La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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Pedro Antonio Honrubia, candidato de Unidas Podemos al Congreso por Granada | Entrevista
Granada/–Uno de los objetivos de la confluencia es conseguir un escaño más, pero la última encuesta del CIS vaticina que en Granada se quedarían como hasta ahora.
–Las encuestas son una foto del momento. Incluso basándonos en el propio CIS, con el volumen de indecisos que hay, por encima del 40%, cualquier cosa puede cambiar. Siempre nos gusta que las encuestas nos den el máximo, a poder ser los siete diputados, pero lo fundamental en esta campaña es tener la capacidad de convencer sobre nuestro programa político. Hay razones suficientes para creer que podemos llegar a los dos escaños o incluso más.
–Lo de convencer es algo que falló en las elecciones andaluzas...
–Ya hemos hecho la autocrítica que corresponde. En el cambio electoral que se produjo, principalmente hay responsabilidad en la candidata que presentó el PSOE, que ha estado pensando en Madrid o aplicando políticas de derechas. Era una opción que para mucha gente de izquierdas era difícil de ver como propia y también había unas encuestas que no ponían en cuestión su victoria. La conjunción de ambos factores provocó la desmovilización del electorado.
–¿Qué ha cambiado en esta campaña para que no vuelva a pasar?
–Los temas sociales sí están teniendo más recorrido y se está hablando de otras cosas y no sólo del tema territorial. Cuando leemos prensa afín al PP, en los editoriales hay desesperación porque no consiguen que el tema central de campaña sea Cataluña. Después de la irrupción de Vox hay más gente que empieza a plantearse lo que nos disputamos el 28-A en clave de pasado y de futuro. Ahí los temas sociales pasan a ser fundamentales. Si la derecha suma, se sabe que habría un partido de extremaderecha marcando la agenda política.
–¿Cree que Vox va a tener ese auge que le dan las encuestas?
–Para mí, sería una vergüenza como ciudadano que recuerda lo que significa Granada en la lucha contra el fascismo. Pero la gente votará y decidirá. Vox no deja de ser una corriente del PP. Es el PP o Cs a las 4 de la mañana o después de una cena familiar con dos copas de coñac. Entienden que hay una sociedad que en parte se siente insegura y saben que eso es un caldo de cultivo para crecer. Lo que hacen es subjetivizar los miedos. En violencia de género intentan vender la idea de que cualquier “desaprensiva”, palabra de Abascal, puede denunciar y que te metan preso. Juegan con la idea de que eso puede pasar aunque las estadísticas demuestran que no es así. Lo mismo, con la inmigración.
–Precisamente Granada es de las provincias con más inmigración...
–La forma de resolver eso es atajando las políticas que lo han causado. El combate no es contra Vox, que también, sino con las causas que han creado a Vox. Hay políticas que están generando el tema de cultivo para que Vox pueda crecer en esa inseguridad y desconcierto. Tenemos que hacer políticas de seguridad que reviertan esa situación.
–El 8-M, Granada fue de los lugares con más seguimiento. ¿Es una baza a favor de la izquierda?
–No es un beneficio para nosotros. El 8-M lo veo como una continuación de algo que tiene que ver con el 15-M, que es la toma de conciencia de que algo no funciona y hay que dar un giro a la sociedad. Si alguien se queda en situación de desamparo, que no se le abandone. Lo que las mujeres están reivindicando, muchas de ellas jóvenes que se están politizando por la igualdad, es una lucha por sus derechos y también un cambio en el modelo de sociedad.
–Se dice mucho que el movimiento está politizado por la izquierda...
–Estoy en desacuerdo. Cuando hablo de politizar me refiero a tomar conciencia, a tener un despertar de que su implicación haga que las cosas cambien o se queden como están. La izquierda desde siempre ha trabajado el feminismo y la lucha por la igualdad, pero lo que se ve en las manifestaciones es lo contrario: un desborde que si la izquierda quisiera representarlo no podría.
–¿Qué falla en Granada?
–Muchas cosas. El problema principal sería la precariedad. Las condiciones de trabajo en turismo, hostelería, porque vertebran la provincia. Otro tema, las infraestructuras ferroviarias, pero hay un punto de conexión: tiene que ver con el papel que Granada y Andalucía representan en la estructura económica del Estado. La idea de que el negocio principal tiene que ser el turismo hace que otros espacios se dejen de lado y por eso prevalece más el sector servicios. También clave el Corredor Mediterráneo, la línea de Baza, el tren hotel a Barcelona...
– ¿Y las conducciones de Rules?
–Eso es una demostración de lo mal que se han hecho las cosas porque el interés no es el dar servicio, sino mover un presupuesto. Es una macroconstrucción que se diseña pensando en un objetivo y ese objetivo no se cumple. La construcción está hecha pero luego no se le hacen las segundas obras que son necesarias para que cumpla su función.
–Entonces, ¿cuál sería la solución?
–Que se incluyan los proyectos en los presupuestos. Primero hacer los estudios de viabilidad y luego que se ponga el dinero sin que sea una disputa partidista.
–¿No consideran, al igual que se dice por ejemplo del PP que están cada vez más escorado a la derecha, que son cada vez más cercanos a una izquierda radical?
–Si decir que cumplir la Constitución en sus artículos sociales, que no se cumplen, es ser radical, sí, somos radicales pero resulta que tenemos una Constitución que es muy de izquierdas en su versión radical. Creo que no. No quiero entrar ahí, pero creo que tiene que ver en cómo se construyeron relatos mediáticamente en torno a la figura de dos personas que en aquel momento eran representantivas del partido. A una se le cargó todo lo negativo, toda la izquierda radical y todo lo malo era Pablo; y luego otra que, por lo que fuera, se le daba un trato más amable, se hacía ver que tenía una posición más transversal, cuando en realidad, entre lo que Íñigo defendía y lo que se ha hecho después no ha habido mucha diferencia. No creo que las políticas que estamos proponiendo tengan que ver con un programa de ultraizquierda, al contrario, son de sentido común y que preocupan a la gente.
–¿Cuál sería la primera medida para Granada que defendería en el Congreso?
–No me gusta seleccionar una, pero si tuviera que elegir sería la precariedad. Me preocupa mucho, porque son realidades que no se ven. Nuestra propuesta es recuperar vidas dignas y seguras para que la gente entienda que el Estado es tu aliado y no te abandona. Que si tienes necesidades, el Estado va a estar para protegerte.
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