Feijóo se multiplica ante el encierro de Pedro Sánchez
El candidato popular reclama un apoyo masivo para gobernar "sin intermediarios" en referencia a Vox
El líder del PP redobla su agenda mientras su contrincante se toma todo el fin de semana para prepararse el cara a cara
Pedro Sánchez, en Moncloa, y Alberto Núñez Feijóo en Corrales del Vino, provincia de Zamora, donde su alcalde es camionero. Un pueblo de la España rural de menos de 1.000 habitantes. Este domingo, el líder del PP viajará a Pontevedra, donde intervendrá en un gran acto con Mariano Rajoy, pero Sánchez seguirá preparándose el debate que ambos mantendrán este lunes en Atresmedia. Feijóo bromeaba, y con razón: si hubiese aceptado los seis debates que le pidió Sánchez, el candidato socialista habría necesitado 18 días para estudiar. Claramente, la campaña del presidente del Gobierno es la más arriesgada y, lo sorprendente, es que no le está saliendo mal.
Esto último es, al menos, lo que se deja ver en los sondeos, donde los dos bloques siguen sin romper una tendencia de empantanamiento. Feijóo ganaría las elecciones, pero necesitaría a Vox, mientras Sánchez, junto a Sumar, sigue por abajo, pero sin hundirse. En Corrales, el candidato popular volvió a pedir el apoyo de toda la derecha y del centro para "gobernar sin intermediarios". Necesita más de 150 escaños para librarse de una coalición con Santiago Abascal, que lejos de moderarse para facilitar el voto centrista al PP, ha presentado un programa electoral de máximos. "Voy a llevar a ese debate lo que ocurre en España, no lo que ocurre en los platós de televisión ni en el Falcon", aseguró el dirigente popular en Corrales.
Núñez Feijóo celebrará 12 actos en 12 comunidades autónomas después del debate del lunes y hasta el domingo, el martes estará en Cádiz. Sánchez no regresará a Andalucía en toda la campaña, está dedicado a las entrevistas y a clavar unos mensajes que los socialistas sostienen que están teniendo éxito. Es cierto, que como cuenta uno de estos dirigentes "el partido no estaba para mítines", pero los últimos días han servido para dar ánimos a la formación, donde por primera vez se piensa que hay opciones de vencer al bloque de derecha. Con uno de izquierda, claro, porque las esperanzas socialistas pasan por reeditar la coalición de la pasada legislatura.
El bipartidismo ha regresado en forma de bloquismo, ya no son sólo dos grandes partidos los que dirimen la competición electoral, sino éstos en compañía de aliados necesarios que son incompatibles con el contrincante. La desaparición de Ciudadanos se llevó consigo la opción de recurrir a partidos bisagras, de modo que el 23 de julio se enfrentarán dos grandes bloques de izquierda y de derecha. De un lado, el PSOE de Pedro Sánchez y Sumar de Yolanda Díaz, pero a los que cabe añadir esos partidos minoritarios nacionalistas e independentistas que podrían ayudarles para impedir el triunfo del otro bloque. Éste está formado por el PP más Vox, que en el caso de una situación de empate podría sumar, como mucho, a Coalición Canaria y a Teruel Existe. El PNV sólo facilitaría un Gobierno de Alberto Núñez Feijóo si fuera en solitario.
Más allá de asegurarse el listón de la mayoría absoluta, de los 176 escaños, el PP necesita obtener más escaños que el conjunto de la izquierda. Si lo hiciese sin necesidad de sumar los diputados de Vox, Alberto Núñez Feijóo podría gobernar en solitario, aunque en minoría. En una sesión de investidura, el bloque formado por PSOE, Sumar y el conjunto de partidos nacionalistas e independentistas no llegaría con sus noes al número de síes que habría logrado el PP. Una abstención de Vox le bastaría.
Para la elección del presidente del Gobierno se necesita, en primera votación, una mayoría absoluta de 176 escaños, pero en la segunda basta con que tenga más síes que noes.
La otra posibilidad de Feijóo para gobernar es que necesite a Vox para sumar más que el bloque de las izquierdas. En ese caso, habría un Gobierno de coalición entre el PP y el partido de Santiago Abascal, según el criterio que ha explicado el propio líder popular.
Si la suma de los diputados de PP y Vox fuera una cifra inferior al del bloque de izquierdas es muy posible que Pedro Sánchez volviese a gobernar. Sería una reedición del Frankenstein, aunque el socio de Gobierno no sería Podemos, sino Sumar. A pesar de ello, el Ejecutivo tendría que hacer concesiones a ERC como ya ha anunciado su portavoz, Gabriel Rufián.
Este sábado, desde Valencia, Yolanda Díaz ha cargado contra su aliado socialista, al que ha acusado de tener "un alma centralista". "Salid el 23 de julio a defender vuestros derechos, porque ni el PP ni el PSOE lo van a hacer", ha declarado la candidata de Sumar en un vano intento de romper con el bloquismo.
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