La debacle gallega agrava el debilitamiento territorial del PSOE y mete presión a Sánchez
García-Page pide que el partido haga una "reflexión profunda" para impedir que acabe siendo un "ciclón electoral que arrase mucho más"
Besteiro asume la derrota y promete trabajar para lograr que el PSdeG sea una alternativa
La debacle del PSdeG en las elecciones gallegas del domingo agrava el debilitamiento territorial que sufre el PSOE en los últimos años y aumenta la presión sobre Pedro Sánchez, a quien responsabilizan de esta situación no solo el PP sino también representantes socialistas como Emiliano García-Page.
Sánchez ha analizado este lunes en una reunión con la Ejecutiva Federal del PSOE los resultados de las elecciones gallegas, en las que el PP ha revalidado su mayoría absoluta y el PSdeG se ha mantenido en tercer lugar tras el BNG pero sufriendo una fuerte caída, al pasar de 14 a 9 escaños.
Apenas han trascendido detalles sobre este encuentro, más allá de que ha habido autocrítica por esta pérdida de apoyos y de alegar de forma prácticamente unánime que el candidato socialista a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, no ha tenido tiempo para consolidar su liderazgo.
El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, ha comentado este lunes que a Besteiro "le ha tocado hacer una campaña en una circunstancias muy complejas" y ha puesto el foco en Sánchez, al señalar que las elecciones gallegas tienen un componente autonómico pero el "guiso era nacional".
En su opinión, el PSOE lleva un ciclo desde el año 2020 "muy difícil, muy adverso y muy hostil, que debiera provocar" una "reflexión profunda" para impedir que acabe siendo un "ciclón electoral que arrase mucho más" al partido.
Otros líderes autonómicos socialistas consultados por EFE coinciden en mostrar su preocupación ante lo que consideran un debilitamiento territorial del PSOE, y algunos de ellos apuntan también a una responsabilidad de Ferraz y del propio Sánchez al respecto.
"Todo edificio se construye de abajo hacia arriba. Partido y territorio", señala un barón socialista.
La portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Esther Peña, ha negado en rueda de prensa una lectura nacional de los resultados de las gallegas, que haya habido una influencia de la amnistía o que esta nueva victoria del PP evidencie un cambio de ciclo electoral en los territorios.
"(Los socialistas) tenemos resultados diferentes en las comunidades autónomas, pero no somos residuales en ninguna", ha dicho.
Pero lo cierto es que las elecciones gallegas confirman la mala racha de los socialistas en el panorama autonómico y municipal en los dos últimos años.
El PSOE dejó de ser primera fuerza en Castilla y León en las elecciones autonómicas de 2022; perdió apoyos ese mismo año en las autonómicas de Andalucía, en las que el PP ganó por mayoría absoluta; y se quedó sin buena parte de su poder territorial en las municipales y autonómicas de mayo de 2023, lo que motivó el adelanto electoral de las generales.
Fuentes de Ferraz señalan que los resultados de los socialistas en las elecciones de mayo fueron muy similares a los de anteriores comicios de incluso mejores en algunos casos, pero subrayan que si perdieron gobiernos y ayuntamientos fue por la mala actuación de los partidos a su izquierda.
Estas mismas fuentes destacan la representación de los socialistas en Cataluña y el País Vasco, donde aseguran que el PP es una fuerza residual, aunque reconocen el retroceso sufrido a lo largo de los años en comunidades como Galicia y Madrid.
En la actualidad, el PSOE solo mantiene tres gobiernos autonómicos (Castilla-La Mancha, Asturias y Navarra) y apenas tiene poder en grandes ayuntamientos, con las excepciones de Barcelona y Las Palmas de Gran Canaria.
Una situación que el PP está aprovechando para meter presión a Sánchez, al asegurar que Alberto Núñez Feijóo ha ganado en prácticamente todos los duelos electorales desde que fue proclamado líder del partido en abril de 2022.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha intensificado esta presión sobre Sánchez al invitarle a dimitir tras el resultado en Galicia.
Pero en Ferraz nadie cuestiona el liderazgo de Sánchez, menos aún desde que el PSOE mejorara sus resultados en las elecciones generales del pasado 23 de julio y lograra revalidar el Gobierno con el apoyo de fuerzas parlamentarias como Junts y ERC.
Más allá de Page, ningún socialista en activo ha responsabilizado en público a Sánchez de la situación territorial del partido, pero el exalcalde socialista de La Coruña Paco Vázquez ha sido muy crítico al decir que el presidente del Gobierno "está acabando con el PSOE, si no ha acabado ya con él" y se ha mostrado convencido de que "en cualquier momento" puede plantearse convocar elecciones generales.
El Gobierno toma nota de las elecciones gallegas pero no ve motivos para cambiar su rumbo
El Gobierno toma nota de lo sucedido en las elecciones gallegas celebradas el domingo, pero considera que esos comicios, pese a los malos resultados de los socios de coalición, no son motivo para cambiar el rumbo emprendido en la legislatura.
Fuentes del Ejecutivo consultadas por EFE remiten a cada uno de los partidos de la coalición (PSOE y Sumar) para hacer los análisis pertinentes de esos resultados y actuar en consecuencia como consideren oportuno, pero recalcan que no hay que perder de vista que se trataba de las elecciones en una comunidad autónoma.
Lo ocurrido en las urnas en ese territorio no creen por tanto que pueda ni deba condicionar la acción del Gobierno, ya que interpretan además que algunas cuestiones de política nacional, como la ley de amnistía, no han influido de forma determinante en el voto de los gallegos a los partidos que conforman el Gabinete de Pedro Sánchez.
En ese sentido, recuerdan que el BNG ha tenido un apoyo notable y es una formación política que respalda plenamente la amnistía.
Por ello no hay intención de variar la posición al respecto y las fuentes citadas aseguran que se va a seguir intentando llegar a un acuerdo con Junts que permita sacar adelante esa ley.
No es que se menosprecien los resultados de Galicia, precisan, porque señalan que se toma nota de ellos como de los de todas las elecciones, pero explican que se hace en su justa medida.
En el Gobierno reconocen que el PP puede estar muy satisfecho por el resultado obtenido y aseguran que su líder, Alberto Núñez Feijóo, habrá respirado dadas las consecuencias que creen que para su liderazgo podría haber tenido perder la Xunta.
Pero de ahí a hablar del inicio de un nuevo ciclo electoral (como ha hecho ya la secretaria general del PP, Cuca Gamarra) consideran que hay un mundo y que no tiene sentido hacer ese planteamiento cuando se está en los primeros compases de la legislatura.
Además, invitan a preguntar en el Partido Popular si siguen pensando lo mismo cuando se conozca lo que digan próximamente los ciudadanos vascos en las urnas.
Presume el Gobierno que tras el resultado de las elecciones en Galicia Feijóo va a seguir con su forma de hacer oposición "destructiva" y que en esa línea irá en el primer cara a cara parlamentario que tendrá con Sánchez el próximo miércoles en la sesión de control del pleno del Congreso.
Frente a ello recuerdan las apelaciones a la templanza que ha venido haciendo Sánchez y afirman que así seguirá actuando el Ejecutivo a la vez que impulsando medidas en favor de los ciudadanos.
Por lo tanto insisten en que no va a haber ningún viraje en la línea de actuación del Gobierno.
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