El PSOE arropa a Sánchez para derrotar a "la motosierra de la ultraderecha" del PP y Vox
Elecciones europeas
Juan Espadas, María Jesús Montero y Teresa Ribera defienden el "modelo" del presidente del Gobierno frente a la "ola reaccionaria"
Los socialistas se dan el primer baño de multitudes en el Palacio de Congresos
Teresa Ribera: "Si sigue se acabó el ruido, si no, el partido tiene que reflexionar sobre cómo resuelve esta situación"
Las imágenes del mitin de Pedro Sánchez en Sevilla
Sevilla/Pedro Sánchez frente a la ultraderecha, "por eso vienen a España, porque aquí hay un modelo de éxito". El PSOE ha identificado su objetivo en esta campaña electoral. Así lo ha entendido una militancia que con más de dos mil asistentes han llenado uno de los pabellones del Palacio de Congresos en el primer acto de la campaña electoral en Andalucía. El modelo Sánchez, el arropar la figura del presidente del Gobierno ha sido unánime en quienes le han precedido, desde le secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas; a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero y su compañera de gabinete y cabeza de lista, Teresa Ribera.
Sánchez lo ha dejado claro: "Si quieren quebrarme, van dados". El presidente no ha hablado de Abascal, sin mencionar a Feijóo. A su juicio son lo mismo, parte de una "ola reaccionaria", una "motosierra de la ultraderecha" en una expresión que dará juego y que vienen a España porque aquí hay "una manera distinta de hacer las cosas". Por eso, el único voto útil es "al PSOE para hacer retroceder a los reaccionarios".
El presidente del Gobierno ha asumido el liderazgo de esta campaña frente "a las aberraciones y falsas banderas de la ultraderecha. Lo hicimos el pasado 23 de julio y lo volveremos a hacer el próximo 9 de junio, cuando demostraremos que España no se ha roto y no se ha hundido", como sí hubiera pasado si "esas fuerzas de ultraderecha hubieran estado al mando". Sánchez, con el impulso recibido tras los comicios catalanes y la victoria de Salvador Illa (multicitado en apenas una hora de mitin), ha llegado incluso a dar datos de lo que cuesta una matrícula universitaria, una cama durante la pandemia o un trasplante de riñón y, pese a figurar entre lo primero que no hay que hacer en un acto electoral, ha levantado los mayores aplausos de la mañana".
Teresa Ribera, fuera de ese tono mitinero clásico, ha añadido a las políticas de ultraderecha, un calificativo más: los terraplanistas. A su entender son aquellos contra quienes ha combatido a lo largo de estos años y que "no entienden que los agricultores no pueden prosperar al margen del medio ambiente, si no tiene agua o padecen altas temperaturas" o que "me han llegado a acusar de ser amigos de los talibanes o de Hamás".
La vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, ha sacado la figura del presidente argentino, Javier Milei, recibida con una pitada más que sonora, para pedir el apoyo a ese modelo que "huye del enfrentamiento entre andaluces y catalanes, que apuesta por el diálogo, el respeto a la diversidad", de nuevo frente a una utraderecha "que forma parte de una ola reaccionaria de recorte de derechos y que ha luchado durante años para que no llegaran los fondos europeos".
El apoyo a Pedro Sánchez ha tenido su máxima expresión a los pocos segundos de que el secretario general de los socialistas andaluces hiciera uso de la palabra. Juan Espadas ha comenzado lo que ha denominado "un baño de fuerza y energía" con un apoyo a "Pedro y Begoña" de los "ataques que habéis sufrido durante estos días".
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