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Los barones se preparan para la pugna

Sólo la formación de un Gobierno o un gran éxito electoral impedirían un congreso donde Pedro Sánchez tendría que enfrentarse a Susana Díaz por el liderazgo socialista.

Juan M. Marqués Perales

30 de marzo 2016 - 05:03

Los socialistas españoles comienzan a tomar posiciones ante un posible enfrentamiento entre Pedro Sánchez y Susana Díaz por el liderazgo del PSOE, una pugna que se resolvería en el 39º congreso, sin fecha aún, aunque posiblemente sería en septiembre. El aplazamiento del congreso hasta que haya un Gobierno en España favorece las opciones de Susana Díaz, ya que la presidenta andaluza gana tiempo y le permitirá no presentarse a las elecciones generales del 26 de junio si hay que repetirlas. Estos comicios, sin embargo, vuelven a ser otra oportunidad de Pedro Sánchez. Sólo si el actual secretario general logra formar Gobierno o si alcanza un buen resultado en esas elecciones podría impedir la competición con la presidenta andaluza, a quien apoyan de un modo claro las federaciones de Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, parte de Castilla-León y Valencia, mientras que Madrid y Cataluña se sitúan cerca de Sánchez. El actual secretario general guarda malas relaciones con el líder de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, aunque hay quien sostiene en el PSOE que el manchego aspira también a ese cargo.

El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, indicó ayer que "en la medida que sea necesaria, ella [por Susana Díaz] no se va a resistir". Vara, fundamental en los equilibrios dentro del PSOE, también apuntó a algo cierto: Pedro Sánchez "se ha hecho más líder". Los dos secretarios generales anteriores, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba, también desean que la presidenta andaluza dé el paso a la política nacional.

En declaraciones a la cadena Ser, Pedro Sánchez aseguró que el retraso del congreso es "un favor" que le ha hecho a los posibles aspirantes, ya que personalmente le convenía que se celebrase a finales de mayo. No deja de ser cierto. Los contrincantes sólo contaban con dos semanas más para presentar sus candidaturas y, además, tendrían que haber tomado la decisión sin saber si se repetirían las elecciones. Según Sánchez, ha antepuesto el interés del país, el de la formación de un Ejecutivo, al personal. Lo que no está claro es la razón de fondo. Sus críticos suponen que durante los últimos días de Semana Santa el secretario de Organización, César Luena, tomó pulso al partido y entendió que no iba a ser un congreso nada fácil por los apoyos que podría recibir Susana Díaz si daba este paso.

La secretaria general del PSOE en Madrid, Sara Hernández, una de las partidarias de Sánchez, junto al canatlán Miquel Iceta y la vasca Idoia Mendía, expresó su apoyo al secretario general y de Susana Díaz dijo: "Cuando se le pase la fiebre, que le pregunten nuevamente y ella misma podrá dar una contestación". Se refería así al silencio que guarda Díaz sobre el tema. No obstante, y a diferencia de lo ocurrido en el 38º congreso, hay que subrayar que son los militantes quienes elegirán en urnas al próximo secretario general días antes de que se reúna el cónclave de los delegados.

Hoy es un día clave para Pedro Sánchez: intentará llegar a un acuerdo para Podemos y acude a la cita con Pablo Iglesias como un jabalí herido. Si no hay Gobierno, habrá disputa en el congreso. Sánchez sabe que el Ejecutivo es también su salvación personal. Ofrecerá a Pablo Iglesias un Gobierno donde haya ministros de Podemos y de Ciudadanos, aunque esa fórmula cuenta con dos escollos: uno, el del líder naranja, Albert Rivera, y otro, el de su propio partido: el PSOE andaluz no desea un Ejecutivo donde haya ministros de Podemos. De acuerdo con su compromiso, la militancia tendría que votar el acuerdo con Podemos y es posible que así se lo reclamen los críticos en un comité federal. Dirigentes del PSOE andaluz, como Juan Cornejo, su número dos, se han expresado en contra de un Ejecutivo con los morados. Las acusaciones de Pablo Iglesias al oscuro pasado del PSOE y de Felipe González, así como el tono empleado en el pasado debate de investidura, han enfadado a buena parte de la militancia. Sánchez se tendría que fajar para que el PSOE aceptase este acuerdo.

También hay que considerar el futuro de Podemos. Si Iglesias cuenta con lograr que IU vaya con ellos en las próximas elecciones, no habrá acuerdo, intentará el sorpasso por la izquierda en junio. Si Iglesias ve difícil este acuerdo de integración, a lo que sumaría la marcha de Compromís, las mareas y el nuevo partido de Ada Colau hacia listas propias, apostará por un acuerdo con Sánchez. En el caso de que llegara el 2 de mayo sin acuerdo entre los partidos, Sánchez volvería a tener una oportunidad en las elecciones, en las que necesitaría un éxito para sortear la oposición. ¿Qué se puede considerar un resultado aceptable? Todo dependerá de la situación de los otros, pero un adelantamiento de Podemos supondría una hectatombe. Los sondeos indican un leve crecimiento de los socialistas.

Susana Díaz guarda silencio respecto a su futuro. El líder andaluz de Ciudadanos, Juan Marín, realizó ayer unas declaraciones en la que revela en parte cuáles son los planes de la presidenta. Según Marín, aliado del PSOE en la comunidad, el cargo de secretaria general de los socialistas es compatible con el de presidenta: eso serían los planes si, finalmente, hay disputa. Susana Díaz podría compatibilizar durante un tiempo no demasiado extenso los dos puestos, el público y el orgánico, a la espera de que se celebrasen otros comicios en España. En todos los partidos se ha instalado la percepción de que el próximo Gobierno sólo podrá actuar hasta 2018, ya que los Presupuestos de 2016 están aprobados y en 2017 se pueden prorrogar. Esto, no obstante, entra en el terreno de la especulación, un año en política es una eternidad.

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