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Susana marca el pulso

La dirigente andaluza pone al PSOE en la oposición y desaconseja el "aventurismo". Descarta un gran pacto con Rajoy o el PP y recrimina a Podemos sus exigencias. Manda a su partido a una reflexión sobre la pérdida de apoyos y elogia sus resultados.

Antonio Fuentes, Sevilla

22 de diciembre 2015 - 14:18

Susana Díaz mide los tiempos y en su opinión, tras los resultados electorales del pasado domingo, el PSOE debe tener calma, dejar a Mariano Rajoy o al PP que intenten formar Gobierno y en ningún caso tomar la iniciativa, ni para apoyar un gran pacto con el PP, ni para consolidar una alternativa junto a Podemos, la única opción posible para aspirar a la Presidencia.

Éste fue el mensaje que lanzó ayer la baronesa socialista, conocedora de que el partido escucha. Otra cosa distinta es que se la atienda. Porque la intención del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, es justo la contraria: sondear alternativas. Y hay otros barones socialistas que le animan, por ejemplo los que han pactado con Podemos, como el extremeño, Guillermo Fernández Vara, o el valenciano, Ximo Puig.

La voz de Díaz representa al PSOE andaluz, que es medio PSOE, pero Sánchez va por su cuenta, y esto para Díaz es insoportable. No lo dice en público, pero lo piensa. Ella marca la estrategia y espera que los dirigentes socialistas se acompasen a su partitura y no actúen como una banda improvisada.

"Para recuperar la credibilidad, no se puede caer en el aventurismo, no se nos puede ver como un partido que ande de aventuras, no se nos puede ver como un partido de oportunismo", dijo ayer Susana Díaz en una reunión con su grupo parlamentario antes de comenzar la última sesión plenaria del año.

No hubo margen para hablar de balances, o de la próxima actividad parlamentaria; el mensaje de Susana Díaz se ciñó al 20-D en un escenario impropio. Los diputados, muchos de ellos secretarios generales del partido, conocen de sobra los resultados. E incluso la estrategia que afina la secretaria general con un diapasón. Aquí van todos a una, sin estridencias ni versos sueltos.

Y en Ferraz tienen que escuchar con más atención. Para Díaz, en este momento el PSOE debe tener "calma" y "no tomarse nada con ansiedad", porque es al PP al que corresponde formar gobierno.

¿Cuándo debe actuar? "A medio plazo", fue el tiempo indefinido que marcó Díaz, aunque sonó muy lejano. Porque, primero, el PSOE tiene que "analizar con frialdad" la perdida de votos ocurrida el domingo. La socialista sólo informó de los resultados en la comunidad autónoma, elogiosos, sin referencias a los 190.000 votos perdidos desde las últimas generales, tamizados por la cuarta victoria consecutiva tras coger Díaz la batuta del partido, y sin una palabra de comprensión hacia los resultados nacionales, donde, pese a todo, los socialistas han resistido al empuje de Podemos. Sólo tras este análisis el PSOE será de nuevo "garantía de estabilidad" y un partido "reconocible y atractivo", pero para ello hay que "cambiar cosas", sin concreción.

Ese medio plazo descartaría -se supone- actuaciones en los dos próximos meses, cuando debe conformarse Gobierno. De ahí devienen lecturas como las que interpretan que Díaz es partidaria de unas nuevas elecciones generales.

Porque, si no es con el apoyo del PSOE, es imposible que el PP sostenga la legislatura con estos resultados. Díaz sitúa al PSOE en la oposición, pero, como ella mismo dijo en su dilatado proceso de investidura tras las elecciones autonómicas anticipadas -80 días "que sufrí en mis propias carnes"-, para que haya oposición, primero debe existir Gobierno.

Y eso no será con el apoyo del PSOE. Aquí Díaz sí fue clara, para que se enteren aquellos que desde el PP (Javier Maroto, el lunes) ahora le demandan que sea coherente y apoye la lista más votada, como ella misma reclamó en su investidura.

"Tenemos que cumplir nuestra palabra y votar rotundamente no al señor Rajoy, y al PP, para que no haya equívocos", sentenció Díaz en referencia a que el PP pueda sustituir a su cabeza de cartel para solucionar la investidura.

Más crítica se mostró con Podemos, al que Díaz ha encumbrado como su principal enemigo. Primero, la también presidenta de la Junta criticó la "prepotencia" de Pablo Iglesias, por haber puesto en la mesa de negociación, ni 24 horas después de conocerse los resultados , un "referéndum de autodeterminación" en Cataluña.

Ésa ha sido la primera medida puesta sobre la mesa de Podemos, una propuesta de referéndum en Cataluña que para Iglesias es irrenunciable y que en su día defendió como el derecho a decidir y la plurinacionalidad, y no el café para todos (expresión que acuñó en la Transición el ex ministro de UCD Manuel Clavero para dibujar el mapa autonómico). Díaz censuró ayer a Iglesias que pretenda que "si no hay café para todo el mundo, sí lo haya para Ada Colau", en referencia al "peaje" que Iglesias le paga a la alcaldesa de Barcelona "por un puñado de votos".

Susana Díaz es de la idea de que los partidos emergentes no han venido para quedarse y piensa que, cuando se recuperen la economía y la imagen de los políticos, los partidos tradicionales volverán a sus antiguos apoyos.

Ayer dijo algo parecido en su análisis: "Todos esos cambios no se han consolidado, dicen que los emergentes han venido para quedarse. Puede ser. Pero algunos hemos visto que UPyD ha durado lo que ha durado y que otros a los que las encuestas daban como primera fuerza han terminado cuartos", dijo ante sus diputados.

En la misma sintonía, los dirigentes provinciales comenzaron a desplegar su mensaje, todos a una, en las diferentes comisiones provinciales. "Los socialistas malagueños rechazamos aventuras que pongan en riesgo la unidad de España", dijo ayer el secretario general del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia, además del "no rotundo" a la investidura de Mariano Rajoy.

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