La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
EL final del bipartidismo comenzará en fracaso si España debe celebrar elecciones en mayo para resolver el conflicto de un hemiciclo plural. Pero, incluso así, es el escenario con más opciones al día de hoy. Mariano Rajoy ha quedado KO, su investidura necesita de la abstención del PSOE y la dirección federal socialista, con Pedro Sánchez al frente, fue muy clara: nada, ni síes ni abstenciones. Ni las posibles presiones del Íbex o de Alemania, ni la prima de riesgo, ni la oposición del PSOE andaluz, extremeño y castellano a que Pedro Sánchez explore posibles alianzas van a hacer reconsiderar lo que será la negativa de los diputados socialistas a Mariano Rajoy, quien con 123 escaños no podrá ser presidente del Gobierno. "Sería un engaño a nuestros votantes, es impensable después de lo que ha ocurrido en la campaña electoral", comentó a este diario un miembro de la Ejecutiva federal. Su secretario de Organización, César Luena, lo expresó de modo público: el PSOE no facilitará ni por pasiva ni por activa la elección de Rajoy, el hombre al que Sánchez llamó indecente en la campaña electoral quedará fuera de juego. Ni el apoyo decidido de Ciudadanos le bastaría. El presidente parece que ha pasado a ser historia, aunque Rajoy lo intentará. Considera que las urnas le respaldan, 1,7 millones de votos y 33 escaños de más le separan del segundo partido.
Pero esta negativa socialista no lleva necesariamente a una elección de Pedro Sánchez como presidente. Primero, porque éste necesita buscar más apoyos que Mariano Rajoy y segundo, porque el PSOE andaluz y Susana Díaz se oponen a un apoyo en Podemos a causa de su defensa del referéndum de independencia en Cataluña. También los presidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page. Al inicio de la Ejecutiva, ambos rechazaron los "pactos pastiches" y con "aquellos que defienden la independencia o la autodeterminación de los pueblos de España". Susana Díaz no realizó declaraciones, pero su entorno rechazó esta posibilidad, lo que ha agravado aún más las relaciones con Ferraz. El secretario de Política Federal, el sevillano antonio Pradas, número tres en la dirección de Ferraz y cercano a Susana Díaz, calificó de "imposible" un acuerdo con Podemos.
Pero Sánchez va lanzado, y no cuenta con Susana Díaz. El mismo miembro de la dirección socialista manifestó: "Pues que Espadas renuncie a su apoyo de Podemos en Sevilla, la alcaldesa de Córdoba y la de Jerez, también, y Emiliano García Page en La Mancha y Vara en Extremadura". No obstante, la dirección de Ferraz sostiene que el referéndum de independencia de Cataluña y la cuestión territorial es "una línea roja" que no cruzará. Es decir, que si Rajoy o el PP fallase en la investidura, Sánchez ofrecerá "una segunda Transición" en forma de reformas al resto de los partidos, pero sin rectificar en la cuestión territorial. Incluiría la Constitución y la reforma electoral, aunque el PP tiene la capacidad de veto, con sus 123 escaños, para abrir una reforma de la Carta Magna.
De momento, el veto a Rajoy se extiende también a cualquier otra persona del PP, caso de Soraya Sáenz de Santamaría, aunque éste es un escenario que no se debe descartar en condiciones extremas. En el PP se considera, aunque Rajoy tomará primero la iniciativa.
La posición de Pedro Sánchez es harto complicada porque Podemos insiste en su apoyo al referéndum de independencia. Su líder, Pablo Iglesias, lo subrayó en una rueda de prensa: "Cualquier fuerza política que no entienda la plurinacionalidad de España está diciendo que está dispuesto a que siga el Gobierno del PP". Es esta postura la que coloca a España en riesgo de unas nuevas elecciones, ya que Sánchez necesitaría el apoyo de Podemos, IU y PNV y la abstención de Ciudadanos, y el partido naranja no aceptará ninguna veleidad de tipo nacionalista. La otra opción de Pedro Sánchez es más descabellada, podría obviar a Ciudadanos y buscar una abstención de Esquerra Republicana y del partido de Artur Mas. Eso sería ponerse en manos de los independentistas, un escenario que ni muchos socialistas aceptarían ni las direcciones andaluzas y extremeñas, líderes de las únicas comunidades donde el PSOE ganó la noche del 20-D, permitirían. Desde Ferraz, sin embargo, ponen pocos oídos al PSOE andaluz porque entienden que Susana Díaz quiere impedir a toda costa la elección de presidente de Sánchez y sostienen que hubo gente que ya pensaba en una gestora liderada por Patxi López para sustituirlo. "En el mitin final de Felipe y Susana, hubo quien comentó 'el domingo, votación, y el lunes, revolución", se indicó desde la Ejecutiva de Ferraz.
Sánchez dio su primer golpe de autoridad al anunciar que optará a la reelección como secretario general, lo que obligaría a su oposición a competir en las urnas. Además, quiere que el comité federal le respalde en su negativa a Mariano Rajoy. Quiso convocarlo para mañana mismo, pero desde Andalucía se alegó que hay un Pleno en el Parlamento andaluz. Finalmente, será el sábado.
Las alternativas para formar Gobierno son, pues, escasas. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, fue quien con más ahínco defendió la salida del consenso. Ciudadanos podría apoyar a Mariano Rajoy e intentar que el PSOE se sumase a este acuerdo. "Ahora es el momento de pensar en qué se hizo en la Transición española", dijo el líder naranja, quien descartó que su grupo fuera a entrar en un Ejecutivo de coalición.
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