La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Faltan 75 días para la celebración de las elecciones generales, 59 por tanto para los quince días de campaña electoral y la correspondiente jornada de reflexión, y el reinicio del curso político no podía estar sino marcado por las promesas de los dos candidatos con opciones de llegar a La Moncloa, aunque el virtual caballo ganador es uno, el hombre tranquilo que se reunió ayer en la sede popular de la calle Génova con la junta directiva nacional del PP, mientras su tímida alternativa seguía dando a la calculadora socialista para presentar números atractivos al electorado que le sirvan para ganar puntos en la maratoniana contrarreloj que nos lleva al 20 de noviembre, que ya está, como quien dice, aquí.
El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció ayer que "tocará los impuestos", en concreto los referidos a los grandes patrimonios y a los bancos, lo que supondrá unos 2.500 millones que destinará a crear empleo, en especial para los más jóvenes.
En una entrevista en la cadena Ser, Rubalcaba aseguró que "gastará dinero del Estado en crear empleo" y calculó que el aumento de la imposición a los grandes patrimonios aportará 1.400 millones de euros, que se sumarán a los más de 1.000 millones que supondrá el incremento impositivo a los bancos. Rubalcaba añadió que esta medida estará incluida en su programa electoral y, de hecho, aseguró que estos dos impuestos están ya "decididos, trabajados y elaborados".
Rubalcaba lo tiene crudo con los cinco millones de parados a cuestas en la mochila de la travesía electoral, pero no se rinde. "Es un momento difícil de la historia de España, de Europa y del mundo", dijo, "los ciudadanos tienen que decidir si votan al señor Rajoy, que se enfrentó a la crisis del Prestige, o me votan a mí, que me enfrenté a la de los controladores. Ahora, decida usted".
"Ya no vale eso de 'voy a bajar impuestos' o 'voy a subir las becas'". A su juicio, los españoles van a exigir que se sepa cómo se van "a pagar las cosas" y que "detrás de cada promesa haya un compromiso presupuestario". Es la idea del candidato socialista, que va a salir "a ganar las elecciones", un camino que "no es fácil", pero en el que él aún ve "alguna" opción de victoria. Por eso, mostró su desacuerdo con el ex presidente Felipe González, que aseguró que, para el PSOE, "no estaría mal" obtener en las urnas los mismos escaños que tiene el PP ahora: 154, frente a los 169 de los socialistas. "Naturalmente, no lo firmo", sentenció Rubalcaba.
Su gran rival el 20-N, el presidente del PP, Mariano Rajoy, advirtió ayer por su parte de que "no hay recetas milagrosas ni atajos" contra la crisis económica y de que el camino para superarla no será "fácil", pero proclamó que si alguien puede remontar la situación "con tino y justicia" ese es sólo su partido. La Junta Directiva Nacional del PP se reunió en la sede de la formación en Madrid y Rajoy se dirigió a ella en un clima de "euforia contenida".
Horas antes, en una entrevista en Onda Cero, el candidato del PP adelantó que si gana las elecciones generales "no tiene intención" de subir los impuestos, sino que se los bajará a los emprendedores con el fin de crear en empleo. "Esta persona que ha citado -en referencia al candidato socialista- que dice que va a subir los impuestos a los ricos, yo no sé lo que va a hacer. No he visto ninguna propuesta, pero esta persona suprimió el impuesto de patrimonio y fue la que subió el impuesto a todos los españoles, ricos, pobres, clases medidas y clases bajas", declaró, al ser preguntado por la propuesta de Rubalcaba de aumentar la presión fiscal a ricos y bancos.
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