Cuando las barbas de tu vecino... o los gobiernos que la crisis 'peló'
Gordon Brown en el Reino Unido, Brian Cowen en Irlanda, José Sócrates en Portugal, Lars Lokke Rasmussen en Dinamarca..., y Giorgos Papandréu en Grecia y ahora Berlusconi, han perdido el Gobierno tras la crisis.
No solo contra las encuestas ha de luchar el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ante la cita electoral del 20 de noviembre. Miembro del Gobierno que ha estado a los mandos de España durante la profunda crisis económica, el ex vicepresidente se dispone a pasar ante las urnas la misma experiencia que ya han vivido en los últimos meses los partidos gobernantes de varios países europeos.
Y su objetivo es que no se repita lo que ha ocurrido en la mayoría de ellos: castigo ciudadano al que ha gestionado la crisis sin importar que su signo sea de derechas o de izquierdas.
Nicolás Sarkozy en Francia, Angela Merkel en Alemania, Silvio Berlusconi en Italia o José Sócrates en Portugal pueden dar fe de que el descontento ciudadano se ha traducido en varapalos de los mercados o duros castigos electorales en comicios generales, locales o regionales. O en los que aún les auguran los sondeos.
Merkel, en el centro de todos los guisos económicos europeos, ha tenido que vivir este año una tras otra hasta seis derrotas de los partidos que forman parten de su coalición en las sucesivas elecciones de otros tantos estados alemanes.
Pero sus preocupaciones (electorales) no se detienen ahí, porque los últimos sondeos de intención de voto ante las comicios estatales de 2013 vaticinan que una hipotética coalición de los socialdemócratas del SPD y de Los Verdes lograría un 47 por ciento de sufragios.
Frente a ello, la actual coalición de centro-derecha que está en el Gobierno, formada por la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, la bávara Unión Socialcristiana (CSU) y los liberales del FDP obtendría el 35 por ciento.
Pronósticos nada halagüeños se ciernen también sobre la otra parte de Merkozy, irónica denominación acuñada para designar el tándem formado por la canciller alemana y el presidente francés ante los avatares del euro. Tras la victoria de Francois Hollande en las primarias socialistas francesas, Sarkozy tiene sobre la mesa encuestas en las que seis de cada diez franceses creen que el actual presidente perderá en una eventual segunda vuelta en las elecciones de 2012.
Lo que sí ha sufrido ya el jefe del Estado galo ha sido la histórica mayoría absoluta conseguida por la izquierda francesa en el Senado, algo nunca visto desde la fundación de la V República en 1958.
Los socialistas la lograron mediante sufragio indirecto de 71.890 diputados, consejeros generales, regionales y delegados de consejos municipales.
A la pérdida parcial de poder se ha sumado el PDL de Silvio Berlusconi en Italia, que vio en mayo pasado cómo los candidatos de centroizquierda se hicieron con las alcaldías de ciudades emblemáticas como Milán y Nápoles.
Pero para el primer ministro italiano fue igual de duro, o más, el revés sufrido en los cuatro referendos celebrados en junio pasado en los que sus compatriotas votaron contra la energía nuclear y a favor de derogar la denominada "ley de legítimo impedimento", uno de los "escudos judiciales" de Berlusconi para salvaguardar su inmunidad. Sus perspectivas políticas han llegado prácticamente a su fin esta semana, cuando, en la cuerda floja y con su país en el centro de las miradas de los mercados, ha tenido que ceder, dejar de resistirse y anunciar que dimitirá cuando el Parlamento apruebe las medidas con las que se pretende dar respuesta a las exigencias de Bruselas.
Berlusconi, pues, es el próximo en caer, sumándose así a quienes han tenido que ir dejando sus responsabilidades durante la crisis: Gordon Brown en el Reino Unido, Brian Cowen en Irlanda, José Sócrates en Portugal, Lars Lokke Rasmussen en Dinamarca..., y Giorgos Papandréu en Grecia.
En este país, al que gran parte de sus socios europeos culpan de que la crisis económica y financiera esté teniendo una larguísima prórroga con un incierto resultado, Papandreu no ha podido aguantar más.
Tras su salto en el vacío al anunciar un referéndum para ratificar el plan acordado con la UE, esta semana ha certificado también su adiós al sillón de gobierno y ha dado paso a un gabinete de concentración previo a las elecciones que se celebrarán en su país el 19 de febrero.
Rara avis en Europa ha sido el primer ministro polaco, Donald Tusk, quien el mes pasado logró mantenerse en el puesto tras las elecciones generales celebradas en su país. Los signos políticos de quienes han sido apeados del poder por sus ciudadanos son bien distintos, por lo que no puede hablarse de que la crisis se haya ensañado con los gobiernos de izquierda o de derecha de forma especial.
Se ha llevado por delante a quien ha estado en el poder con independencia de su adscripción ideológica. Para Rubalcaba, exvicepresidente de Zapatero, ese debe ser un elemento -otro más- de preocupación.
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