"Que Susana Díaz le dé una vuelta, que reflexione"

Junto a La Caleta, en la peña Juanito Villar, Podemos digirió lo que sus coaligados de Izquierda Unida llamaron con resignación derrota. "Estamos tan acostumbrados a perder...", decía Pablo, un comunista de los de siempre, al mismo tiempo que, melancólico y comprensivo, miraba a sus socios: "Es que ellos no saben lo que es esto, acaban de llegar. Bienvenidos al paraíso de lo que nunca es".

No hubo fiesta, por tanto, qué fiesta iba a haber. Juan Vicente Barcia, asesor del alcalde de Cádiz, analizaba resultados y pensaba que sólo con cuatro o cinco diputados más se hubieran cumplido objetivos porque jamás pensaron que los cantos de sirena de las encuestas se cumplieran y que tampoco pensaron que las nencuestas a pie de urna fueran reales. Dicho esto, sí, una decepción.

Hubo cónclave en el reservado de la peña mientras los que esperaban alegría, no demasiados, observaban la pantalla del televisor incrédulos antre mel inamovible 70 o 72, con el PSOE muy por delante.

Cerca de la medianoche, Antonio Maillo, líder de Izquierda Unida en Andalucía y un político querido a uno y otro lado por su trayectoria y su elegancia, salió a un estrado preparado para otra cosa y ante muy pocas personas, no más de medio centenar, habló de "resistencia" y de una "movilización necesaria para que este país no siga desmantelándose".

"Los que nos han dado con sus votos son vitaminas para seguir trabajando, para oponernos a un bloque conservador que privatiza empresas públicas y que recorta derechos". Maillo es un luchador de la política, quizá un ingenuo, abanderado de una izquierda venerable. Dandi y luchador.

Maillo fue a lo general y dejó el paso a lo concreto para Teresa Rodríguez, el Pepito Grillo de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, a la que aludió directamente para reprocharle una campaña centrada en ciontra de ellos: "Que le dé una vuelta, que reflexione".

Para Rodríguez, se ha perdido una oportunidad para que las fuerzas progresistas hubieran dado un vuelco a la situación del país desde Andalucía: "La invitamos a reflexionar. No éramos nosotros los enemigos". Pero como era noche electoral quiso dedicarle algunas palabras a los logros conseguidos y mencionó al líder del SOC -ahora SAT-, que tendrá acta parlamentaria por Jaén, Diego Cañamero: "Hemos metido a un jornalero en el Congreso", lo que fue muy jaleado, aunque es cierto que Cañamero hace mucho tiempo que no es jornalero.

También aludió la líder de Podemos a que han conseguido lo conseguido, que no es poco, sin necesidad de pedirle ni un duro a los bancos "ni a las empresas del Ibex 35". Era un mensaje sin la garra de un mitin, un consuelo para los que querían escuchar que lo que pudo haber sido no fue.

Por allí estaba José María González, el alcalde de Cádiz, que no consideraba qwue tuviera nada que decir: "Yo sólo soy un alcalde", decía humilde mientras guardaba bajo su brazo una camiseta del Cádiz recién ascendido, indeciso entre la decepción de los malos resultados de su partido y de la hazaña de su equipo de fútbol.