A punta de bisturí
Señor, ten Piedad
La provincia de Sevilla volvió a ser uno de los bastiones del PSOE para su victoria tanto en las elecciones generales como en las andaluzas. Al término de la jornada electoral, los socialistas se habían impuesto en ambos comicios con una amplia mayoría y en términos muy parecidos a los del año 2004. La fotografía de la noche electoral es prácticamente la misma que la de hace cuatro años.
El PSOE obtuvo ocho de los 12 escaños que estaban en juego para el Congreso de los Diputados por esta circunscripción. La figura de Alfonso Guerra como cabeza de lista por Sevilla volvió a actuar de referente y los socialistas revalidaron su mayoría en esta tierra sin demasiados problemas.
El PP se quedó con las cuatro actas restantes que estaban en juego, lo que supone la mayor diferencia en escaños de toda Andalucía. Una de las estrategias de los populares pasaba por arrebatar uno o dos escaños de cada una de las provincias andaluzas a los socialistas para tratar de sumar peso en una balanza que terminó cayendo del lado contrario. En el marco de esa táctica estaba la designación de Soledad Becerril como cabeza de lista por Sevilla como rival de Alfonso Guerra.
Donde sí cambió algo la fotografía en relación con la del año 2004 fue en las elecciones andaluzas, sobre todo tras el desplome de los andalucistas. El PSOE superó el 56 por ciento de los votos en Sevilla y se mantuvo con 11 de los 18 diputados que estaban en juego. Como en el resto de la comunidad, en esta provincia se notó especialmente el derrumbe de la coalición liderada por Julián Álvarez. Ni siquiera el ex alcalde de Écija pudo mantener su acta, que fue a las manos del PP.
Los populares lograban así rentabilizar una campaña que ha estado orientada precisamente a captar los posibles restos de CA y quién sabe en qué después del descalabro de anoche, sin demasiados referentes que puedan reflotar un partido al que le falta un líder.
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