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El comando Erreka facilitó la información con la que se asesinó a un ertzaina

Grande-Marlaska ha enviado a prisión a los dos presuntos miembros de ETA detenidos esta semana: Aitor Esnaola, miembro del comando, y Lander Etxeberria, quien había actuado de correo con la banda.

Efe

16 de abril 2011 - 18:13

Madrid/El comando Erreka de ETA facilitó a la dirección de la banda terrorista informaciones sobre potenciales objetivos, entre ellos un concejal de Lezo (Guipúzcoa), y sobre el mando de la Ertzaintza Mikel Uribe, asesinado de nueve disparos el 14 de julio de 2001 en la localidad guipuzcoana de Leaburu.

Así consta en el auto emitido por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, que ha enviado a prisión a los dos presuntos miembros de ETA detenidos esta semana por la Guardia Civil: Aitor Esnaola, miembro del comando Erreka, y Lander Etxeberria, quien había actuado de correo entre este grupo y la cúpula de la banda. El juez imputa a Aitor Esnaola los delitos de integración en organización terrorista, tenencia de armas y explosivos y conspiración para el asesinato, mientras que a Etxeberria le acusa de los delitos de integración o colaboración en organización terrorista.

Ambos han sido los dos únicos detenidos en esta operación que han pasado a disposición de la Audiencia Nacional, ya que Igor Esnaola, detenido el martes junto a su hermano Aitor, quedó en libertad el viernes, mientras que la Fuerzas de Seguridad buscan a Andoni Goikoetxea, el otro miembro del comando huido desde el martes.

Según el auto del juez Marlaska, la información sobre el ertzaina asesinado transmitida más tarde a la dirección de ETA, sirvió para el atentado que acabó con la vida de Mikel Uribe, perpetrado en julio de 2001 por el comando Zartako integrado por miembros legales de la banda, es decir, no fichados por la Policía. Además de recopilar información, la dirección de ETA había encomendado al comando Ekerra un "proyecto estratégico", como era el almacenamiento y distribución de explosivos para la banda.

El caserío de la familia Esnaola en Legorreta (Guipúzcoa) y la red de zulos desmantelada desde el martes, en los que se ha intervenido una tonelada y media de explosivos, se había convertido, según el juez, en un "nodo logístico" para la fabricación y almacenaje de material para la fabricación de artefactos. Desde allí, el comando Ekerra distribuía el material a los grupos operativos por medio de una serie de puntos de entrega, de los cuales la Guardia Civil ha conseguido localizar siete, además de otros tres zulos en distintos parajes del País Vasco y Navarra. "La intención de la organización terrorista era el establecimiento de un depósito/laboratorio de explosivos en territorio de la Comunidad Autónoma Vasca, con la finalidad de evitar los constantes pasos de muga para realizar entregas de material a los comandos encargados de llevar a cabo los atentados terroristas, con el fin de minimizar los riesgos", concluye el auto.

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