Satanás naranja (según el día)
El PSOE arremete contra Ciudadanos por miedo a que lo desaloje de su lugar en la política española, pero no le queda otra que asumir que depende del partido de Rivera en Andalucía
Asumido hace meses que Mariano Rajoy es inalcanzable, el PSOE se mueve esta campaña entre la necesidad de achuchar el miedo hacia Ciudadanos al tiempo que se guardan las distancias para no reventar acuerdos tan rentables como los de Andalucía. Andan los socialistas hechos un lío, lanzando un mensaje y el contrario al mismo tiempo en función del lugar en el que hablen y quien sea el orador. Dos ejemplos para ilustrar la idea: Julia Liberal, número 1 al Senado por Álava del PSE, y Susana Díaz, ella, la que más manda.
La primera, ajena a lo que se cuece por estos lares, se empleó ayer a fondo contra el partido naranja, al que, tal y como manda el argumentario, comenzó por acusar de ser un partido de derechas. Vade retro. La cosa fue a más y Liberal declaró clara que "pactar con ellos por el hecho de gobernar sería romper nuestros principios". Si eso se le dice a un votante socialista de Andalucía igual éste, fiel seguidor de lo que se dice en su formación, debería mirar a la Junta de Andalucía y preguntar allí si el Ejecutivo andaluz se ha cambiado de acera política. Que en Sevilla manda quien manda porque le apoya quien le apoya.
Quizás para aclarar esta especie de esquizofrenia que sufren los del puño y la rosa terció en el debate Susana Díaz. La todopoderosa lideresa andaluza dijo el domingo una cosa y la contraria. Se arrancó también por aquello de que el partido de Rivera es "de derechas" para justificar después su pacto en Sevilla en que hay cosas en las que ambos partidos están de acuerdo. A ver, vino a decir que Ciudadanos son unos tíos muy malos, pero hay días en los que tienen su puntito y está bien salir de paseo con ellos. Como el que tiene un amigo plasta al que no soporta, pero sale con él a cenar de vez en cuando porque es el que paga las cenas. Por el interés te quiero Andrés. Un lío.
Por si el electorado socialista no estuviera lo suficientemente confuso, la citada Julia Liberal lo arregla intentando quedar bien. "Nuestro electorado es bastante fiel", dijo ayer, "pero dado a la abstención cuando no le gusta lo que hacemos". Y lo terminó de arreglar afirmando que en el pasado mes de mayo "la ciudadanía votó con la víscera más que con la cabeza porque estaba desencantada". En resumen, que los votantes son buena gente, pero se equivocan los pobres porque por un calentón se quedan en el sofá por un quítame de allí esas pajas en forma de algún que otro fallito. A lo mejor Liberal debería pensar que las cosas mal hechas deben ser unas pocas visto que su partido no hace más que perder respaldo elección tras elección.
Y es que vistas así las cosas al votante socialista hay que entenderlo en su lío particular. Que siempre le queda la duda de saber si es bueno o malo, si debe apoyar o no que se pacte con Ciudadanos aunque sean de "derechas" o si han de consentir multipartitos amplios con tal de desbancar al PP. A lo mejor, directamente lo que debe hacer el elector es buscar un psicoanalista que le explique por qué es socialista. Lo dicho, un lío.
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