promover una insurrección pacífica.
Pero hay otros que prefieren la risa a la indignación, como el colectivo Risastencia que propone utilizar la carcajada como forma de protesta, "frente a la crisis, los políticos, los banqueros y los sindicatos". "Si ellos se ríen de ti, descojónate tú de ellos", proponen los autores de esta iniciativa que también ha convocado concentraciones en varias ciudades españolas.
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