Izquierda Unida no se rinde

Garzón logra infundir ilusión por la remontada a más de dos mil seguidores, a los que pidió luchar por más justicia social frente a las políticas de derechas

Raúl Estévez Sevilla

17 de diciembre 2015 - 01:00

Alberto Garzón se acerca al atril. Retumba en el pabellón abarrotado: "¡Presidente! ¡Presidente!". Al mismo tiempo, un veterano camarada, gorra militar bien calada, le comenta a otro: "Un poco optimista eso de presidente, ¿no?". Ese contrapunto sobrevoló constantemente el acto que ayer protagonizó el líder de la candidatura de Izquierda Unida-Unidad Popular, Alberto Garzón, en pleno corazón del barrio de Los Remedios de Sevilla.

Un ambiente festivo, muy alejado de la realidad que marcan las encuestas para la coalición de partidos de izquierdas. Las previsiones no auguran una posición determinante para IU-UP. En Andalucía, sólo lograrían un escaño por Cádiz, según la encuesta publicada por este mismo medio el pasado domingo, y en toda España las estimaciones rondan sólo los tres diputados.

Es cierto que también se percibe cierto clima de remontada por los partidos progresistas en detrimento de apuestas como Ciudadanos o PSOE, pero incluso con eso es difícil imaginar a Garzón como presidente o incluso como llave de algún gobierno. Sin embargo, la energía que desprendían ayer las miles de personas congregadas en Sevilla en torno a su líder contradecía la pronosticada decadencia. Garzón lo verbalizó por partida doble: "¡Izquierda Unida no se rinde! ¡Izquierda Unida no se rinde!".

El candidato supo movilizar a los suyos atacando con dureza la política seguida por el PP estos últimos cuatro años y a los partidos que han abandonado su ideología inicial. "Mientras todos ha emprendido una loca carrera hacia el centro, que parece que van implosionar cuando lleguen, nosotros nos quedamos en la izquierda, que es nuestro sitio", sentenció Garzón.

Sus propuestas giran todas en torno a la justicia social, algo que afirma se ha aniquilado en la última legislatura. Antes que nada hay que atajar el problema del desempleo: "Vamos a derogar las dos últimas reformas laborales, la del PP y la del PSOE. La gente no puede tener contratos por horas, cobrando 200 o 300 euros al mes, con lo que no llegan ni a fin de semana", aseveró Garzón.

Para paliar esta lacra que se ha instalado en la sociedad española desde el inicio de la crisis, y especialmente en Andalucía, con indicadores récords de paro en toda Europa, el candidato de IU-UP insistió en su intención de invertir 15.000 millones en crear un millón de empleos con soporte público: "Si alguien no se lo cree, si nos dice que eso es de rojos utópicos, hay que convencerlo porque las cuentas cuadran. Si hubo 65.000 millones para rescatar a los bancos, cómo no va a haber 15.000 millones para las personas".

Acabar con la "corrupción legal" es otra de las líneas de actuación que propone la coalición de izquierdas para lograr su meta: "Hay que acabar con la privatización de nuestras empresas. Se han privatizado más de cien empresas que eran de todos nosotros con el Gobierno del PP. ¿Sabéis qué tenían en común? Exacto. Que eran rentables".

Por encima de todo, el devolver la dignidad a las personas. "Que dejen de tratarnos como recursos económicos. A las personas no se les puede tirar a la basura cuando dejan de tener interés económico. Si es posible rescatar bancos, autopistas sin coches y aeropuertos sin aviones se podrá rescatar la sanidad y el apoyo social a las personas. Los ricos usan el Estado para rescatarse ellos. Hay que acabar con este modelo en el que siempre ganan los mismos", argumentó.

Así, entre gritos de "¡Aquí está la izquierda de verdad!" y "¡Viva la lucha obrera!, el joven líder de IU confió en dar la vuelta a los malos augurios de las encuestas y animó a votar "en lo que realmente se cree" y en apoyar a "la única candidatura cuyos principios son incorruptibles porque son lo más bello de la política". La ilusión está y no hay ganas de rendición. La realidad dicta otra cosa. El 20-D se sabrá si hay lugar para la sorpresa.

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