Cambio de hora en España: por qué lo hacemos y cuándo entramos en el horario de invierno

En la recta final del verano los días empiezan a ser más cortos, un proceso que se agudiza a medida que nos adentramos en el otoño. Así, como cada mes de octubre, llega el momento del cambio de hora, que marca el camino hacia el invierno. Amanece más tarde y el sol se pone mucho antes. Los relojes se ajustan entonces para adaptarse a las horas de luz natural.

En España, el cambio de horario llega siempre el último domingo de octubre. De esta forma, coincidirá este año con la madrugada que va del sábado 26 al domingo 27, concretamente, a las 03:00 (hora peninsular). A partir de ese momento, serán las 02:00, y los relojes deberán atrasarse una hora. Algo que nos permitirá tener una hora más de sueño.

Origen del cambio de hora

El cambio de hora, que tiene lugar dos veces al año, sigue siendo el centro de un debate alrededor de su propia continuidad. “Aunque tanto el Parlamento Europeo como la Comisión se han pronunciado a favor de eliminar los cambios de hora en el futuro, todavía no existe una definición definitiva al respecto”, señala el Observatorio Astronómico Nacional. El argumento de su existencia es el ahorro de energía, así como gastar menos luz en el ámbito público.

En España se instauró por primera vez en 1918, con el fin de optimizar el consumo energético y ajustar la actividad diaria a las horas de luz disponibles. Sin embargo, como recoge la organización sin ánimo de lucro Time Use Initiative (TUI), que promueve el derecho al tiempo en todo el mundo, el cambio horario podría causar efectos negativos a nivel individual, social y económico.

Efectos del cambio de hora en la salud

En torno a este debate, algunos estudios han tratado de analizar cuál es el impacto del cambio horario en las personas. Eltiempo.es afirma en esta misma línea que “algunos expertos señalan que la alteración de los ritmos biológicos por el cambio de hora puede tener efectos negativos en la salud, como alteraciones en el sueño o el aumento de la fatiga”.

Sin embargo, muchos de estos estudios y sus resultados no son concluyentes. “Lo que sí es un hecho comprobado desde una perspectiva fisiológica es que el efecto más inmediato del cambio de hora es una alteración en la secreción de melatonina, una hormona que actúa regulando los estados de vigilia y sueño en función de la luz solar: a más luz se produce menos melatonina, por lo que la función de inducir el sueño que tiene esta hormona se produce de forma más tardía”, sostiene Sanitas.

En lo referente al cambio de hora en verano, añade que “el horario de trabajo sigue siendo el mismo, por lo que en realidad, desde la perspectiva del reloj biológico, nos levantamos una hora antes de lo habitual, rompiendo la rutina de sueño”. Por último, concluye, “esta desregularización en la secreción de melatonina es suficiente para que el organismo se resienta y aparezca el cansancio, la fatiga e incluso la irritabilidad”, algo que afecta más a los niños y a las personas mayores.

Regulación del cambio de hora en España

En el ordenamiento jurídico español, el Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo, por el que se establece la hora de verano, incorporó la Directiva 2000/84/CE de Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de enero de 2001, relativa a las distinciones sobre la hora de verano. Esta normativa instauró un régimen de cambio de hora con vigencia indefinida.

No obstante, es la Orden PCM/186/2022, de 11 de marzo, la que hizo público el calendario del período de la hora de verano entre 2022 y 2026. Momento hasta el que, por lo menos, se extenderá la costumbre del cambio horario.