El día que comenzó el declive de Juan Carlos I

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La caída del Monarca durante un viaje a Botsuana, el 13 de abril de 2012, precipitó el final de su reinado

El rey Emérito don Juan Carlos
El rey Emérito don Juan Carlos / EFE
Carlos Pérez Gil (Efe)

11 de abril 2022 - 00:24

Madrid/Con el país envuelto en la crisis económica más grave de la democracia, España amaneció el 13 de abril de 2012 con la noticia de que el rey Juan Carlos volaba de emergencia desde Botsuana tras fracturarse la cadera durante su estancia en el país africano, adonde había viajado para participar en una cacería junto a su amiga íntima Corinna Larsen.

Una década después, don Juan Carlos ya no está en el trono, ha abandonado la vida pública, no tiene asignación económica del Estado, Felipe VI ha renunciado a su herencia y, desde agosto de 2020, vive en Emiratos Árabes Unidos tras su marcha de España a cuenta de la polémica por sus negocios en el extranjero, cuya investigación ha archivado la Fiscalía.

El viaje a Botsuana supuso un antes y un después en la trayectoria del ahora Rey emérito, como reconoció la Casa Real, y precipitó el final de un reinado que se extendió hasta junio de 2014, cuando le relevó su hijo ante el desgaste generado en la Corona por su padre, aderezado por la implicación de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en el caso Nóos.

El incidente de don Juan Carlos se ilustró en los medios con una fotografía de 2006 en un safari anterior en la que aparecía con otro cazador, ambos con el rifle en la mano, junto a un elefante abatido, lo que contribuyó a acrecentar las críticas.

La caída tuvo lugar tras la cacería en la residencia y en plena madrugada. Ante la magnitud de la lesión, don Juan Carlos fue repatriado a Madrid con urgencia en el mismo avión privado en el que se desplazó al país africano junto al médico de la Casa del Rey para ser operado en la jornada siguiente, día de la República. Diez horas de vuelo en el que don Juan Carlos fue sentado, con tratamiento de analgésicos y sabedor de la conmoción que el caso iba a suscitar en España.

Después de cuatro días ingresado en la clínica, don Juan Carlos, que en aquel momento tenía 74 años, protagonizó un momento histórico en la Corona.

El entonces jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y su responsable de prensa, Javier Ayuso, llegaron a la conclusión de que era preciso reaccionar con celeridad para aplacar el enfado político y social. Para ello, idearon el plan de que don Juan Carlos trasladara a cámara un mensaje ante algunos periodistas al salir de la habitación tras recibir el alta.

"Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir", fueron las 11 palabras de disculpa que el jefe de Estado, apoyado en muletas y con rictus serio, pronunció en su propósito de enmienda, inédito en un monarca español.

La escritora francesa Laurence Debray, autora de un libro biográfico de Juan Carlos I con testimonios de su estancia en Abu Dabi, opina que el suceso de Botsuana "encarna el divorcio entre el país y su rey, que pasó de héroe a villano". "Si hubiera muerto dos días antes de la cacería, lo habría hecho como un héroe nacional. Pero en plena crisis económica y con el caso Nóos, cayó fatal. Tuvo que ser increíble para él. Adulado y querido durante muchos años y tras la caída una noche, te levantas y eres el antihéroe y responsable de todos los problemas del país", reflexionó Debray el miércoles en la presentación en Madrid de Mi Rey caído.

Ante las especulaciones de que Juan Carlos I viajó a Botsuana sin conocimiento del Gobierno de Mariano Rajoy, la Casa Real lo desmintió a los dos días y el Ejecutivo ratificó posteriormente que estaba "plenamente informado".

La controversia generó un hondo debate político, en el que hasta dirigentes socialistas censuraron el comportamiento del monarca y por primera vez se habló de un eventual escenario de abdicación.

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