Griñán apela a "otro 20-N"
El presidente andaluz mantiene que hace 36 años, fecha de la muerte de Franco, "se abrieron las alamedas de las libertades, de la igualdad de oportunidades" y apela a que otra fecha similar "no destruya esa ilusión, ese camino"
Dicen que los mítines sirven para convencer a quienes ya lo están. Con un anfiteatro de la rambla principal de Almería ganado de antemano, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, pisó un escenario con la seguridad de que sus oyentes le iban a jalear cualquier cosa que dijera. Lo logró. Aunque los gritos extemporáneos quedaron relegados a una mínima expresión, el presidente andaluz enarboló la bandera del "orgullo andaluz", de tener "la mejor sanidad de España y una de las mejores de Europa" con una sola petición: "Que habléis con cientos, con miles, que les escuchéis cuando dicen que lo están pasando mal, porque es verdad y hablad de lo que hemos conseguido, porque tenemos todas las razones".
Incluso apeló a la historia cuando, casi al final, recordó que "un 20 de noviembre de hace 36 años se abrieron las alamedas de la libertad, de la igualdad de oportunidades; no dejéis que otro 20 de noviembre nos destruya esa ilusión, ese camino; no dejéis el poder en quienes no son capaces de decir qué van a hacer con el voto". El 20-N al que se refería era al de la muerte de Franco, en 1975.
El presidente del Ejecutivo andaluz apeló al "orgullo de ser socialistas" para recomponer unas encuestas que cada día que pasan son más poco alentadoras. La suya fue una inyección de ánimo a sus filas, para impedir que alguien celebre una victoria que parece en sus manos: "Algunos ya han puesto el champán a enfriar".
Griñán acudió a una de las circunscripciones más difíciles del PSOE andaluz. Ya en el año 2008, el PSOE y el PP empataron en número de diputados y, en las pasadas elecciones municipales, los populares ganaron casi todos los municipios. Después de eso, el PSOE cambió a su secretario general, Diego Asensio, y lo sustituyó por Sánchez Teruel como secretario general.
José Antonio Griñán recordó "lo que hemos hecho. Jugó con el lema de campaña de Alfredo Pérez Rubalcaba ("hay que pelear por lo que nos ha costado mucho ganar") frente a aquellos que "escriben sus programas con tinta invisible, aquellos que no dicen que son de derechas; nosotros queremos hacer país". Marcó diferencias con quienes "gobiernan en algunas comunidades que es donde más ha crecido el paro" y se desmarcó de una crisis que "no es nuestra". Ahí es donde cosechó más respaldo, cuando repasó lo que se ha logrado en materia de "igualdad y libertad" y en especial del sistema sanitario "que atiende a todos y que investiga lo que aún no tiene cura posible". La defensa de los ataques que "nos hacen de Despeñaperros para arriba", le sirvió también para marcar su territorio y apuntar el coraje para encarar un futuro en el que "aún reconociendo que no todo lo hemos hecho bien, al menos no hemos perdido nuestra confianza en Andalucía y en los andaluces que han luchado y mucho porque sus hijos tengan un mejor futuro que el suyo". Esa "lucha por la libertad" es la que no deben "arrebatarnos quien no sabe que las puertas se abren a la izquierda y se cierran a la derecha".
También hubo guiños para Zapatero, de quien recordó que "comenzó su legislatura sacando a las tropas de Iraq y la va a terminar con la derrota de ETA", así como para Felipe González a quien echó de menos "en esta Europa en la que faltan líderes". En las primeras filas, la alineación casi completa del nuevo PSOE de Almería, con su secretario general José Luis Sánchez Teruel a la cabeza. De la vieja directiva, sólo sorprendió la segunda fila que ocupaba el ex consejero Martín Soler. La presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, también acompañó al presidente en su mitin almeriense. Es posible que el PSOE no lo tenga hoy mejor que ayer, pero al menos, no ha empeorado.
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