Se cierra año y medio de un debate en el que todos han opinado
Desde finales de 2009 el Partido Socialista ha sido una 'olla de grillos' sobre la sucesión
El mutismo mantenido por José Luis Rodríguez Zapatero sobre su futuro, la pérdida de popularidad sufrida tras el duro plan de ajuste de 2010 y el nerviosismo por la proximidad de unas difíciles elecciones el 22 de mayo han alentado durante casi año y medio el debate sucesorio en el PSOE.
Aunque el propio Zapatero responsabilizó a los periodistas de promover la controversia, inexistente, según sus palabras, dentro del partido, no han sido pocos los dirigentes socialistas que, ante las cámaras o tras ellas, han alimentado el debate.
El presidente del Gobierno cerró 2009 asegurando que no iba a dedicar "ni un minuto" de 2010 a pensar si volvería a ser candidato y se mostró convencido de que el partido tampoco se ocuparía de ello, pero su previsión no se cumplió. Ya en enero una encuesta señalaba que la mayoría creía que no debería repetir y Patxi López y Tomás Gómez le animaron a decidirse cuanto antes.
El único candidato para todos ellos era Zapatero, hasta que llegó mayo, el duro e inesperado plan de ajuste diseñado tras la quiebra griega y el desgaste continuo de los sondeos, en los que el PP ganaba sin dificultades.
Poco a poco comenzaron las quinielas en los medios de comunicación, con nombres como José Bono, Carme Chacón, o José Blanco como posibles sucesores, hasta que en octubre Zapatero encumbró a Alfredo Pérez Rubalcaba a la vicepresidencia primera y desató los rumores.
Si el nombramiento de Rubalcaba reactivó el debate, vivo gracias a los deslices más o menos intencionados de los barones socialistas, fue el propio Zapatero quien lo incendió las pasadas Navidades al desvelar en la copa que ofreció a los periodistas en La Moncloa que una persona del partido ya conocía su decisión.
Entre los dirigentes socialistas que han optado en todo este tiempo por no callarse ha destacado el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien en septiembre consideró que Zapatero no debería optar a la reelección si tenía "dudas" y este enero no ocultó que tenía tres candidatos si decidía no repetir: "Alfredo, Pérez y Rubalcaba".
José María Barreda, el presidente castellanomanchego dejó claro que era partidario de limitar el número de mandatos y recordó que en su comunidad sólo se puede repetir una vez como candidato. Barreda ha repartido sus elogios a Rubalcaba y Chacón.
Mientras, José Bono optó por no despejar dudas y no esconder las reuniones mantenidas con varios de los protagonistas de esta novela por entregas en su despacho del Congreso, donde un día recibió a Zapatero para entrevistarse después con Rubalcaba, Barreda y Blanco.
Zapatero intentó aplacar el torbellino y avisó de que no le asustaban las presiones e insistió en que comunicaría su decisión cuándo lo estimara oportuno. Fue ayer.
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