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"Hubiese votado sí al decreto de la estiba y roto la disciplina de partido"

José Ignacio Landaluce Calleja / Senado

Cabeza de cartel al Senado por el PP, confía en que para 2020 esté operativo el trazado remozado de la conexión ferroviaria entre Algeciras y Bobadilla

Partidario de incrementar las ayudas a las familias, no cambiaría la actual ley de plazos del aborto

José Ignacio Landaluce, en el barrio de San Isidro. / Erasmo Fenoy
Javier Chaparro

21 de abril 2019 - 06:15

Algeciras/José Ignacio Landaluce Calleja (Logroño, 1959) no se ajusta a la definición de verso suelto, pero se aproxima mucho. Y le encanta asumir ese papel. El día 28 tratará de repetir como senador más votado en la provincia de Cádiz.

-Está siendo una campaña electoral muy crispada, con más acusaciones y reproches que propuestas.

-Sí, pero está siendo crispada porque no nos están dejando hacer propuestas los separatistas, los hijos de ETA o los republicanos radicales, como le pasó el otro día a Cs en Sevilla o al PP en la Universidad de Barcelona. Fue vergonzoso. Estos que se arrogan la paternidad de la democracia son los únicos que no lo son.

-Pablo Casado también ha tenido algunas palabras duras, como acusar al PSOE de pactar con quienes tienen las manos manchadas de sangre.

-La realidad es que Pedro Sánchez fue elegido presidente con los apoyos de los antiguos etarras y sus hijos, con los asesinos y con quienes mantienen viva la violencia. La izquierda, como siempre, reescribe la historia.

-¿No ha dado el PP un viraje a la derecha ante la competencia que representa Vox?

-Estamos ocupando un espacio de centro-derecha que en algunos aspectos se considera extremo porque defendemos la patria, nuestra bandera, nuestras tradiciones o la soberanía sobre Gibraltar. Y eso no es ser extremo, ni mucho menos. Y en la gestión, tenemos la paternidad de las políticas sociales, que son las que crean empleo y estabilidad. No hay mayor política social que generar empleo porque eso contribuye a mantener las pensiones, a crear riqueza y a dar auxilio quienes lo necesitan.

-¿Qué parece la vuelta de Aznar a la escena política en apoyo del PP?

-Todo el mundo ha dado un paso al frente, todos.

-A Rajoy no se le ve tanto.

-Cada uno tiene su forma y su estilo. Rajoy es más moderado en su expresión y apoya a Pablo Casado y la necesidad del voto útil al PP. En el PP estamos todos unidos por un proyecto de España. El PP gestiona para todos, con eficacia y pensando siempre en los intereses de los más necesitados. Tal cual hemos hecho en el Ayuntamiento de Algeciras los últimos ocho años.

-A quien no se ve es a Soraya Sáenz de Santamaría.

-Cada uno adopta sus propias decisiones. El otro día la saludé en Madrid, en un acto en el que coincidimos.

-¿Se han quitado ustedes la mancha de la corrupción, que fue lo que desencadenó la moción de censura contra Rajoy?

-La corrupción fue cosa de una parte muy pequeña del PP. La inmensa mayoría somos gentes normales.

-Hay un ex vicepresidente y ex ministros en prisión, además de otros muchos condenados.

-Sí, es una auténtica pena.

-Eso no es una parte muy pequeña del PP.

-Bueno, es una parte pequeña del PP, donde somos medio millón de afiliados. Hay miles de alcaldes del PP en toda España y son gente honesta y honrada, lo mismo que los presidentes de las diputaciones, los diputados y los senadores. En el PP sentimos el mismo asco que siente el ciudadano hacia quien ha sido corrupto.

"No puedes abocar a que una cría de 16,17, 18 o 26 años esté toda su vida en una situación que ella no desee"

-¿Le gusta la opción de un acuerdo de gobierno entre PP, Cs y Vox?

-Lo que hace falta es un acuerdo dentro de la sensatez para evitar que Pedro Sánchez se quede. Pedro Sánchez es nefasto para los intereses de España y de los españoles, especialmente para los más débiles y necesitados. Es mucho peor que Rodríguez Zapatero, que creó miles de parados: cuando gastas a tontas y a locas, invitando en la feria a todo el que está en la caseta, llevas a todos a la ruina.

-¿La subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 900 euros es una de esas fiestas a las que se refiere? ¿Hay que bajarlo a una cifra menor?

-El PP propone crear más empleo, estable y seguro, con más garantías de estabilidad, con una mochila austriaca que incentive el ahorro del trabajador, con un sistema de capitalización de aportaciones del empresario en favor del trabajador. El SMI debe ir a más, junto a las pensiones en un entorno de Estado del Bienestar.

-En cualquier caso, el PP no bajaría el SMI.

-No, no lo bajaría.

-¿Y reformará la ley del aborto? Hay bastante polémica a ese respecto, también en el propio PP. Casado es partidario de volver a una ley de supuestos y derogar la actual de plazos.

-El PP es un partido muy grande y es imposible que todos defendamos lo mismo en cada supuesto.

-¿Y su posición particular?

-Hay que tener en cuenta la sociedad en la que vivimos hoy en día y ser conscientes de las circunstancias por las que atraviesan muchas mujeres y niñas. Debemos proteger la vida y a quien opte por la maternidad, pero también pensar que se dan mil circunstancias por las que no puedes abocar a que una cría de 16, 17, 18 o 25 años esté toda su vida en una situación que ella no desee.

-Según su criterio, la ley actual no debería ser modificada.

-La ley hay que reforzarla en la maternidad, en la protección.

-Sería a través de otra ley, no la del aborto.

-En el programa del PP figura una ley de familia de apoyo a la maternidad, con medidas para la conciliación de la vida laboral y familiar, especialmente de la mujer, y para que su pensión no se vea reducida por haber sido madre. La baja natalidad es el mayor problema a largo plazo que tenemos en España.

-¿Se siente usted feminista?

-Mucho.

-Defina el feminismo.

-La igualdad entre el hombre y la mujer, el no pivotar hacia un sexo en detrimento del otro. Yo tengo dos hijas.

-¿Es partidario de las cuotas de género?

-Ehh… Las cuotas las veo un poco forzadas. Cuando se consigue una normalidad en igualdad de sueldo, oportunidades, ascensos, las cuotas generan a veces una injusticia porque no siempre llega al puesto la persona más preparada.

-¿Usted suprimiría las cuotas de género?

-Buscaría la igualdad entre los candidatos a un puesto, sin ver su género, solo sus capacidades. Es cierto que hay circunstancias, como la maternidad, que hacen que las mujeres pierdan a veces competitividad laboral respecto a los hombres y eso hay que corregirlo.

-¿Le ha supuesto algún problema hacer alguna vez su lista de candidatos?

-A mí no porque en mi equipo hay más mujeres que hombres dispuestas a estar en la lista y trabajando, pero en algunos sitios sí.

"Con la estiba me llevé tortas desde los dos lados. Fue un gran sufrimiento personal"

-¿Se alegró de la convalidación del decreto-ley de la estiba por la Diputación Permanente del Congreso?

-Sí.

-Su partido votó en contra.

-Mi partido fue el que preparó ese decreto y lo dotó económicamente. El PP luchó ante el Tribunal de Justicia de la UE para sacarlo adelante. En esta misma mesa se sentaron los representantes portuarios con Pablo Casado y admitieron que era un decreto del PP. Me hubiese gustado, aunque hubiéramos entrado en el juego del PSOE, con la poca vergüenza política que tiene Pedro Sánchez y el Gobierno socialista, que ese decreto se aprobase con el voto a favor del PP.

-¿Cuál era la alternativa?

-Esperar un par de meses para que fuesen las nuevas Cortes las que lo aprobasen. Así se lo dijo Pablo Casado, sentado en esa silla, a los portuarios. Nosotros entendemos que no se puede aprobar una norma y otras muchas de esa importancia una vez disueltas las Cortes. Han tenido ocho meses para hacerlo y han esperado al final para jugar con el calendario electoral, jugando con los intereses de los estibadores y de las empresas.

-¿Que habría votado usted de haber sido miembro de la Diputación Permanente del Congreso?

-Creo que hubiese roto la disciplina de voto porque he venido luchando desde hace dos años por ese decreto. El anterior ministro de Fomento del PP [Íñigo de la Serna] pensaba que yo solo defendía los intereses de los estibadores.

-No se llevaban ustedes bien.

-No. Tuvimos grandes agarradas, grandes problemas y enfrentamientos serios. Los portuarios lo saben porque el ministro les hizo comentarios sobre mí. Yo me quejé ante el jefe de Gabinete de Rajoy, me reuní con él en Málaga para decirle que no estaba de acuerdo por cómo se estaban haciendo las cosas. Algo tuve que hacer bien para que al final se haya llegado a este desenlace, pero lo cierto es que me llevé tortas desde los dos lados. Fue un gran sufrimiento personal y emocional.

-Es la primera vez que usted habla tan abiertamente de su enfrentamiento con el Gobierno del PP por la estiba.

-Los portuarios lo saben porque han sido testigos directos de todo el proceso. Otra cosa es que yo no quisiera ponerme en lo alto de un escenario para criticar abiertamente al Gobierno. Yo trabajé por el acuerdo, otra cosa es que no lo pudiera lograr. Yo trabajé por los trabajadores portuarios de Algeciras.

-Por los demás no.

-No se portaron bien. Los estibadores de Barcelona fueron unos esquiroles y utilizaron a los de aquí.

-¿Le gusta el proyecto en construcción de la conexión ferroviaria Algeciras-Bobadilla? De las dos vías previstas se pasó a solo una.

-Había una dotación de 570 millones de euros para mejoras en la zona de Almargen, para hacer viaductos, y evitar así toda la zona de Ronda, que obliga a subir y bajar con un retraso importante en el recorrido. Yo le pedí a Adif que se trabajase de una vez en el proyecto para que en 2020 tuviéramos modernizado ya todo el trazado, con al menos una de las dos subestaciones eléctricas en marcha. Y para 2021, la segunda subestación. Esa electrificación permitirá formar convoyes más largos y rentables. ¿Mientras? Debe mejorarse la competitividad, con apartaderos de 750 metros, más largos, que permitan que se crucen los trenes.

-¿Y para cuándo la doble vía que permitiría la circulación de trenes en los dos sentidos?

-Existe ya en parte del recorrido y nos falta en otra. Una vez tengamos esas obras en marcha, será posible que cada día pasen hasta 50 trenes, que son una jartá de trenes, de pasajeros y de mercancías. Puedes aspirar a más, pero tenemos lo imprescindible.

-Al final, el Gobierno del PSOE ha respetado el proyecto modificado del PP.

-Es que era obligado, menos de eso no puedes permitir. Nos preocupa muchísimo que no se cumpla. A mí José Luis Ábalos [ministro de Fomento], con el que me llevo muy bien porque hemos sido compañeros en comisiones en el Congreso, me prometió dos cosas que ha tardado medio año en hacerlas, pero las ha hecho: la publicación del proyecto de acceso por carretera Algeciras Sur y la adjudicación del tramo Almoraima-San Pablo del tren.

-Ha tardado menos tiempo que Íñigo de la Serna.

-Es que estaba todo listo y terminado antes de la moción de censura. Todo es todo, lo que no tiene lógica es que no fuera de inmediato. Ábalos me lo prometió en Algeciras, a mi lado, aunque se cabrearon mucho los socialistas de aquí por ello. El tren es clave porque es un proyecto que da confianza a las empresas que quieren instalarse en el Campo de Gibraltar.

"Amenacé al partido con irme si no se arreglaba el abastecimiento de agua de Jimena y San Pablo. Logré que se cambiaran los Presupuestos"

-La construcción de la Algeciras-Bobadilla viene de largo. ¿Estamos pagando aún la factura del puente del Bicentenario de Cádiz?

-A veces, en Madrid, los ministerios proyectan las inversiones por provincias. Recuerdo que tuve un disgusto muy grande, que me tuvo dos días enfermo en la cama. Estábamos gobernando en la época de Aznar y el agua se llevaba a Jimena y San Pablo de Buceite en camiones cisterna porque el nivel freático estaba muy bajo y no podía sacarse de pozos. Me habían prometido que me iban a desviar mil millones de pesetas para los proyectos de traída de agua potable y cuál no fue mi sorpresa cuando veo que no aparecía nada. Me fui al ministro de Medio Ambiente [Jaume Matas] y me derivó al secretario de Estado, que me dijo: “Eso le preguntas a los tuyos”.

-¿A qué se refería?

-A que alguien había priorizado la depuración de aguas en la zona hotelera de Chiclana. Al final lo pude arreglar, aunque Pepe Carracao, senador y presidente de la Mancomunidad, se puso la medalla de haber logrado el proyecto. Esa medalla fue mía porque me costó una subida de tensión que me llevó al hospital y dos días metido en la cama del hotel. Amenacé al partido con irme si no se arreglaba y logré que cambiaran los Presupuestos. Se mantuvo la obra de Chiclana y se trajo el dinero de otro sitio. Fue una de las dos o tres veces que he dicho al PP que me iba a mi casa. Es la primera vez que lo digo.

-¿Cuáles fueron las otras veces?

-Siempre ha sido por cosas que he considerado injustas.

-¿A pesar de la crisis de la estiba, se siente respaldo ahora por el PP?

-Yo sí lo creo. Si no fuera así no me habrían puesto de número uno. Me miran con respeto y como ejemplo de gestión, de saber hacer equipos. He pasado por muchos cargos y he sabido rodearme de gente trabajadora, luchadora, honrada, comprometida y con vergüenza torera.

"Gibraltar es ese vecino incómodo que solo piensa en su ombligo"

-La situación de Gibraltar está enquistada.

-Hace años, cuando organizamos los juegos deportivos del Estrecho, lo primero que hice fue invitar a Peter Caruana, el ministro principal en aquel momento. Recuerdo que el día anterior, preparando la recepción en el Ayuntamiento, nos dimos cuenta de que en todas las paredes había láminas alusivas del intento de toma de Gibraltar: en la sala de espera, en la de reuniones, en todas… Parecía que estaba hecho a propósito para recibirles, así que las quitamos todas y nos fuimos al museo para ver con qué podíamos tapar las alcayatas.

-¿Y ahora?

-Gibraltar es ese vecino incómodo que siempre que intentas buscar una solución en beneficio de la comarca solo piensa en su ombligo y su ego. Son egoístas al ultranza. No íbamos mal hasta que tiraron los bloques de hormigón al mar e impidieron que nuestros pescadores pudieran ganarse la vida. A partir de ahí se estropeó todo.

-¿Y con Fabian Picardo, el ministro principal?

-Tenemos una relación personal que, si él necesita algo de mí, sabe que lo va a tener, y yo sé que también puedo contar con él si lo necesito, pero políticamente no hay relación alguna. No hay forma de buscar con ellos una fórmula que nos beneficie a todos. Quieren la tostada entera para ellos, untada por los dos lados. Y el café también.

-La propuesta de cosoberanía del Peñón está paralizada.

-Fue una propuesta del PP para que los gibraltareños tengan mayor estabilidad y seguridad dentro de la UE. La mano tendida de España es la que mejor les va a venir a ellos. No renunciamos a recuperar la integridad del territorio, el problema es que el Gobierno de Gibraltar siempre cuenta con unos magníficos aliados, que son los socialistas: siempre son esperados a la hora del te en el Convento, en la casa de gobierno del Peñón, y no tienen que esperar cita. Son como uno de ellos.

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