Díaz y Sánchez piden el voto útil para dar un vuelco a los sondeos
El líder socialista alerta de la existencia de un "frente anti-PSOE" y considera a su partido la única alternativa al PP
En el PSOE no quieren saber nada de encuestas. O al menos prefieren ignorarlas por el momento. El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno se mostró ayer convencido de que la lista del puño y la rosa será la más votada en las elecciones del 20 de diciembre. "Vamos a ser la primera fuerza política", aseguró Pedro Sánchez en un abarrotado polideportivo del barrio sevillano de Pino Montano. No fue el único que optó por hacer caso omiso de los sondeos, puesto que la presidenta de la Junta auguró un vuelco que, de producirse, aupará a un socialista al Palacio de la Moncloa. "Lo hicimos en el 82 con Felipe, en 2004 con Zapatero y lo vamos a hacer en 2015 de la mano de Sánchez", dijo Susana Díaz ante los 3.000 simpatizantes que acudieron al recinto.
Para conseguir el deseado vuelco, Sánchez colocó a su formación como la única alternativa al Partido Popular. "No votar al PSOE es regalar cuatro años más de Gobierno a Mariano Rajoy", espetó el secretario general de los socialistas, que se refirió a la reforma laboral del PP, los recortes y la corrupción como la herencia de la legislatura que acaba de finalizar.
Pero hay más amenazas para los intereses del PSOE que aquellas que proceden de contrincante histórico. El candidato a la Presidencia lo denominó un "frente anti-PSOE" en referencia a una hipotética alianza de PP, Ciudadanos y Podemos. Díaz apoyó las tesis de su líder y se refirió a las fuerzas emergentes como "esos dos que sólo quieren conseguir el suficiente número de escaños para decidir quien gobierna".
La mandataria andaluza reconoció que tiene diferencias programáticas con el partido de Albert Rivera -como el copago farmacéutico o el aumento del IVA en determinados productos básicos-, pero fue mucho más dura con la formación de Pablo Iglesias. "Podemos quiere ganarle al PSOE, que es quien puede echar a Rajoy de la Moncloa". Y fue más allá, puesto que aprovechó el desliz de Iglesias en el debate de Atresmedia respecto a las movilizaciones del 4 de diciembre para atizarle al líder del partido morado "por utilizar la historia de Andalucía como coartada para romper España".
La historia fue el argumento principal del que se sirvió Díaz para colocar al PSOE como una opción real de gobierno. "Quien curra se equivoca, es lógico y humano", dijo la presidenta de la Junta antes de glosar algunos de las conquistas de su partido. Atribuyó a los ministros socialistas José María Maravall y Ernest Lluch la responsabilidad de impulsar los sistemas públicos de educación y sanidad, respectivamente, y los contrapuso a los recortes realizados por el Gobierno de Mariano Rajoy en los últimos cuatro años.
Pedro Sánchez también tiró de contraste con las políticas del PP para ensalzar la labor de su baronesa. Recordó el recorte realizado en el sistema de dependencia -se comprometió incluso a financiar el 50% de la prestación si llega a Moncloa- y colocó al otro lado la gestión realizada por Susana Díaz en la Junta. En el ámbito social también defendió al PSOE como el "único partido feminista", en referencia a la paridad de las listas electorales y candidaturas en cada provincia y elogió a su formación como "la más transparente de España".
El candidato socialista también quiso pormenorizar algunas de las propuestas que llevará a cabo si gana, como derogar la reforma laboral "que tenía como objetivo hacer a España más competitiva produciendo más barato a costa de los trabajadores". En este sentido, Sánchez también quiso alejarse del contrato único que defiende Ciudadanos y apostó por volver a activar la negociación colectiva y reducir la temporalidad.
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