Los díscolos del PSC desafían a Navarro y no entregan su acta
La ejecutiva debe decidir si lleva a la práctica su amenaza de expulsarles del grupo parlamentario
Los tres diputados díscolos del PSC que rompieron la disciplina de voto este jueves para pedir al Congreso que permita la convocatoria de la consulta -Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Nuria Ventura- se reafirmaron ayer en la decisión de no entregar su acta de diputado al finalizar el plazo establecido por el partido para hacerlo.
En declaraciones a Europa Press, Geli pidió a la dirección socialista que les conceda "cierto tiempo para reconducir" la crisis abierta y evitar una diáspora, que por otra parte ha considerado que ya se está produciendo. Además, aseguró que su intención no es "para nada" la de fundar un nuevo partido, una inquietud que expresó ayer el secretario de Acción Política del PSC, Antonio Balmón, sino la de permanecer en el partido, postura que aseguró que apoyan muchos dirigentes y militantes.
Elena y Ventura también se refirieron a las declaraciones de Balmón y celebraron que éste haya dicho que la solución no pasa por un castigo disciplinario, sino por la responsabilidad política.
El responsable de Calidad Democrática de la ejecutiva socialista y fundador del movimiento crítico Avancem -al que pertenecen Elena y Ventura-, Jordi del Río, agradeció "el tono de diálogo y la mano tendida" de Balmón. Del Río consideró que el líder del PSC, Pere Navarro, debe apostar por la vía política y no por la disciplinaria, ya que el ultimátum planteado supone "un oxímoron irresoluble". El dirigente sostuvo que están tranquilos ante la posibilidad de que el conflicto acabe dirimiéndose en la comisión de garantías, ya que es una comisión para valorar las buenas y malas prácticas políticas "y no un tribunal de la Santa Inquisición". Del Río añadió que en el PSC "no sobra nadie, sino que falta mucha gente".
Entre los compañeros que apoyan la opción de no expulsarles y esperar a la ejecutiva ha señalado al exdiputado y alcalde de Lleida, Àngel Ros; el portavoz del partido y diputado en el Parlament, Jaume Collboni; el primer secretario en la provincia de Girona, Juli Fernández, y el diputado y exconseller Xavier Sabaté.
La negativa de los tres primeros diputados críticos a renunciar a sus escaños podría comportar su expulsión y, en este supuesto, pasarían a ser considerados por la cámara como "diputados no adscritos" no integrados en ningún grupo, ni siquiera en el mixto, en virtud del pacto catalán contra el transfuguismo que se aplica en el reglamento del Parlament.
En este caso también ocurriría que el grupo del PSC quedaría sensiblemente reducido y pasaría de los 20 miembros actuales a 17 o a 16 hasta cubrir la baja de Àngel Ros. Esto tendría su traducción práctica en que el PSC dejaría de ser considerada a todos los efectos como la tercera fuerza y pasaría a ser la cuarta, por detrás del grupo del PPC. Falta por ver, no obstante, si la dirección capitaneada por Pere Navarro cumple su amenaza de expulsar a los diputados.
Por lo que respecta a la figura del "diputado no adscrito", el reglamento de la cámara catalana impide a este tipo de parlamentarios que formen parte de un grupo si han sido expulsados del que procedían y no devuelven el acta. Esto les impediría pertenecer al grupo mixto en el que actualmente sólo están los tres diputados de la CUP, y dispondrían de menos tiempo para intervenir en los plenos, además de no poder formar parte de las comisiones parlamentarias.
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