Íñigo Errejón: “No podemos ser sólo un país de cañas, tapas y ladrillo”
Candidato de Más País
El líder de Más País está convencido de que su partido será decisivo para que las izquierdas tengan mayoría
Íñigo Errejón (Madrid, 1983) empieza su segunda campaña como cabeza de cartel. Tanto es así, que aparece en las papeletas de Más País. "Me conoce mucha gente, pero a Más País todavía no tanto", afirma, consciente del reto. El que fuera número dos de Pablo Iglesias y fundador de Podemos -muchos lo consideraban la cabeza pensante- vuela solo y decidió abrir campaña en Sevilla, una de las 18 provincias donde se presenta su formación
–Es su cuarta campaña de generales, pero la primera fuera de Podemos. ¿Cómo la afronta?
–Esta campaña no tendría que estar sucediendo. La mayoría de la gente no se explica por qué narices no hicieron su trabajo y España no tiene un gobierno. Hay un punto amargo. Cuando las derechas suman, forman gobierno. Y cuando las izquierdas suman, en vez de pensar en los intereses de los españoles, anteponen los intereses de los partidos y nos llevan a repetición electoral. Dicho esto, el enfado no se puede convertir en abstención. Se tiene que convertir en una opción útil que garantice que se va a respetar tu voto. Repetir las elecciones ha sido un regalo para el PPy para Vox. No quiero que se les den más regalos. Si vuelve a haber mayoría progresista, es fundamental que se convierta en un gobierno. El bloqueo no lo pagan por igual todos los españoles. La gente que nace con la vida solucionada, bien para ellos. Pero la gente que más necesita leyes y gobierno es la gente trabajadora y ahora viene una desaceleración económica, hay que tener los deberes hechos. Una sentencia del Tribunal Constitucional ha avalado el despido de una trabajadora con nueve faltas justificadas en dos meses. La reforma laboral salvaje del PP, todavía no ha sido sustituida por una que proteja los derechos de los trabajadores. Algunos, por un exceso de soberbia y de cálculo de partidos no han conseguido echar la legislatura a andar. Yeso lo paga la gente que se va a subir a un camión con fiebre. Ova a ir a la oficina sin estar curado del todo. Eso no puede ser. Pero no vale enfadarse en el bar. Hay que ponerse.
–El PSOE, con quien aspira a llegar a un acuerdo, no es claro sobre el futuro de la reforma laboral.
–El PSOE está dando señales preocupantes. No para de hacerle guiños a los fondos buitre y parece que ha renunciado a hacer justicia fiscal. No podemos vivir en una sociedad en la que una pyme paga más impuestos que una gran empresa. Son señales que indican que Sánchez no ha cerrado la puerta a un coqueteo con Casado.
–¿Y con esas señales mantiene Íñigo Errejón la voluntad de pactar con Pedro Sánchez?
–Sí. Es la única opción viable. Del 10-N puede salir otro bloqueo o un gobierno progresista. Los españoles votaron mayoría progresista en abril. Ycreo que la van a votar, si se moviliza todo el mundo, a pesar de las campañas de fake news de Génova. Pero puede que mucha gente que se haga una pregunta. ¿Si yo voto gobierno progresista vais a tener madurez o vais a volver a tiraros los platos a la cabeza? Estaría bien que las formaciones respondieran a esa pregunta.
–Las encuestas dicen que ese Gobierno progresista tendrá que apoyarse en el nacionalismo.
–Eso parece. Hay que entenderse con las fuerzas que estén dispuestas a emprender la lucha contra el cambio climático, el combate contra la violencia machista y reconstruir el Estado del bienestar. Hay que explicarle a las fuerzas de otro signo, sean catalanas o vascas, que nuestro proyecto es que todos los españoles sigamos conviviendo.
–¿Aunque esa fuerza sea ERC y ponga por delante el derecho de autodeterminación?
–Usted puede poner por delante lo que usted quiera. El gobierno progresista no. Yo no le pido a nadie que renuncie a sus objetivos, pero ese gobierno no va a estar para eso. Se va a encargar de los problemas de la gente que más lo necesita. En una entrevista con TV3, mencioné la sentencia del TC y me preguntaron por el problema de Cataluña. Esto también es un problema de Cataluña. ¿No hay catalanes que trabajan en malas condiciones? No estaremos de acuerdo en todo, pero no sé de qué cielo ha caído esta idea absurda por la cual, para firmar un acuerdo, tienes que estar de acuerdo en el 100%. Si estuviéramos de acuerdo en el 100% estaríamos en el mismo partido.
La salida de Íñigo Errejón de Podemos
–¿Cómo de amplio fue el desacuerdo para que usted abandonase Podemos y formase Más País?
–Se vio en la investidura. Me parece inconcebible que por que faltara un ministerio en la oferta se hayan repetido las elecciones. Tampoco hay manera de explicarle a la gente que la oferta de Sánchez de julio caducaba en septiembre. Frente a la capacidad de entenderse primó el cálculo de siglas. Eso no puede volver a pasar.
–A usted lo acusan precisamente de hacer cálculo de siglas.
–Ojalá no hubiera hecho falta que nosotros diéramos un paso adelante. Mucha gente me dice que no tenía ganas de votar. Entiendo que haya mucha gente que esté enfadada. Esa gente ahora tiene una opción para no quedarse en casa. Eso es bueno para nosotros, pero también para el bloque progresista.
–Las encuestas no son muy halagüeñas para Más País.
–Poco antes de las autonómicas de Madrid, en mayo, nos daban entre un 7% y un 8%, pero sacamos un 15% de los votos. Las fuerzas políticas nuevas vuelan a menudo bajo el radar. Nuestro resultado va a permitir que haya mayoría de gobierno progresista. La derecha contaba con la abstención. Eso no va a suceder gracias a Más País.
–En Unidas Podemos creen que Más País puede restar a la izquierda. Garzón alude mucho al caso de Málaga, donde ganaron un escaño a Vox por 1.500 votos.
–Eso se lo decía muchas veces el PSOE a IU. Ese camino, que parece muy lógico, conduce al bipartidismo de dos partidos que han comenzado la campaña haciendo trampas. El PSOEcon las entrevistas en Moncloa y el PPcon prácticas propias de Trump y Bolsonaro.
–¿No le preocupa que Más País pueda restar a la izquierda?
–Yo creo que no ocurrirá.
–El sistema electoral no le favorece especialmente.
–Me preocupa más el efecto de la desmoralización del votante progresista. La gente que está harta, desencantada con la política, tiene en nosotros una forma de votar progresista sin taparse la nariz.
–¿Habrá un Más Andalucía?
–No lo sé y no soy yo quien tiene que decidirlo. Tienen que ser las compañeras y compañeros en Andalucía, con una visión centrada en Andalucía quienes decidan cual es la mejor forma de construir una alternativa en Andalucía.
–Muchas de las personas que van en las listas de Más País apoyaron a Teresa Rodríguez en el proceso previo a las andaluzas de 2018. ¿Esta entente tiene continuidad?
–He tenido diferencias ideológicas con Teresa, pero es alguien con quien siempre he podido hablar.
–Ella asegura que la comunicación fue complicada en el proceso previo al desembarco de Más País.
–Adelante Andalucía estuvo invitado a participar en el mismo grado de igualdad que Compromis o la Chunta y decidieron que no.Pero el adversario es la abstención.
–¿Qué fórmula prefiere para un hipotético gobierno de izquierdas?
–Eso es poner el carro delante de los bueyes. Hay que apostar para no ser un país sólo de cañas, de tapas y de ladrillo, sino para competir en los dos sectores que van a ser más importantes en el futuro: la economía digital y la transición ecológica. Quiero un gobierno que se ponga a hacer eso. Quien lo firme y quien se siente en qué sitio, viene después y es secundario. Cuando empezamos con el maldito juego de las sillas, todo se bloquea y lo acaba pagando el pueblo español.
–Tras publicarse la sentencia del procés, se dijo en el PSOE que no podrían haber tenido a Iglesias en el Gobierno con una reacción tan crítica con el Supremo.
–Las sentencias hay que respetarlas, pero los políticos tienen que hacer su trabajo. Los jueces y los políticos tienen trabajos distintos. El síndrome Rajoy, el de dejar que pasen los problemas y, cuando se agraven, que lo solucionen los jueces, ha sido un desastre y ha separado a Cataluña de España.
–¿Como presidente, le gustaría un ministro con posturas públicamente muy distintas de las suyas?
–Un Gobierno tiene que funcionar todos a una. Tiene que pactar en qué rumbo va, pero eso no significa que no haya diferencias. Aunque sólo sean de un partido. Tienen que pactar las diferencias dentro y luego ir todos a una. Son el gobierno de toda España. En un gobierno plural siempre va a haber diferencias. Hay que hablarlas, acordarlas dentro y trabajar con una sola voz.
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