Las asambleas del PSOE rechazan a todos los ministros de Pedro Sánchez

El comité federal de listas tendrán que recomponer la propuesta que llegará desde Andalucía

Pedro Sánchez, Gómez de Celis y Susana Díaz, el lunes pasado en Granada.
Pedro Sánchez, Gómez de Celis y Susana Díaz, el lunes pasado en Granada. / Alex Cámara

El PSOE andaluz mantiene el pulso a Ferraz y a Pedro Sánchez. Ni los ministros andaluces ni Fernando Grande-Marlaska ni ninguno de los andaluces de la Ejecutiva están entre los primeros puestos de las listas que han votado las agrupaciones locales socialistas. Aunque la participación ha sido muy baja, por debajo del 40% en algunas ciudades y del 30% en municipios más pequeños, el comité federal de listas tendrá que enmendar las candidaturas provinciales para las elecciones generales del 28 de abril que les envía la dirección andaluza.

El resultado es un varapalo del PSOE-A a su propio candidato a las elecciones generales

Esto supone un varapalo de la dirección susanistas, que controla todas las provincias, a su propio candidato a la Presidencia del Gobierno, ya que sus ministros andaluces han quedado relegado a puestos lejanos y lo mismo ocurre con miembros de la Ejecutiva, tal como los sevillanos Alfonso Rodríguez Gómez de Celis y Francisco Salazar y la onubense María Luisa Faneca.

Las asambleas locales en la provincia de Sevilla han relegado a la ministra María Jesús Montero y al delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, a los puestos número 11 y número 12 en el conjunto de las votaciones. El más votado es el diputado Antonio Pradas. No obstante, Montero ha sido la más votada en Sevilla capital, así como en las agrupaciones de las poblaciones más grandes. La votación de los militantes puede entenderse como el rechazo de la dirección de Sevilla a los dos primeros nombres, ya que no incluyó a Montero y a Celis en su propuesta de lista. Si, finalmente, han estado es porque otros militantes los incluyeron.

En Córdoba tampoco figura Luis Planas, ministro de Agricultura. Los diputados Antonio Hurtado y María Jesús Serrano, han sido, junto con la ex delegada del Gobierno andaluz en Córdoba, Esther Ruiz, los más votados, en ese mismo orden, por los militantes cordobeses. La dirección provincial ha emitido un comunicado en el que da cuenta de estas votaciones y en la que subraya la importancia de la "democracia interna". En Almería, el titular de Cultura, José Guirao, ni se ha votado en la capital. Y en Cádiz tampoco figura el de Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Cornejo negocia con Ferraz

Las negociaciones entre el secretario de Organización, Juan Cornejo, y Ferraz siguen para alcanzar un acuerdo sobre la composición final de las listas, pero de momento no hay acuerdo, a pesar de que Pedro Sánchez quiere que los ministros y los miembros de la Ejecutiva federal, como Gómez de Celis, lideren las listas. Según fuentes de la dirección andaluza, Ferraz quiere que tres de los cuatro puestos seguros de Sevilla sean para personas de su confianza, como Montero, Celis y Francisco Salazar. La dirección susanista ofrece dos y dos.

El pulso de la dirección de Susana Díaz a Pedro Sánchez se mantiene en todas las provincias. En el caso de Sevilla, Ferraz tiene problemas para aceptar a los diputados andaluces que lideraron la rebelión contra Pedro Sánchez, y eso es lo que ocurre con Antonio Pradas, que era uno de los miembros de la Ejecutiva que dimitió para forzar la salida del secretario general. Lo mismo, se explica desde Madrid, ocurre con el malagueño Miguel Ángel Heredia y con Micaela Navarro, que era la presidenta de la Ejecutiva federal cuando Sánchez se vio obligado a dimitir.

El choque, por tanto, entre la dirección andaluza y el sanchismo es doble, ya que afecta tanto a quienes Pedro Sánchez desea que estén y a diputados andaluces con los que no quiere contar porque estuvieron en su oposición.

Fuentes de Ferraz sostienen que Pedro Sánchez está decidido a contar con un grupo parlamentario compuesto por diputados en los que pueda confiar en caso de que los resultados de las elecciones generales sean malos o que él busque una alianza de Gobierno similar a la de ahora, apoyado en Podemos y en los independentistas catalanes.

El malestar en ambas partes es evidente, a escasas semanas de que comience la campaña electoral. Desde el sanchismo se ha echado en cara a Susana Díaz que no atendiese la solicitud de Pedro Sánchez para haber hecho coincidir las elecciones generales con las andaluzas, y para eso se cita a Ximo Puig, el presidente de la comunidad valencia. En este territorio las autonómicas se han convocado para el mismo 28 de abril, con lo que el PSOE espera una mayor movilización.

Sánchez quiso que Díaz dejase las elecciones andaluzas para cuando estaba previsto que se se acabase la legislatura, con la intención de animar a más votantes.

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