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El hemiciclo se complica

Albert Rivera rechaza apoyar a Rajoy y a Sánchez, aunque C's corre riesgo de no sumar. Si los escaños azules y naranjas no dan 176, el PSOE puede liderar una alianza tricolor. El desafío catalán obligará a formar un Gobierno rápido y espantar otras elecciones.

El hemiciclo se complica
Juan M. Marqués / Perales

17 de diciembre 2015 - 01:00

EL hemiciclo que salga de las urnas el domingo será más plural, pero más complicado para formar un Gobierno estable. La afirmación de Mariano Rajoy sobre la necesidad de encontrar un socio estable para el Ejecutivo, previsiblemente Ciudadanos, ha dado credibilidad a los sondeos que indican que el PP puede obtener una mayoría corta, insuficiente para buscar sólo un acuerdo de investidura. No se acercan al deseado 30% de apoyo ni a los 140 diputados. El aludido, el líder naranja, Albert Rivera, se mantuvo firme en su postura. Desde Santander, indicó que "un modelo de España de PP-PSOE o PSOE-PP", caracterizado, a su juicio, por "el insulto, el reproche y la falta de reformas", sería "defraudar a mucha gente". No sería el cambio. "Nosotros no tenemos preferencia para pactar ni con Sánchez ni con Rajoy, tenemos preferencia por pactar con los españoles", contestó. Ciudadanos aún mantiene como objetivo colocarse en segundo lugar y forzar un Gobierno con Albert Rivera de presidente, pero su problema puede ser más grave si su formación es la tercera y ni siquiera suma los 176 escaños de la mayoría absoluta con el PP. Mariano Rajoy, que estuvo en Cangas, epicentro de la Reconquista, donde prometió un museo nacional de Historia de España, advirtió de la otra opción, la que puede darse si Ciudadanos pincha: una coalición tricolor, o multicolor, liderada por el socialista Pedro Sánchez. "A España no le conviene una coalición del PSOE, Podemos y puede que otros acompañantes", manifestó Rajoy.

De acuerdo con los sondeos, hay dos escenarios posibles más un tercero que ha complicado el cara a cara entre Rajoy y Sánchez. El primero de ellos, el que se dibuja con la encuesta del CIS y otras muy parecidas, es que Rajoy obtendría una mayoría en torno a los 130 escaños, a los que sumaría a los de Ciudadanos; bastaría con 45, al menos para sacar adelante la investidura. Hay que tener en cuenta que en esta ocasión no hay mucho recursos a encontrar respaldos entre el resto, Coalición Canaria aportará dos a los más mientras que el partido de Artur Mas ya no sirve a los constitucionalista. Los otros son poco proclives al PP, como IU y PNV, y el aceite sobre el agua, como Bildu o Geroa Bai.

Albert Rivera viene dejando claro desde antes de la campaña que no apoyará a Rajoy ni a Sánchez, ni siquiera en la investidura, pero el partido naranja ha terminado por apoyar a Ejecutivos en Madrid y en Andalucía siempre que acepten su decálogo de transparencia y regeneración. Ello conllevaría que no hubiese imputados en el Congreso, que el PP se comprometiese a introducir las primarias internas o a cambiar las normas del Tribunal de Cuentas, entre otros. Aunque la posición de Rivera sea la real -es decir, que no esté fingiendo-, la presión para que España cuenta con un Gobierno en enero será tremenda. Entre otras razones, por el desafío catalán, hibernado durante la campaña a cuentas de la indecisión de la CUP para investir a Artur Mas. Francesc Homs, el primero en la lista de Democràcia i Llibertat, ha sido enviado al Congreso como el negociador del proceso.

Este escenario, el naranja sobre azul, había sido el más probable en los primeros días de la campaña. Rajoy partió muy fuerte y Rivera adelantó a Podemos, pero el escenario ha podido cambiar, según los últimos sondeos publicados y los no publicados. De modo clandestino, diremos que Radio Pirenaica -es decir, El Periódico de Andorra- , sostiene en el sondeo de ayer que las berenjenas han adelantado a las naranjitas, las primeras están a 66 o 70 euros y las segunda, a 54 a 58 euros. Las rosas, de 81 a 86, mientras que las gotitas de agua azul, de 106 a 110. La ley electoral sigue prohibiendo en España la publicación de encuestas electorales desde el último lunes de campaña, pero internet ha dejado en papel mojado una norma que, sin embargo, nadie defiende ya. Andorra dará un poco de luz, como en su día la clandestina Radio Pirenaica.

El segundo escenario es, efectivamente, que Mariano Rajoy gane las elecciones con una mayoría corta y que, con Ciudadanos y Coalición Canaria, no sume los 176. A Rajoy no le salió bien el cara a cara con Sánchez, e Iglesias, con este tono seráfico que ha adpotado últimamente, sigue subiendo. Las berenjenas cotizan a lo alto. Esto llevaría a Pedro Sánchez a intentar una coalición con el segundo, con Podemos o con Ciudadanos, o con la integración de uno de ellos y la abstención del otro en la investidura. Sánchez podría contar también con el apoyo del PNV. Pero esta opción es complicada porque no es de dos, sino de tres, y hay que ver si los diputados socialistas andaluces apoyarían una coalición tripartita.

Si esto no es así, queda el tercer escenario, que no es otro que el de la gran coalición entre populares y socialistas. Esta fórmula saltó por los aires en el debate entre los dos líderes, aunque la política, en efecto, hace extraños compañeros de cama, las acusaciones de indecencia y de mezquindad, difícilmente, son superables. Al menos con los mismos interlocutores. Esta coalición es, además, la menos preferida por los españoles, a penas sale en las encuestas, aunque hay notables partidarios tanto en el PP como en el PSOE.

El calendario legal da dos meses de colchón para elegir un presidente a los dos meses de que se produzca la primera votación, para la que es necesaria la mayoría simple. Una vez producida, el Rey puede ir proponiendo los candidatos que tengan opciones de ser elegidos presidentes. A pesar de los números, Cataluña y la crisis económica, pero sobre todo la secesión, forzará a una solución estable.

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