La otra cita del Mayo Festivo
La jornada electoral transcurrió sin problemas pero con rumores de presuntas irregularidades, que la Subdelegación no confirmó · La Feria no resta participación, que se incrementa respecto a 2007
PARECE una ley: domingo de elecciones, domingo soleado. O no, tal vez no sea así, pero la memoria, que como bien se sabe es selectiva, me hacer recordar todos los comicios de este modo, con buen tiempo, y especialmente los municipales, que en Córdoba son sinónimo de Feria y casi un añadido que, cada cuatro años, enriquece el programa del Mayo Festivo. Sea por lo que sea, tal vez porque quien decide esto de la climatología tiene más espíritu democrático que folclórico o festivo, lo cierto es que los cielos despejados y las altas temperaturas, que tanto se añoraron en la Semana Santa y en las Cruces, fueron el escenario perfecto de los comicios y un motivo más para no quedarse en casa e irse a votar antes de enfilar el camino de El Arenal. La participación en la capital, tras contraerse de forma más que sensible hace cuatro años, creció y volvió a colocarse en niveles habituales, mientras que en la provincia creció también cinco puntos. Hubo, eso sí, una mayor concentración del sufragio en las horas matinales, lo que dio lugar a algunos colapsos en colegios de la capital -como en Colón, donde los electores se mostraron molestos por el cambio en la disposición de las mesas respecto a años anteriores- o a problemas de aparcamiento en colegios del centro de las ciudades más pobladas.
La jornada electoral venía precedida por ese elemento novedoso que habían sido las movilizaciones del 15-M, pero llegada la hora de la verdad predominó la calma y la responsabilidad del electorado. No hubo problemas reseñables en la constitución de las mesas en el conjunto de la provincia, aunque, ya por la tarde, comenzaron a vivirse algunos momentos tensos en algunos colegios electorales de la zona sur de la ciudad. La razón: que varios interventores detectaron supuestas irregularidades. Al cierre de esta edición, ni la Subdelegación del Gobierno ni la Junta Electoral reconocían de forma oficial sin embargo que existiese alguna incidencia en ese sentido.
Los candidatos a la Alcaldía de Córdoba, como la mayoría de la población, se mostraron tempraneros a la hora de votar. El candidato popular, José Antonio Nieto, votó a eso de las diez de la mañana en el colegio Caballeros de Santiago, acompañado de su esposa y de sus hijos, mientras que el actual alcalde, Andrés Ocaña, votó en el Centro Cívico de La Corredera, acompañado por concejales de su último equipo de gobierno como Ana Morales y Pedro García.
El socialista Juan Pablo Durán, que ejerció su derecho al sufragio en el Mediterráneo, la líder de Ecolo Rosa Colmenarejo, el andalucista José Bollero o el aspirante de UPyD Juan Luis Hidalgo también acudieron acompañados de sus familiares o de compañeros de partido a cumplir con el trámite de cualquier buen candidato y con el de realizar sus declaraciones a favor de la participación. Las anécdotas las aportaron Rafael Gómez, que, en el mismo tono campechano de campaña que ha ido perfeccionando durante los últimos 15 días, se abrazó a los dos policías nacionales que vigilaban el colegio Bética-Mudarra para lanzar su grito de guerra: "Vamos a ganar", y Rosa Aguilar, que tras tres elecciones municipales votando en calidad de candidata lo hizo esta vez como ministra de Medio Ambiente. También eran las primeras locales en las que ejercía el sufragio tras su sonada salida de IU y como defensora del proyecto del PSOE. Un ciudadano que andaba por el Colegio Colón, donde vota la exalcaldesa, le preguntó ni corto ni perezoso y con retranca: "¿A quién votarás, Rosa?". A Durán, dijo ella, que incluso le mostró su papeleta socialista a los fotógrafos allí reunidos antes de introducirla en el sobre. Fuera de la capital, la curiosidad estuvo en ver al candidato y al acalde de Baena, Luis Moreno, coincidir en el colegio electoral con el exalcalde Carlos Arenas, enfrentados ambos en un polémico proceso judicial, y en que el candidato a la Alcaldía de Palma, Salvador Fuentes, ejerciese su derecho en la capital dado que, debido a la premura de su elección como candidato, no le había dato tiempo a cambiar los datos del padrón en el plazo fijado.
Más allá de rostros conocidos, la jornada dio también para ver a en la calle a ese gentío diverso que son los cordobeses y para observar las numerosas imágenes clásicas o entrañables que se dan en cualquier municipio. De las de siempre, las de las mujeres vestidas con traje de flamenca acudiendo a votar a las urnas o las de las monjas de algunos conventos del centro de la ciudad que acudieron a votar sonrientes. De las emotivas, las de algunos ancianos a los que les costaba llegar a la urna por las vergonzosas trabas arquitectónicas que aún tienen muchos edificios públicos o la de las personas con minusvalías a las que había que sacar la urna fuera del colegio electoral para que pudiesen ejercer su derecho al voto.
A las ocho, finalmente, los colegios cerraron las puertas y muchos volvieron a sus casas desde la Feria para cerrar el día ante la televisión o la radio. Unos, sonrieron; otros, no. Más allá de ello, Trinidad Jaén, de 20 años que ayer acudía a votar por vez primera vez en su vida a un colegio próximo a Sagunto, resumía un sentir general: "Que gane el que quiera la gente, pero que consiga hacer que todos seamos algo más felices y que no tengamos que sentirnos mal por su forma de hacer". Se verá.
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