Torres revalida su liderazgo y UPyD entra en juego
El PP logra los mismos concejales que hace cuatro años y no participa del ascenso generalizado de su partido · El cambio de cara en el PSOE no logra evitar la pérdida de un edil · La fidelidad hacia IU se mantiene

Nadie esperaba otra cosa. José Torres Hurtado seguirá siendo el alcalde de Granada durante los próximos cuatro años, revalidando de esta forma los triunfos que consiguió en las elecciones de 2003 y 2007.
El candidato del PP ganó con autoridad, con una amplia ventaja sobre su principal adversario, el socialista Paco Cuenca, que le permitirá mantener la mayoría absoluta en el Ayuntamiento. No obstante, su victoria tampoco fue el baño que muchísimos preveían. Varias encuestas habían coincidido en que los populares no sólo mantendrían sus 16 concejales, sino que subirían hasta los 17, mientras que sus adversarios bajarían de 9 a 8. Pero al final, el PP repite sus resultados de hace cuatro años y el PSOE pierde un acta de concejal, lo cual no es un buen resultado, desde luego, pero no es un batacazo en toda regla, como se ha pegado el partido en muchísimos otros sitios de España.
El triunfo de José Torres Hurtado pone de manifiesto que tiene una base electoral amplia y que le guarda fidelidad, cosa que se comprueba con facilidad comparando el número de votos y el porcentaje de apoyo respecto al de 2007. El alcalde no sufre el desgaste propio de quien ejerce el gobierno (en su caso, desde hace ocho años) pero por otra parte tampoco se ha visto arrastrado por la marea popular que sí se ha desarrollado en numerosos puntos de España, de Andalucía y, por no variar, también de la provincia de Granada.
En cuanto a Paco Cuenca, es obvio que no se puede tomar los resultados de anoche como una victoria, ni siquiera de las morales. El candidato fue todo entusiasmo durante la campaña para intentar frenar el desaliento que empezaba a cundir entre los suyos. En cierto modo podría decirse que hasta cumplió su objetivo, porque el PSOE sufre una pérdida y no un descalabro que, según los agoreros, tenía que llevar aparejado una catarata de dimisiones. Cuenca, y el partido lo sabía cuando lo designó candidato, es alguien en quien el PSOE piensa más a largo plazo, como la persona que en 2015, cuando la coyuntura sea diferente (o eso esperan) pueda recuperar para la izquierda una alcaldía que se les resiste demasiado.
Izquierda Unida mantiene la misma representación que hace cuatro años y demuestra de esa manera que tiene un electorado muy afianzado, gente de izquierdas que no se resigna a ejercer eso que se ha dado en llamar voto útil. Por contra, tampoco logra ningún rédito del descenso generalizado de los socialistas.
Pero sin duda la gran sorpresa de la jornada electoral responde a las siglas Unión Progreso y Democracia, que se convirtió en la cuarta fuerza más votada en la capital, obteniendo un apoyo muy superior al logrado por Los Verdes y por el Partido Andalucista. Conforme avanzaba el escrutinio se iba confirmando el éxito de la candidatura encabezada por Mayte Olalla, que casi desde el principio estaba cerca del cinco por ciento de los votos, normalmente el porcentaje mínimo para lograr representación municipal. De hecho, cuando ya se habían contado el 75% de los votos tenía respaldo suficiente como para colocar a un concejal (en este caso, una) en la Plaza del Carmen. Y esa tendencia se mantuvo ya hasta la finalización del escrutinio. UPyD no sólo ha obtenido mejores resultados de los previstos por las encuestas en la capital, sino también en ciudades como Armilla, Ogíjares, Gójar (donde está empadronada Mayte Olalla) o Churriana de la Vega. Es la demostración de que se abre una cuarta vía, y las consecuencias a corto plazo (sin ir más lejos, en las generales y autonómicas del año que viene) son difíciles de prever.
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