Zapatero prepara su visita a la Casa Blanca

Cinco años después de llegar al Gobierno, el presidente será recibido por primera vez por el líder estadounidense.

Silvia Ayuso (Dpa)

11 de octubre 2009 - 19:40

Washington/El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, realizará este martes su primera visita privada a la Casa Blanca en sus cinco años de gobierno, oficializando de este modo la normalización de las relaciones con Estados Unidos tras un lustro de profundos desencuentros.

Hasta que Barack Obama asumió la presidencia norteamericana, las relaciones entre Madrid y Washington estuvieron en el punto de congelación debido a la indignación que causó al entonces mandatario estadounidense, George W. Bush, la decisión de Zapatero de retirar las tropas españolas de Iraq nada más llegar al Gobierno en 2004.

Políticas del Ejecutivo socialista como la decisión de impulsar el diálogo con Cuba y llevar a la Unión Europea a eliminar definitivamente las sanciones impuestas en 2003 contra la isla no hicieron más que ahondar el profundo abismo abierto con motivo de la guerra de Iraq, pese a que España mantuvo su apoyo a conflictos como el de Afganistán.

De hecho, si bien ambos coincidieron en diversas cumbres -el jefe de Gobierno español incluso pisó la Casa Blanca en diciembre de 2008, con motivo de la recepción oficial de Bush a la cumbre del G20 a la que Zapatero acudió invitado no por Washington, sino por París- nunca cruzaron más que escuetos saludos, una relación diametralmente opuesta a la de abierta cordialidad que han mantenido Zapatero y Obama en los pasados nueve meses.

De ahí la relevancia que Madrid ha dado a la breve cita de este martes, en un viaje relámpago de Zapatero a Washington antes de iniciar una gira por Oriente Próximo, especialmente por el hecho de que Obama devolverá el gesto en mayo del año próximo, cuando viaje a Madrid durante la presidencia española de la Unión Europea.

Ese será uno de los temas que ambos mandatarios abordarán en su encuentro en el Despacho Oval, aunque no el único. Se espera que Obama y Zapatero también hablen sobre la guerra de Afganistán, en momentos en que en ambos países se ha abierto un intenso debate sobre la estrategia a seguir y la necesidad o no de seguir aumentando el número de tropas.

La Moncloa adelantó la semana pasada que Zapatero informará asimismo a Obama de su decisión de acoger a un máximo de tres prisioneros de Guantánamo en vez de los cuatro que le había solicitado, en el marco de los cada vez más difíciles de ejecutar planes de la Casa Blanca de cerrar la prisión militar en territorio cubano a finales de este año.

América Latina en general, y Cuba en concreto, podrían ocupar también el tiempo de los dos gobernantes, en vista de que el Ejecutivo de Obama ha manifestado su intención de inaugurar una nueva era con sus vecinos del sur y de que ha abierto cautamente la mano al gobierno de La Habana, en una política aplaudida desde Madrid.

Obama asimismo ha expresado públicamente su interés por la idea de Zapatero de la Alianza de Civilizaciones, así como por infraestructuras españolas como el AVE o el uso que se hace en la Península de la energía eólica.

El de este martes será el tercer encuentro en menos de un mes de ambos gobernantes, si bien el primero cara a cara y en privado. Ambos coincidieron durante la última cumbre del G20 en Pittsburgh el 24 y 25 de septiembre, donde Obama recibió al jefe de gobierno español con un "qué bueno verte" al saludarlo en la cena con que arrancó la cita. Unos días antes, los dos también se habían visto las caras en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.

Ese encuentro sin embargo trae un mal recuerdo a Zapatero: tras años de lucha por preservar la intimidad de sus dos hijas, Laura y Alba, éstas se convirtieron en la comidilla de numerosos medios españoles que publicaron una foto de familia junto a los Obama del jefe del Gobierno, su mujer Sonsoles Espinosa y las dos adolescentes ataviadas con botas militares y largos vestidos negros propios de la tribu urbana de los góticos, y que motivaron amplios comentarios sarcásticos y mofas durante días.

Pero este martes supondrá también un borrón y cuenta nueva en este sentido, con el encuentro que no sólo evidenciará de una vez por todas la nueva (buena) relación bilateral, sino que, por pura casualidad de agenda, permitirá a Zapatero convertirse en el primer mandatario que felicite personalmente a Obama por el sorprendente Premio Nobel de la Paz que obtuvo el pasado viernes.

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