Pilar Cernuda
¿Llegará Sánchez al final de la legislatura?
Susana Díaz (Sevilla, 1974) fue la candidata deseada en el PSOE en el verano de 2014, pero lo que era su incipiente carrera en la Junta le impidió entonces su marcha. Algunos se arrepienten ahora, aunque desde entonces la presidenta supo ganar unas elecciones y aliarse de un modo muy estable con Ciudadanos. Es la candidata de los socialistas allí donde gobiernan, aunque una parte de la militancia personalizó en ella, y en Felipe González, la destitución de Pedro Sánchez. Su estrategia de apaciguamiento del partido necesitaba de tiempo, de ahí que el congreso federal se haya fijado para el mes de junio; algunos de sus seguidores pretendían un congreso de unidad, con una única candidatura con posibilidades reales, pero el PSOE es un partido complejo. Todos dan por hecho que Susana Díaz ya no tiene opciones para la marcha atrás, aunque su salto no sólo supone un riesgo personal, sino que entraña un momento de dificultad para el PSOE en la Junta ahora que el PP le sigue muy de cerca.
Pedro Sánchez (Madrid, 1972) ha terminado por aburrir a algunos de sus más leales: su aislamiento voluntario, su indecisión y sus errores garrafales hacen que hoy tenga menos apoyos que cuando tuvo que dimitir como secretario general en octubre. Intenta hoy en Dos Hermanas una reconquista, aunque aún debe resolver su candidatura. Si no fuese así, Odón Elorza y la alianza con Izquierda Socialista terminarían por promover un candidato de sus filas, posiblemente el mismo ex alcalde de San Sebastián. Su principal problema es que su propuesta es un retorno al pasado, al no es no a Rajoy, al bloqueo en el Congreso. Sería la segunda vez que un ex secretario general intenta la vuelta. La primera vez ocurrió con Felipe González, que dimitió después de que se rechazase la eliminación del marxismo. Volvió y ganó. Sánchez cuenta con unas 40 plataformas que le apoyan, pero carece de respaldo territorial e institucional. Es un outsider por voluntad propia.
Patxi López (Barakaldo, 1959) pudo ser secretario general del PSOE antes de Alfredo Pérez Rubalcaba, pero José Luis Rodríguez Zapatero quiso a su súperministro. Después, cuando Rubalcaba dimitió, pensó en Patxi, el hijo de Lalo, un socialista histórico de la Margen Izquierda de Bilbao, pero algunas federaciones, entre éstas la andaluza, no quiso su nombre. López ha sido un hombre de partido, de siempre, muy vinculado a Ferraz y a la vieja guardia, cuenta en su equipo con Rodolfo Ares, José Enrique Serrano y Óscar López, pero estuvo apoyando a Pedro Sánchez hasta el final. Ante las dudas del ex secretario, se adelantó y los pedristas le calificaron de traidor, si bien es cierto que Pedro Sánchez se aisló y daba a entender que no daría ese paso. Su principal problema es que los resultados en el País Vasco son de los peores del país, no llega ni al 15% del apoyo popular. Ha sido muchas cosas, pero de modo muy breve: lehendakari sin continuidad y presidente del Congreso en la legislatura fallida.
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