Pilar Cernuda
¿Llegará Sánchez al final de la legislatura?
Barcelona/La ejecutiva nacional de ERC ha avalado este lunes el preacuerdo alcanzado con el PSC para investir como presidente de la Generalitat a Salvador Illa, si bien el sí definitivo a este pacto deberán darlo en una consulta las bases del partido republicano, compuestas por unos 8.700 militantes.
Así lo han explicado fuentes del partido una vez finalizada una reunión de la ejecutiva nacional, de la que forman parte una sesentena de cargos, que se ha alargado durante más de nueve horas.
El preacuerdo prevé que Cataluña salga del régimen común y que la Agencia Tributaria Catalana gestione, liquide, recaude e inspeccione todos los impuestos (empezando por el IRPF), así como crear un Departamento de Política Lingüística en el Govern o de una Convención Nacional para la Resolución del Conflicto Político, que presidiría ERC y dependería del Parlament.
La portavoz de ERC, Raquel Sans, ha explicado en rueda de prensa que los militantes validarán o no la decisión a través de una consulta -telemática y presencial- que se hará este viernes y cuyo resultado será "vinculante".
"Tener la llave de la caja, tener esta soberanía fiscal y recaudar el 100% de los impuestos era un elemento fundamental y lo teníamos que garantizar de forma estructural", y ha añadido que tienen la garantía de que se harán las modificaciones legales necesarias para que esta financiación sea vigente independientemente de quien gobierne en el Estado, para posibilitar el que ha definido como "concierto económico solidario", en concreto de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA).
Con todo, esta norma debe cambiarla el Congreso de los Diputados mediante una mayoría parlamentaria, de modo que requerirá del apoyo de formaciones como Junts: "Lo damos por descontado", ha dicho Sans.
El "muy buen preacuerdo" alcanzado con el PSC permitirá a Cataluña estar "mucho más preparada para la independencia", al poder salir del régimen común de financiación autonómica. Así lo ha dicho Sans, arropada por todos los miembros de la actual ejecutiva nacional, incluida la secretaria general, Marta Rovira, o el presidente catalán en funciones, Pere Aragonès.
En caso de que las bases rechacen el preacuerdo, Sans ha asegurado que ERC dará por rotas las conversaciones y dejará que Illa busque otras mayorías posibles, bien sumando con Junts o bien haciéndolo con el PP y Vox.
Fuentes de la negociación explicaban que las conversaciones habían permanecido "encalladas" en las últimas horas al reclamar los republicanos esas "garantías" de que lo pactado en materia de financiación se cumpla aunque aterrice en Moncloa un Ejecutivo que no sea socialista.
Simultáneamente a la reunión de ERC en la calle Calàbria de Barcelona, también la dirección del PSC ha celebrado un encuentro más breve en su sede de la calle Pallars.
Todo ello, cuando ERC fijó finales de julio como fecha límite para alcanzar un preacuerdo -que luego deberían validar las bases-, pese a que el plazo legal máximo para evitar una repetición electoral finaliza el 26 de agosto.
Ya desde que sufrieran un severo revés electoral el pasado 12 de mayo -pasaron de 33 a 20 escaños-, los republicanos fijaron cuatro "carpetas" para negociar la investidura de Illa: dar pasos hacia la resolución del conflicto político catalán; un nuevo modelo de financiación para Cataluña -una suerte de "concierto fiscal", inicialmente, que se ha ido modulando hasta "avanzar hacia la plena soberanía fiscal"-; políticas de refuerzo del Estado del bienestar y un nuevo impulso al catalán desde la administración.
A esas cuatro carpetas se suma la "carpeta cero", esto es, el cumplimiento de los acuerdos ya alcanzados en el pasado, por ejemplo en el marco de la última investidura de Pedro Sánchez. Durante la última semana ambas partes han escenificado la formalización de varios de estos pactos, con una reunión incluida en el Palau de la Generalitat entre Sánchez y el presidente catalán, Pere Aragonès.
El pacto deberán validarlo mediante una consulta los 8.700 militantes de ERC, con el no como opción plausible dada la aversión que despierta entre las filas republicanas el PSC y en concreto la figura de Illa, la crisis interna que atraviesa la dirección -con la reciente ruptura del tándem formado por Oriol Junqueras y Marta Rovira- y la polémica por los carteles denigratorios contra los hermanos Maragall, una vez destapado que salieron de las filas del propio partido.
De darse las anteriores dos condiciones -un preacuerdo, luego validado por la militancia de ERC-, Illa tendría otro obstáculo por sortear: el retorno a Cataluña de Carles Puigdemont, que ha prometido que estará en el Parlament durante el debate de investidura.
Sobre el ex presidente pesa una orden de detención nacional -tras no aplicársele la amnistía por el delito de malversación-, de modo que si vuelve a Cataluña puede acabar en prisión, añadiendo incertidumbre al momento político.
También te puede interesar
Pilar Cernuda
¿Llegará Sánchez al final de la legislatura?
Lo último
3 Comentarios