Contra la bonanza económica se vive mejor
Dietario de España
Los datos son incontestables y convierten hoy a España en la economía que más crece en la UE, pero la realidad está disociada de los discursos
La buena marcha de la economía en España está disociada de la opinión generalizada de los llamados ciudadanos de a pie, quienes realmente no perciben que el buen desempeño de la macro riegue su día a día: los precios altos en el supermercado, la vivienda como un imposible, mayor gasto en sanidad privada por las ineficiencias del sistema público, la realidad de los “trabajadores pobres” que están por debajo del umbral de la pobreza o los jóvenes, que han elevado la edad de emancipación a los 30,4 años, incapaces de volar solos debido a sus pírricos ingresos y al precio de la vida. Es lógica su percepción y no tiene sentido decirles que su vida sería aún peor si los datos macroeconómicos fueran negativos.
Y, a la vez, el buen comportamiento de la economía española está disociado de la opinión de buena parte de las élites pero por otros motivos. Desde fuera se observa con perplejidad y, en algunos casos con envidia malsana, la remontada económica española. Esta semana la OCDE ha vuelto a revisar al alza las previsiones de crecimiento para España para 2024, situándolo en el 3%, el más alto de todos los países de la UE y muy por encima del crecimiento medio de la eurozona, fijado en el 0,8%. Alemania sigue gripada (0%), Italia en el 0,5% y Francia en un 1,1%.
Se acumulan los años de crecimiento en España, un dato acorde con otras buenas noticias. Las exportaciones y los servicios turísticos y los no turísticos han tirado del crecimiento. El consumo público y en los hogares ha sido otra sorpresa para los analistas. La productividad ha crecido empujada por la mejora de sectores muy productivos como el de las telecomunicaciones o la industria farmacéutica. La economía española ha incorporado buenas dosis de innovación en sectores definidos de recuperación como las energías renovables, las baterías de hidrógeno, la computación cuántica o la fabricación de chips.
Hay nubarrones en el horizonte para todos. Muchos tienen origen global, pero de momento la economía española es la locomotora de la UE. Quién lo hubiera dicho cuando se agitaba el debate de la Europa de las dos velocidades y muchos colocaban a nuestro país en los vagones de cola.
Optimismo y pesimismo empresarial
Hay un dato interesante que tampoco se concilia con lo que se transmite: el 60% de las empresas eran optimistas respecto a la situación de economía en 2024 y lo son para 2025 y un 28% de ellas han mejorado sus expectativas. Son datos del Estudio sobre clima empresarial. Entre los elementos que suscitan riesgos y temores hay tres asuntos recurrentes: el incremento de los costes laborales, la escasez de mano de obra adecuada a la oferta y la presión fiscal. El estudio señala que el optimismo aumenta cuanto más grande es la empresa y los sectores con una opinión más favorable de la coyuntura son la construcción, los servicios, el turismo o la hostelería.
Durante los ocho primeros meses de 2024 se han creado 81.437 nuevas empresas, un incremento del 5% respecto al año anterior. Se podrían acumular otros indicadores que ratifican que la economía española va fuerte y se podría describir una concatenación de previsiones de los servicios de estudios de todos los bancos, instituciones y otro tipo de entidades errando una y otra vez respecto al crecimiento previsto. Pero no es eso lo que sorprende. Lo que llama la atención una y otra vez es el pesimismo empresarial inusitado en boca de los líderes patronales y de grandes empresarios, que mejoran sus cuentas de resultados a la vez que aventan catástrofes venideras que nunca llegan, y en el día a día de las conversaciones cotidianas de quienes expresan sus diagnóstico más pesimistas en contradicción con lo que experimentan y saben. Sin contar los 60.000 millones que va a ganar el Íbex.
Hablar mal de España está bien visto
Lo que está bien visto es hablar mal de la economía española y, por extensión, de España. Quienes lo hacen por deporte es porque ese ejercicio fatalista descarga su traca final sobre las espaldas del Gobierno, que obviamente no es del gusto de todos. En el entorno empresarial hay un sesgo específico evidente, que alcanza el paroxismo en Madrid. Fuera de la M-30, se atenúa. Pero en las mesas de manteles de hilo con blondas de la capital no se hacen prisioneros. La encuestas sostienen que casi dos tercios de los empresarios dicen que su negocio va bien o muy bien. Pero no se proyecta en sus opiniones sino al contrario. En los entornos más expuestos a los ámbitos institucionales y políticos y más dependientes de la información, la opinión es funesta, aunque esté desagregada de los hechos. En 2012 muchos anunciaban que España entraría en recesión y desde entonces hay voces teóricamente acreditadas pero fácticamente bien amplificadas que anuncian periódicamente que España está en quiebra. Es esa inercia de hundir el prestigio de un país aunque no se sepa con exactitud quién y qué gana con ello más allá de sacudirse las malas pulgas que les provoca el Gobierno de Sánchez.
El apocalipsis que no llega
La subida del Salario Minimo Interprofesional, que se ha incrementado en un 50% en cinco años, iba a ser una tragedia para el empleo y ha sido justo lo contrario: el dato de noviembre arroja 21,3 millones de afiliados, casi medio millón en lo que va de año y 55 meses de crecimiento ininterrumpido. Hay casi dos millones de trabajadores más que antes de la pandemia. Quédense con este dato demoledor. España ha creado más empleo en 2024 que Alemania y Francia juntas. La apuesta por las renovables como estrategia de resiliencia al cambio climático iba a ser, decían, un lastre al crecimiento y ha sido al revés: es un vector de competitividad y ha sido clave en la atracción de inversiones en España entre 2017 y 2023. España en es el cuarto país del mundo en atracción de inversiones y el primero en renovables, según datos oficiales del Ministerio de Economía. Pero decían que aquello de los molinos de viento y los paneles fotovoltaicos era cosa de unos quijotes iluminatis y dogmáticos.
Circula un mantra que se repite como un soniquete inacabable: que el modelo de crecimiento está agotado, la excesiva dependencia del turismo, el abultado endeudamiento público y la llegada masiva de inmigrantes. Pero la realidad es otra. El sector exterior es hoy la joya de la corona con 100.000 millones en exportación de servicios no turísticos (financieros, auditorías, etc) pero además hay una cifra récord de turismo con un elemento positivo y es que crece en el entorno del verano, antes o después, y diversifica hacia turismo de interior y otras modalidades.
Otra idea falsa pero irremediablemente extendida es que el sistema de pensiones es insostenible. Cierto que no es tarea fácil, pero incierto que estemos condenados a perder la pensión en el futuro. En primer lugar porque la reforma de las reglas fiscales europeas se han hecho con luces largas, pensando en el futuro y calcula todos los gastos hasta 2040 exigiendo a los países un esfuerzo extra en cuatro años para ir reduciendo deuda. Y hay un doble cierre: a partir de 2025 se chequearán las previsiones a 2050 para detectar cualquier cambio que pudiera variar los costes y los ingresos. Si fuera el caso, se introducirían medidas correctoras.
Plan fiscal aprobado por la CE
Y en lo tocante a lo que se dice sobre los inmigrantes es la cuota máxima de estupidez en un país con una fuerza laboral menguante por la jubilación del baby boom y los reducidos índices de natalidad. Además, el 70% de la inmigración en España procede de países de Latinoamérica y su incorporación al mercado laboral es inmediata dado que comparten la misma lengua. Son un factor muy importante para el crecimiento por cuantía y por la evolución de la productividad por hora. Solo el 10% de los inmigrantes que llega a España son irregulares y de ellos solo el 1% son menores. Hay pendiente una reforma del reglamento de extranjería que entre otros avances permitirán dar cabida en el mercado laboral a gente que trabaja por debajo de sus capacidades debido a las dificultades para homologar o acreditar titulaciones, una acción que redundará también en la mejora de las condiciones de arraigo familiar.
La Comisión Europea ha aprobado ya el plan fiscal y estructural de España, que incluye una agenda modernizadora en sectores estratégicos como la doble transición verde y digital, la seguridad energética o la vivienda asequible.
Datos, son datos. Lo otro es un gazpacho ideológico que ocasiona digestiones pesadas.
No todo es color de rosa
Los datos son tozudos pero tampoco ocultan las fallas del sistema y los desafíos importantes que o se resuelven bien o dejarán este ciclo virtuoso en un sueño efímero. Especialmente el dato lacerante de Eurostat: casi 13 millones de personas están en riesgo de pobreza o exclusión social en España, muchos de ellos con empleo. Un dato demoledor. No menos importante es comprobar si el Gobierno está haciendo la tarea para evitar que el final de los fondos extraordinarios de la UE post pandemia nos suman en una depresión. No se olvide que esos fondos se articularon con un compromiso de la Comisión con los países más renuentes -esos que llaman elogiosamente frugales frente a los que llaman despectivamente manirrotos- de que tendrían un final. España y otros países trabajan ya en convencer a los países contrarios a prorrogar los fondos de que han sido un éxito y en articular políticas y acciones transversales de interés común para prorrogarlos. Por ejemplo, en materia de Defensa.
Una buena parte de la eficacia del país se diluye en la molicie administrativa, asignatura pendiente que nadie aprueba. Carece de todo sentido que en España se tarde cinco años en tramitar una planta de renovables y en EEUU se autorice en 11 meses. El dinero está también ahí, en la agilidad y la eficacia de la administración pública, aunque ha habido mejoras con el desarrollo de la administración digital aún queda demasiado trecho. Los informes de Enrico Leta y de Mario Draghi abundan en ese aspecto.
En todo caso, estos boquetes no niegan el dinamismo de la economía española. Pues, aprovechando las oportunidades estratégicas y las medidas que ha dispuesto el Gobierno y utilizando los fondos disponibles, basados en su empuje y su capacidad de asumir riesgos, esto lo están haciendo los empresarios. Es una pena que muchos de ellos renuncien a vindicar su propio éxito.
BREVERÍAS
El principio del fin del éxodo
Cementos Molins (1.349 millones de facturación y cotizada) es la segunda empresa que ha decidido volver a instalar su sede social en Cataluña. Fue una de las 8.700 compañías de la gran estampida por temor a la inestabilidad generada por los independentistas. En total, Cataluña perdió empresas que facturaban 50.500 millones de euros, una quinta parte del PIB catalán. Cementos Molins ha dicho que regresa porque considera que con Salvador Illa de presidente se dan las adecuadas circunstancias políticas y sociales para hacerlo. La primera, aunque de menor tamaño (140 millones) en regresar fue, hace poco, Laboratorios Ordesa. La economía paga bien la estabilidad y la sensatez. La idiotez colectiva o hace justo lo contrario.
Paseíllo judicial navideño
Más allá de las decisiones finales de los tribunales, al PSOE le aguarda una pre navidad muy cuesta arriba. El ex ministro José Luis Ábalos declarará ante un juez el 12 de diciembre, Víctor de Aldama y Koldo García, vinculados o artífices de la trama de corrupción en torno al ministerio, el 16 y el 17. Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, lo hará el 18. Y su asistente, Cristina Álvarez, el 20. El carrusel de fotos está servido. Y la sensación de que la corrupción nos invade será inevitable. Ni los polvorones van a librar a los socialistas de ese maratón judicial.
No hay libro, no hay texto, no hay delito
¿Es posible que un juez mantenga una investigación durante dos años a una editorial por la edición de un libro de texto que no llegó a distribuirse y que no contenía ninguna de las afirmaciones que denunciaban los supuestamente afectados?. Sí, lo ha hecho el juez Peinado contra la empresa Sanoma a partir de una querella por injurias y calumnias de Vox. Dos años después la Audiencia provincial de Madrid ha archivado definitivamente la causa, que ya había sido recurrida por la Fiscalía. La Audiencia establece que el libro "no había salido a la venta, no había referencias a Vox ni se le catalogaba como un partido nazi ni se le pretendía desprestigiar". Los magistrados que han desmontado el caso le recuerdan al juez que además es imposible imputar delitos de injurias y calumnias a personas jurídicas. "El catálogo de los delitos que generan responsabilidad penal para las personas jurídicas en el derecho español son cuarenta y uno, entre los que no se encuentran los delitos de injurias y calumnias", afirma lacónicamente la Audiencia. Para mantener dos años abierta una investigación sobre un libro no publicado y unas afirmaciones inexistentes solo hay dos opciones: el juez no se ha leído el libro o le daba igual lo que pusiera o dejara de poner. Si el juez trunca el sometimiento a la ley (acusar sin que la ley lo permita) ni hay motivación razonable de las resoluciones judiciales (acusar por delitos que no se han cometido basado en textos inexistentes que nadie se la leído) igual Peinado está vulnerando el régimen disciplinario judicial. ¿Qué hace el CGPJ? ¿no sanciona? Peinado es el mismo juez que tramita el caso de Begoña Gómez y otros tres imputados.
ERC se agrieta, peligro para el PSOE
La división en ERC es una amenaza latente para el PSOE y, por ende, para el Gobierno. Oriol Junqueras no logró la mitad de los votos para evitar la segunda vuelta en el congreso de su partido. Él y Xavier Godàs, el segundo con el apoyo de Pere Aragonès y su equipo, se van a disputar la segunda manga. Junqueras, que pregona la renovación del partido salvo en su caso, ha provocado una fractura de las que hacen época y que difícilmente se saldará tras el congreso. Ya se sabe que una de las fórmulas clásicas para mantener prietas las filas republicanas es graduar la relación "con Madrid". Es decir, cuanto más desapego, más apoyo de las bases. De ERC depende, entre otros, la continuidad de la legislatura. El PSOE también se la juega en ese congreso.
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